La nueva ley permitirá a las farmacias de Madrid abrir todas las horas que quieran
Respetando un mínimo de 40 horas semanales, desaparecen los rígidos módulos de 12 y 24 horas diarias. El nuevo texto también permitirá la atención domiciliaria de los farmacéuticos
La Consejería de Sanidad no quiere hablar de liberarización de horarios, sino de "flexibilización", pero lo cierto es que el nuevo anteproyecto de la Ley de Farmacia de la Comunidad de Madrid, que empieza este jueves su periodo de alegaciones, acabará con la rigidez de los horarios que actualmente tienen las farmacias de la región y permitirá que cada negocio, respetando un mínimo, abra las horas que crea oportunas. Otra de las novedades es que los farmacéuticos podrán dispensar medicinas en los domicilios "de aquellos pacientes en situación de vulnerabilidad sanitaria y mayores dependientes". El plazo de alegaciones dura 15 días y luego el texto irá a la Asamblea de Madrid para que los grupos parlamentarios lo debatan.
En la comunidad hay cerca de 2.900 farmacias (1.800 en la capital), el 13% de todas las que hay en España. Actualmente se rigen por cuatro tipos de horarios, que cada negocio puede elegir. El primero, un horario mínimo de 40 horas semanales, que se distribuye de 9:30 a 13:45 y de 17:00 a 20:00 de lunes a viernes. Y los sábados de 10:00 a 13:45. Un horario que se puede ampliar media hora en verano (del 15 de junio al 15 de septiembre). Luego está el Módulo A (12 horas diarias de lunes a sábado), el Módulo B (13 horas y media diarias de lunes a sábado) y el Módulo C (24 horas todos los días del año).
Ahora se da el caso, por ejemplo, de que muchas farmacias de barrio que han elegido el Módulo A no pueden cerrar los sábados por la tarde aquellos días de invierno o de verano que saben que apenas tienen clientes. El horario elegido manda, y no se lo pueden saltar. El nuevo texto que ha diseñado el Gobierno regional presidido por Cristina Cifuentes quiere acabar con esta rigidez de horarios y flexibilizarlos. "Las oficinas de farmacia prestarán sus servicios en régimen de libertad y flexibilidad, garantizando en todo caso a la población el acceso a la atención farmacéutica de manera continuada, estructurada y publicitada", reza el texto del anteproyecto.
¿Cómo? Manteniendo un mínimo de 40 horas, de lunes a sábado. Similar al que ya existe. "Dichas horas estarán distribuidas diariamente en una franja fija y en una franja variable. La franja fija estará incluida de lunes a viernes entre las 10:00 y las 13:00 y entre las 17:00 y 20:00, y el sábado de 10:00 a 13:00. La franja variable se determinará voluntariamente por las oficinas de farmacia". En el caso de municipios de menos de 2.000 habitantes, esas 40 horas mínimas semanales bajan a 35. Pero solo existirá ese mínimo. Desaparecen por tanto los rígidos módulos de 12, 13 horas y media y 24 horas. Respetando ese mínimo de 40 horas semanales, con la nueva ley una farmacia podrá abrir si quiere 15 horas al día, 14 o 22. Las que crea oportunas en función de sus necesidades.
"El horario que se decida realizar tendrá carácter anual y será comunicado previamente, antes del 15 de diciembre de cada año, a la Administración Sanitaria y al Colegio Oficial de Farmacéuticos", señala el texto. "El horario podrá ser ampliado a iniciativa de su titular, debiendo ser objeto de comunicación previa con una antelación de dos meses a la fecha prevista para el inicio de la ampliación, quedando obligado a la apertura de la oficina de farmacia con tal horario ampliado hasta el 31 de diciembre del año en que se inicie su aplicación".
El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, que ha consensuado el texto con la consejería, ha preferido no comentar el borrador tras la llamada de El Confidencial. Quien sí lo ha hecho es la Asociación de Farmacéuticos de Madrid (Adefarma), que asegura que "el anteproyecto no se ha negociado" con ellos. Adefarma, no obstante, está a favor de una horario mínimo "y que luego haya flexibilidad en los horarios, una flexibilidad que permita cambios a lo largo del año". El anteproyecto, compuesto por 84 artículos, dos disposiciones adicionales, cuatro transitorias, una derogatoria y dos finales, sustituirá la actual normativa, de 1998.
La nueva ley también amplía las funciones de las farmacias, y abre la puerta a la atención domiciliaria para aquellos pacientes dependientes que residen en sus hogares y requieren de una asistencia individualizada. "Como garantía de accesibilidad a los medicamentos y productos sanitarios de aquellos pacientes en situación de vulnerabilidad sanitaria y mayores dependientes, las oficinas de farmacia podrán realizar actividades de atención farmacéutica domiciliaria relacionadas con el seguimiento farmacoterapéutico de los mismos, adherencia a los tratamientos, reacciones adversas u otras, del modo que determine la consejería con competencias en materia de Sanidad", reza el artículo 10. Es decir, ahora los farmacéuticos no pueden dispensar medicinas en los domicilios. El nuevo texto sí permitirá en ciertos escenarios esas visitas a las casas de los enfermos.
También hay cambios respecto a la superficie mínima necesaria para abrir una farmacia. La actual ley fija en 75 metros cuadrados "la superficie mínima útil". La nueva ley eleva la cifra a 85 metros. También se amplían las líneas de negocio. Ahora hay cuatro: actividades sanitarias de óptica, audioprótesis, ortopedia y análisis clínicos, a las que ahora se sumarán nutrición y dietética.
La Consejería de Sanidad no quiere hablar de liberarización de horarios, sino de "flexibilización", pero lo cierto es que el nuevo anteproyecto de la Ley de Farmacia de la Comunidad de Madrid, que empieza este jueves su periodo de alegaciones, acabará con la rigidez de los horarios que actualmente tienen las farmacias de la región y permitirá que cada negocio, respetando un mínimo, abra las horas que crea oportunas. Otra de las novedades es que los farmacéuticos podrán dispensar medicinas en los domicilios "de aquellos pacientes en situación de vulnerabilidad sanitaria y mayores dependientes". El plazo de alegaciones dura 15 días y luego el texto irá a la Asamblea de Madrid para que los grupos parlamentarios lo debatan.