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Los enfermeros ganan: Madrid vetará a las farmacias dispensar medicinas a domicilio
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la nueva ley no tiene consenso

Los enfermeros ganan: Madrid vetará a las farmacias dispensar medicinas a domicilio

El nuevo texto no cuenta con el respaldo de la oposición ni de los enfermeros, por eso para que salga adelante Sanidad está dipuesta a eliminar este polémico artículo

Foto: Los farmacéuticos quieren ofrecer nuevos servicios a los pacientes. (EFE)
Los farmacéuticos quieren ofrecer nuevos servicios a los pacientes. (EFE)

Es el principal punto de conflicto. Tanto, que la nueva ley de farmacia diseñada por la Comunidad de Madrid corre el riesgo de quedarse en el cajón si no se cambia. La Consejería de Sanidad está dispuesta a modificarlo, incluso eliminarlo, para llegar a un acuerdo. El tiempo apremia. Si no hay otra salida, el Gobierno regional vetará que los farmacéuticos madrileños puedan dispensar medicinas a domicilio a aquellos pacientes más vulnerables, como ahora incluye el anteproyecto de ley que todavía no ha sido aprobado. A la espera de tomar una decisión final, todo indica que los 20.200 enfermeros y enfermeras de la región han ganado la batalla a las 2.900 farmacias de Madrid.

Todo depende del artículo 10 punto 2 letra k. "Como garantía de accesibilidad a los medicamentos y productos sanitarios de aquellos pacientes en situación de vulnerabilidad sanitaria y mayores dependientes, las oficinas de farmacia podrán realizar actividades de atención domiciliaria relacionadas con el seguimiento farmacoterapéutico de los mismos". Un punto que iba a permitir a los farmacéuticos madrileños entrar en los hogares de los pacientes más vulnerables para ordenar los medicamentos, retirar las cajas caducadas, suministrar nuevas dosis o tomar la tensión. Ahora no pueden hacerlo.

Foto: El rol del farmacéutico, a debate. (EFE)

Pero ese punto originó el conflicto y ha puesto en serio peligro una ley que a punto de finalizar la legislatura puede quedarse en el dique seco. Más de 8.000 profesionales madrileños de enfermería acaban de firmar un escrito (recogido por el sindicato Satse) en contra del proyecto de ley de farmacia que han remitido al presidente de la comunidad, Ángel Garrido, y al consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero. Para los enfermeros y enfermeras, la nueva ley da otro paso más en la privatización de la sanidad pública madrileña, "ignorando la realidad de la atención sanitaria en nuestra comunidad, ya que se pretende otorgar competencias sobre salud, y lo que es peor, pagarlas, a las oficinas de farmacia en detrimento de las que ya realizan miles de profesionales de los centros de salud".

Para Satse, mejorar la asistencia sanitaria a determinados grupos de pacientes, sobre todo a los más mayores, pasa por atender las demandas de los profesionales y ampliar los recursos humanos, ya que "Madrid es la que peores ratios tiene respecto a enfermeros por habitante". El último boletín estadístico de personal del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) revela que hay 20.239 enfermeros, lo que supone, según Satse, que cada profesional tenga asignadas más de 2.500 cartillas frente a la media nacional, que es de 1.500-1.600. El sindicato ha amenazado con llevar el texto a los tribunales si finalmente lo aprueba la Asamblea de Madrid.

placeholder Una farmacia madrileña. (EFE)
Una farmacia madrileña. (EFE)

En el Parlamento madrileño, por su parte, no hay acuerdo, ya que las matemáticas mandan. El PP necesita el apoyo de Ciudadanos para sacar adelante la ley, pero la formación naranja ya trasladó su intención de abstenerse en la votación de las dos enmiendas a la totalidad que han presentado PSOE y Podemos. "Seguimos negociando y estamos próximos a acercar posturas", explican lacónicamente desde Ciudadanos. La mejor prueba de que se negocia contrarreloj es que la semana pasada el propio PP pidió en la Asamblea ampliar el plazo para presentar enmiendas parciales. "Necesitamos encontrar un consenso", señalan desde el PP. Ese plazo acaba este lunes.

Sin ese consenso no hay ley. No hay que olvidar que el Gobierno regional remitió el texto a la Asamblea el pasado 4 de septiembre y que desde entonces se ha tenido que ampliar tres veces el plazo para presentar enmiendas. Sanidad señala a El Confidencial que está dispuesta a modificar la redacción del articulado de la atención domiciliaria, incluso a eliminar este punto si es preciso, "ya que el objetivo de esta norma no es provocar fricciones entre los profesionales sanitarios". Un importante paso para llegar a un acuerdo y sacar adelante la ley. Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) señalan que están dispuestos "a una modificación acorde a las peticiones de todas las partes. Todos tienen que ceder".

Foto: Un médico, atendiendo una consulta telefónica en el 061.

Lo que hará la nueva ley, si sale adelante, es flexibilizar los horarios que actualmente tienen las farmacias de la región, permitiendo que cada negocio, respetando un mínimo, abra las horas que crea oportunas. Actualmente, las farmacias madrileñas se rigen por cuatro tipos de horarios, que se pueden elegir. El primero, un horario mínimo de 40 horas semanales, que se distribuye de 9:30 a 13:45 y de 17:00 a 20:00 de lunes a viernes. Y los sábados de 10:00 a 13:45. Un horario que se puede ampliar media hora en verano (del 15 de junio al 15 de septiembre). Luego está el Módulo A (12 horas diarias de lunes a sábado), el Módulo B (13 horas y media diarias de lunes a sábado) y el Módulo C (24 horas todos los días del año).

El horario elegido manda, y no se lo pueden saltar. El nuevo texto quiere acabar con esta rigidez de horarios. ¿Cómo? Manteniendo un mínimo de 40 horas, de lunes a sábado. Similar al que ya existe. "Dichas horas estarán distribuidas diariamente en una franja fija y en una franja variable. La franja fija estará incluida de lunes a viernes entre las 10:00 y las 13:00 y entre las 17:00 y 20:00, y el sábado de 10:00 a 13:00. La franja variable se determinará voluntariamente por las oficinas de farmacia". En el caso de municipios de menos de 2.000 habitantes, esas 40 horas mínimas semanales bajan a 35. Pero solo existirá ese mínimo. Desaparecen por tanto los rígidos módulos de 12, 13 horas y media y 24 horas. Respetando ese mínimo de 40 horas semanales, con la nueva ley una farmacia podrá abrir si quiere 15 horas al día, 14 o 22. Las que crea oportunas en función de sus necesidades.

Es el principal punto de conflicto. Tanto, que la nueva ley de farmacia diseñada por la Comunidad de Madrid corre el riesgo de quedarse en el cajón si no se cambia. La Consejería de Sanidad está dispuesta a modificarlo, incluso eliminarlo, para llegar a un acuerdo. El tiempo apremia. Si no hay otra salida, el Gobierno regional vetará que los farmacéuticos madrileños puedan dispensar medicinas a domicilio a aquellos pacientes más vulnerables, como ahora incluye el anteproyecto de ley que todavía no ha sido aprobado. A la espera de tomar una decisión final, todo indica que los 20.200 enfermeros y enfermeras de la región han ganado la batalla a las 2.900 farmacias de Madrid.

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