Pedro Sánchez se encomienda a Valencia

Ximo Puiges un aliado de Pedro Sánchez. Lo apoyó en el congreso en el que salió elegido secretario general. Pero Puig también es un aliado de Susana Díaz. De hecho, en aquel cónclave ambos fueron los líderes territoriales que decantaron la balanza. Desde entonces las cosas han cambiado en el seno del PSOE. Susana Díaz, con su particular agenda política, mantiene en vilo al máximo dirigente de los socialistas españoles y a su declarada vocación de encabezar la candidatura del partido en las elecciones generales que Mariano Rajoy debe convocar para noviembre. Con estas cartas, ¿qué papel juega Ximo Puig en la partida?

Este sábado, en el epicentro de la campaña electoral de las autonómicas del 24 de mayo, Puig hizo el envite e invitó a Sánchez a acompañarlo. Llenar la plaza de toros de Valencia es una proeza que solo ha estado al alcance del PP y del PSOE. Ningún otro partido se atreve con ella, al menos sin esconder con lonas o tras el escenario la mitad del aforo. De hecho, tal y como están las cosas hoy en día, hasta los dos grandes partidos tienen dudas sobre si usar este emblemático espacio para sus mítines centrales. Pero Puig se arriesgó. El PP lo hará el jueves con Mariano Rajoy.

Es un riesgo controlado. Más de 200 autobuses fletados y costeados por el partido (unos 200.000 euros) trajeron a militantes y simpatizantes desde toda la Comunidad Valenciana y llenaron el coso de la calle Xàtiva. Algo más de 12.000 personas, la mayoría de las cuales aguantaron a pleno sol un acto de tres horas, entre previo y discursos. "No está nada mal… En otras épocas se llenaba la plaza trayendo a gente con autobuses desde Cuenca o Albacete", reconocen fuentes del PSPV.

Aunque Sánchez cerró el acto, en verdad el esfuerzo del aparato de los socialistas valencianos no está tan vinculado al futuro del secretario general federal como del propio. Ximo Puig es un veterano en política. Prácticamente es uno de los fundadores del autogobierno valenciano tal y como era (o debería ser). Fue secretario de Joan Lerma durante la presidencia del ahora senador y es un activo del partido. Pero su papel se había centrado en Morella, ciudad de la que ha sido alcalde hasta que se puso manos a la obra para recuperar un despacho en el Palau de la Generalitat, pero ahora como presidente.

La crisis del PP valenciano, acosado por incesantes casos de corrupción y con el desgaste propio de la crisis económica, situó al PSPV en una posición de salida perfecta. Puig, desafiando al propio PSOE, fue el primero de todos los barones territoriales que convocó primarias. Y las ganó sin problemas. Pero el escenario que hace algo más de un año parecía sencillo -el PP frente al tripartito de PSPV, Compromís y Esquerra Unida- se ha complicado mucho con la irrupción primero de Podemos y después de Ciudadanos.

A Sánchez todo este galimatías no lo favorece nada. Sobre todo porque la victoria en la Comunidad depende en buena parte de su crédito político

La compleja aritmética electoral valenciana mantiene abiertas esperanzas hasta en un Alberto Fabra que hace un año estaba prácticamente desahuciado. Así, el escenario en el que un Ximo Puig liderando el tripartito se convertía en presidente de la Generalitat se complicó. Pero sigue siendo uno de los más viables, aunque con actores distintos.

A Pedro Sánchez todo este galimatías no lo favorece nada. Sobre todo porque de la victoria en la Comunidad Valenciana -en realidad, de la capacidad de Puig para lograr ser el presidente de la Generalitat, porque no será la fuerza más votada- depende en buena parte su crédito político. "Debe poder enseñar una victoria. La Comunitat Valenciana es el territorio en disputa más importante al que tiene acceso real. No va a presumir de mandar en Andalucía, donde está su amenaza más firme en este momento…", explican fuentes socialistas.

La cuestión es que en esa reflexión queda fuera la Comunidad de Madrid y el ayuntamiento de la capital de España. "Como madrileño sufridor de un gobierno del PP os puedo asegurar que hay paralelismos entre los dos territorios", dijo Sánchez en el mitin de este sábado. Es cierto, ambos son territorios donde el PP ha conseguido una hegemonía que el PSOE no ha sabido romper. Y ambos están castigados por la corrupción como pocos otros -¿Andalucía quizá?- en España.

Lo que ya no parece ser tan cierto es la segunda parte de la frase que pronunció Sánchez. "El próximo 24M nos vamos a liberar los dos [Valencia y Madrid] de la correa de la Gürtel". ¿Ganar Madrid? "Pedro Sánchez hizo su jugada en Madrid con el cambio en las candidaturas. Las encuestas están mostrando que no ha salido bien. El juego solo está en Valencia", explican desde el partido. El malavenido equipo popular Aguirre-Cifuentes parece imparable.

Para muestra de esa situación el botón del mitin de Valencia. Es el mayor de los que celebrará el PSOE en toda España. Ni en Madrid se atreven con un espacio análogo. La demostración de fuerza se ha hecho este sábado. Un exhausto Ximo Puig recorría los pasillos de la ya desierta plaza de toros de Valencia pasadas las dos y media de la tarde. Acompañado de su equipo de confianza y con Sánchez de camino a casa, el candidato se mostraba satisfecho: "Lo hemos hecho bien".

Los socialistas valencianos han puesto toda la carne en el asador -un tórrido día de un mayo extraordinariamente caluroso- y casi les toca esperar. Pedro Sánchez ha visitado más veces la Comunidad Valenciana en las últimas semanas que ningún otro líder de otro partido. Sabe lo que hay en juego. Para los socialistas valencianos un cambio en la Generalitat. Para él y el PSOE la posibilidad de dar visibilidad a los cambios posibles. "Si tengo el orgullo de ser presidente del Gobierno en noviembre…", dijo durante el mitin. Para él, como para Puig, es ahora o posiblemente, nunca.