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Feijóo saca la artillería de las medidas sociales a un año de las autonómicas gallegas
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Entre ellas, la recuperación del cheque bebé

Feijóo saca la artillería de las medidas sociales a un año de las autonómicas gallegas

El presidente de la Xunta promete rebajas fiscales y rescata el cheque bebé de Zapatero mientras alimenta las dudas sobre su continuidad en Galicia

Foto: El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, al comienzo del último debate de política general. (EFE)
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, al comienzo del último debate de política general. (EFE)

Feijóo ha vuelto de las vacaciones de verano con la lección del 24 de mayo grabada a sangre y fuego. O reacciona, o adiós a la Xunta, como pudo comprobar en unas municipales en las que su partido quedó absolutamente arrinconado en Galicia. A un año de las autonómicas, afronta el momento más delicado de su carrera política con una cirugía en su Gobierno, que se llevó por delante la semana pasada a su 'conselleira' más polémica y a otros altos cargos envueltos en problemas judiciales. El intento de recuperar la iniciativa ha continuado este miércoles con el anuncio de unos Presupuestos expansivos colmados de rebajas fiscales y ayudas sociales. Entre ellas, la recuperación del cheque bebé que impulsó Zapatero, y que mereció críticas durísimas por parte del propio Feijóo.

Con estas medidas sociales y fiscales, adelantadas en el debate del estado de la autonomía, el presidente del PP gallego trata de amarrar para su partido un gobierno que conserva desde 1989, con la única excepción del bipartito que formaron socialistas y nacionalistas entre 2006 y 2009. Más difícil resulta interpretar el contraataque del Feijóo en clave personal. El eterno delfín de Mariano Rajoy ya anunció que no irá en las listas del PP en las generales del 20 de diciembre, pero hoy ha alimentado las especulaciones sobre su continuidad como candidato a la Presidencia de la Xunta al cerrar su discurso en tono de despedida. “Gracias por todo, Galicia. Gracias por permitirme ser presidente”, proclamó con solemnidad.

En su crisis de Gobierno del 5 de octubre, Feijóo se cuidó de mantener en la vicepresidencia a Alfonso Rueda, uno de los principales candidatos ante un eventual relevo, y en la recámara están otros dirigentes como el portavoz parlamentario Pedro Puy o el exalcalde de Ferrol José Manuel Rey Varela, ahora 'conselleiro' y responsable de la campaña del PP para las generales. Pero no se trata tanto de si quiere hacer carrera en Madrid como de si puede: su interés se da por descontado, pero las circunstancias juegan en su contra. Por un lado, el desastre de las municipales lo ha debilitado. Y por otro, para sustituir a Rajoy sería aconsejable, aunque no obligatorio, ocupar un escaño en Madrid. Eso no ocurrirá, por lo que solo una sucesión exprés, con un eventual veto de Ciudadanos al actual presidente para apoyar al PP, podría provocar que Feijóo abandonara anticipadamente Galicia.

El presidente del Gobierno ya ha adelantado que prefiere a Feijóo en Galicia. “Todo el mundo quiere que sea candidato a la Presidencia de la Xunta, pero lo más importante es escucharle a él”, afirmó Mariano Rajoy la semana pasada. Feijóo ha aplazado su decisión “al primer trimestre de 2016”, un plazo en el que el horizonte se presentará mucho más despejado que en vísperas de unas generales tan inciertas como las del 20-D. Pese a la críptica despedida de su discurso en el debate de hoy, la continuidad como aspirante a un tercer mandato en Galicia se abre paso como el escenario más probable.

Por encima de posibles despedidas -el cierre de su discurso arrancó incluso las lágrimas de una 'conselleira'-, el mensaje de Feijóo se pareció más al de un candidato que al de un presidente. Como en la campaña en la que fue elegido por primera vez, en 2009, se saca de la chistera la rebaja del IRPF. En aquella ocasión no la aplicó, con el argumento de que la situación económica lo impedía, y más tarde se enfrentó a Esperanza Aguirre por proponerla para Madrid sin contar con el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Ahora la recupera “para la mayoría de los contribuyentes”.

Otra de sus promesas consiste en eximir “al 99% de los gallegos” -en los primeros 400.000 euros de renta- del impuesto de sucesiones y donaciones. Su intervención ante el Parlamento gallego sirvió para ir trazando otras medidas de marcado carácter social, como la ampliación del bono guardería y la creación del de cuidador en el rural, pensado para apoyar a las familias que no tengan plaza en una escuela infantil de la Xunta o donde no la haya. Pero sobre todo se descolgó al retomar la idea de un cheque bebé de 100 euros -2.400 menos que el de Zapatero- para afrontar gastos básicos como alimentación, pañales o mudas.

En su discurso habló de un cheque “para cada niño que nazca a partir del 1 de enero”, aunque después aclaró que llegará a “ocho de cada diez familias”

Feijóo no concretó cómo se repartirá esa ayuda. En su discurso habló de un cheque “para cada niño que nazca a partir del 1 de enero”, aunque después aclaró que llegará a “ocho de cada 10 familias”, distanciándose así del que implantó el Gobierno socialista, del que el presidente gallego criticó que fuera idéntico “para un parado que para un acaudalado”.

En su ofensiva para recuperar la iniciativa, Feijóo propuso incluso actuaciones contra la pobreza energética, con un programa para evitar los cortes de luz por impago a las familias "más vulnerables" en el que la Xunta asumirá el coste de dos mensualidades de la tarifa. También prometió prorrogar programas contra los desahucios y un plan de lucha contra la desigualdad económica. También anunció un convenio para hacer llegar alimentos a los menores que lo precisen en las vacaciones escolares y una ayuda de 50 euros para material escolar, que se suma a las existentes para libros de texto. Bonificaciones al gasto en medicamento y material de apoyo para personas de movilidad reducida fueron otras de las muchas medidas sociales anunciadas por Feijóo.

Todo eso fue expuesto después de desvelar que los Presupuestos de la Xunta para 2016 serán moderadamente expansivos: 400.000 euros más que los del actual ejercicio. Lo hizo en un discurso en clave de fin de crisis, en las antípodas del Feijóo que llegó a la Xunta en 2009 para erigirse en baluarte de los recortes y de la austeridad, cuando esos conceptos apenas se manejaban ni en España ni en Europa. Seis años después, vuelve a declarar la fiesta, sea para allanarse el camino del tercer mandato, sea para dar sentido a sus enigmáticas palabras de despedida.

Feijóo ha vuelto de las vacaciones de verano con la lección del 24 de mayo grabada a sangre y fuego. O reacciona, o adiós a la Xunta, como pudo comprobar en unas municipales en las que su partido quedó absolutamente arrinconado en Galicia. A un año de las autonómicas, afronta el momento más delicado de su carrera política con una cirugía en su Gobierno, que se llevó por delante la semana pasada a su 'conselleira' más polémica y a otros altos cargos envueltos en problemas judiciales. El intento de recuperar la iniciativa ha continuado este miércoles con el anuncio de unos Presupuestos expansivos colmados de rebajas fiscales y ayudas sociales. Entre ellas, la recuperación del cheque bebé que impulsó Zapatero, y que mereció críticas durísimas por parte del propio Feijóo.

Alberto Núñez Feijóo
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