Mercadeo en Sol: Garrido busca portavoz mientras Génova le deja mover sus piezas

Ángel Garrido es ya el sexto presidente de la Comunidad de Madrid. Los 17 diputados de Ciudadanos apoyaron este viernes al candidato del PP en el Pleno celebrado en la Asamblea de Madrid. El lunes está previsto que tome posesión del cargo en la Casa de Correos, sede regional, y que anuncie los cambios que tiene en mente para cubrir los huecos que se han abierto en el Gobierno tras la grave y contundente crisis política que ha supuesto la salida de Cristina Cifuentes. Serán cambios menores, ha asegurado el nuevo presidente autonómico, pero el mercadeo ya ha empezado. En principio Génova le ha dado libertad para que haga los movimientos necesarios, pequeños retoques para el año que queda de legislatura.

La dirección nacional (es decir, Mariano Rajoy) decidió que la mejor opción, lo más lógico, era huir de los experimentos y nombrar a Garrido, número dos de Cifuentes, como heredero de la defenestrada expresidenta. Él mejor que nadie para seguir al frente del Gobierno regional. Pero solo en el Ejecutivo. Cifuentes tuvo que dejar también la presidencia del PP de Madrid y Génova colocó a sus hombres (Pío García-Escudero y Juan Carlos Vera) para controlar Madrid, que tantos problemas ha dado en el pasado. Pero controlado el partido Rajoy no tiene ya tanto interés en fiscalizar estos pequeños cambios en las consejerías, y ha dado vía libre a Garrido.

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Garrido, al ser el presidente, necesita un nuevo consejero de Presidencia que haga las funciones de portavoz del Gobierno. Un puesto delicado, que necesita al frente un buen comunicador y con don de gentes, capaz de bregar con los medios de comunicación. Y sobre todo que sea de la máxima confianza de Garrido, que piensa para tan importante plaza en el número tres del Ejecutivo, Pedro Rollán, exalcalde de Torrejón de Ardoz y actual consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Un hombre con peso en el Ejecutivo. En principio da el perfil, y Garrido ya ha comunicado a Génova que es mejor que otro de los candidatos que se barajaba, Enrique Ossorio, actual portavoz parlamentario y hombre de la confianza del coordinador nacional Fernando Martínez-Maíllo, siga en la Asamblea de Madrid.

Ossorio ya fue viceconsejero con Esperanza Aguirre y consejero con Ignacio González. Sabe lo que es estar en el Gobierno, pero Garrido prefiere que continúe en el Parlamento madrileño. Así no habrá cambios en el grupo parlamentario, que en lo que llevamos de legislatura ya ha sufrido bastantes vaivenes. El PP empezó el curso político de 2015 con 48 diputados, pero tras la marcha de Cifuentes (la última) el partido ha tenido que tirar del número 76 de su lista para completar sus escaños en el Hemiciclo. Demasiados movimientos, un total de 28. Por eso Garrido prefiere que las pocas fichas que se muevan sean solo dentro del Ejecutivo.

Rollán es el que tiene todas las papeletas para asumir junto a su cartera de Medio Ambiente la de Presidencia y la Portavocía, una nuevo área que conllevaría la creación de alguna nueva viceconsejería. Garrido también ha anunciado que creará una nueva consejería de Justicia, que desliga de Presidencia. Quien suena con más fuerza para este cargo son dos mujeres, la actual viceconsejera Isabel Díaz Ayuso y sobre todo la directora general de Justicia, Yolanda Ibarrola, que ya fue consejera de esta cartera hace años. Esta última es la que más posibilidades tiene. Y es que Garrido quiere hacer los menores cambios posibles. El nuevo presidente ya ha explicado que en todo este proceso de transición él es "un militante disciplinado" y piensa mantener informado puntualmente a Génova de los movimientos de piezas. Movimientos que se decidirán este fin de semana.

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En principio no está previsto que Garrido provoque una minicrisis de Gobierno. Se ha rumoreado, y mucho, que el escándalo del máster podría pasar factura al actual consejero de Educación, Rafael van Grieken, que fue precisamente vicerrector de Investigación de la Universidad Rey Juan Carlos durante 10 años. Hay otro consejero, el de Familia y Políticas Sociales, Carlos Izquierdo, que tampoco vería con malos ojos un cambio. Pero no está previsto que ninguno de los dos deje el cargo.

Garrido sí quiere hacer cambios en su tono político. Utilizar un estilo más conciliador y sosegado. Negociación y talante. Sobre todo con su principal aliado político, Ciudadanos, con el que firmó el pacto de investidura en 2015 y quien ha permitido ahora (tras el caso Cifuentes) que el PP siga gobernando en la Comunidad de Madrid. Será un año complicado, pero Garrido quiere tranquilidad, afianzar el proyecto político e intentar un poco revertir las encuestas. Y sobre todo, levantar el ánimo de los suyos y de su electorado. Cifuentes había llevado al plano personal (y por ende trasladado al Gobierno) su mala relación con el portavoz de Ciudadanos, Ignacio Aguado, que se había deteriorado en los últimos meses. Garrido quiere mejorar la relación con su aliado y principal rival político de cara a las elecciones de 2019.