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Las cuentas para el último diputado en Galicia: cómo influye el voto exterior en el resultado
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Las cuentas para el último diputado en Galicia: cómo influye el voto exterior en el resultado

La participación en el extranjero, con 29.000 papeletas, no influirá en la mayoría absoluta del PP, pero sí puede alterar la foto final. El PSdeG, con 9 escaños, está a 112 sufragios de lograr otro en Ourense

Foto: El voto del CERA se contabiliza el 26 de febrero. (Europa Press/Adrián Irago)
El voto del CERA se contabiliza el 26 de febrero. (Europa Press/Adrián Irago)
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El voto exterior estaba marcado como una de las claves de las elecciones en Galicia. El resultado del 18-F, con la mayoría absoluta del PP, ha desterrado esta posibilidad, pero todavía puede alterar la foto final. Las cuentas para el reparto del último diputado están en marcha, ya sea para encumbrar aún más a Alfonso Rueda o para amortiguar el traspié de la izquierda. Y aunque la experiencia dice que los populares suelen salir beneficiados, lo cierto es que el PSOE acaricia un asiento más, que subiría su representación en el Parlamento a 10 escaños para maquillar el peor resultado hasta la fecha.

Aunque la victoria de Alfonso Rueda es inamovible, con 40 diputados (dos más de los que marca la mayoría absoluta), los socialistas están a poco más de un centenar de papeletas de arrebatar a los populares el último escaño en la provincia de Ourense. El voto se contabilizará el 26 de febrero, según el calendario de la Junta Electoral.

Si esto sucede, el PP quedaría con 39 diputados y el PSOE con 10. ¿Cómo funciona? La primera clave está en la participación del Censo de Electores Residentes Ausentes (CERA). La Xunta de Galicia adelantó en rueda de prensa que fue del 6,15% del total de personas con derecho a voto en el extranjero, lo que se traducen en unas 29.300 personas de un censo de más de 476.000.

Foto: Urnas del 23-J. El voto CERA se conocerá este viernes. (EFE/J.P. Gandul)

Cualquier cambio parece que pasará por Ourense. Es la provincia con una mayor proporción de voto CERA frente al de los residentes llamados a las urnas. Unos 6.150 ourensanos en el extranjero han participado este 18-F, según Europa Press.

La segunda clave reside en la distancia entre ambos partidos. En esta situación, el PSOE es el aspirante y el Partido Popular, quien defiende su posición. La noche electoral se cerró en Ourense con una diferencia de 112 papeletas entre los dos partidos. Esta es la foto fija, desde donde parten los cálculos. La aspiración de la izquierda era encarar el recuento con un resultado ajustadísimo y con todo en el aire, pero finalmente será irrelevante, como ya ocurrió hace cuatro años. Entonces, Alberto Núñez Feijóo consiguió su diputado número 42, alcanzando una cifra histórica.

Si el voto exterior es más favorable a los socialistas, podrían maquillar su mal resultado, que fue de 9 diputados. Pero todo depende de cuántos votos obtenga el defensor, en este caos el PP, y el resto de candidaturas. La línea del siguiente gráfico representa el número de papeletas mínimo que necesita el atacante en función de las conseguidas por su competidor.

Lo ocurrido en el último precedente sirve como ejemplo. En 2020, la lista encabezada por Alberto Núñez Feijóo recibió 502 votos del exterior y el PSOE, 197. Con estas cifras, en la situación actual, el PP retendría su escaño. La fórmula de D’Hondt, mediante la que se reparten los escaños, supone que a medida que unos y otros reciben votos, los cálculos se alteran y no se puede reducir a que los socialistas consigan 112 papeletas más. La solución no es tan sencilla.

Ante esta incertidumbre puede ser útil revisar el comportamiento del voto CERA en anteriores elecciones autonómicas. En el caso de Ourense, desde 2001 ha sido siempre favorable al Partido Popular, al contrario de lo que sucede en las generales, donde este voto beneficia más a la izquierda. En esta provincia gallega, es al revés: beneficia a la derecha y, además, con mayor intensidad que el presencial o el emitido por correo. La única excepción fue en las elecciones de 2020, cuando el porcentaje de voto exterior fue ligeramente inferior al registrado en las urnas.

Pese a esto, el menor porcentaje de voto exterior para el Partido Popular se situó en el 48,7% hace cuatro años. Solo un apoyo notable a Democracia Ourensana y un crecimiento considerable del PSOE, que este 18-F ha cedido su lugar como primera fuerza de la oposición al BNG, podría conseguir el cambio. La situación está muy ajustada, y todo puede decidirse por un puñado de votos, pero la revisión del histórico es más favorable al Partido Popular.

El voto exterior estaba marcado como una de las claves de las elecciones en Galicia. El resultado del 18-F, con la mayoría absoluta del PP, ha desterrado esta posibilidad, pero todavía puede alterar la foto final. Las cuentas para el reparto del último diputado están en marcha, ya sea para encumbrar aún más a Alfonso Rueda o para amortiguar el traspié de la izquierda. Y aunque la experiencia dice que los populares suelen salir beneficiados, lo cierto es que el PSOE acaricia un asiento más, que subiría su representación en el Parlamento a 10 escaños para maquillar el peor resultado hasta la fecha.

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