El PSOE valenciano lanza unas primarias exprés con Diana Morant contra los críticos

El proceso congresual para la sucesión de Ximo Puig al frente de la secretaría general del PSPV-PSOE ya tiene calendario. La ejecutiva de la segunda federación socialista en número de militantes ha fijado el fin de semana del 22, 23 y 24 de marzo para la celebración del cónclave, que tendrá lugar en Benicàssim (Castellón). Previamente, se producirán dos votaciones en unas elecciones primarias organizadas de forma exprés, de las que saldrá el próximo líder o lideresa de la organización. La favorita, en principio, por el respaldo que recibe tanto del expresidente de la Generalitat como del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant. Enfrente tendrá, si se cumplen los pronósticos, al secretario provincial de Alicante, el diputado en el Congreso Alejandro Soler, y al alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, barón provincial en Valencia.

Los tres dirigentes socialistas tienen hasta el 30 de enero para formalizar sus candidaturas. Si se confirma la existencia de más de dos pretendientes a la secretaría general, la primera vuelta de las primarias tendrá lugar el 25 de febrero. La segunda y definitiva, si nadie cosecha el 50% de apoyos, se celebrará el 3 de marzo. En poco más de un mes se resolverá el nuevo liderazgo; en dos meses, se cierra el ciclo. Ninguno de los tres posibles aspirantes ha explicitado todavía en público sus intenciones, aunque sí confirman los planes sus entornos más cercanos. Todos se arrogan el control de espacios territoriales en la Comunidad Valenciana y militantes. Pero en el PSPV las cosas son mucho más líquidas de lo que parece. Ni Bielsa controla toda Valencia, ni Soler todo Alicante. Juntos podrían ganar a Morant. Pero los dos quieren el liderazgo. Todo apunta a unas primarias a tres si ninguno se descuelga. El ximismo da por segura la victoria de la ministra de Sánchez.

“El partido tiene que salir profundamente unido y preservando la diversidad”, apeló Ximo Puig tras la reunión de la ejecutiva. La apuesta, señaló, es que una vez terminado el proceso se haya logrado “revigorizar el proyecto socialista con un congreso abierto y socialdemócrata”, añadió.

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Sin embargo, las semanas de conversaciones, reuniones y comidas y cenas de cuadros desde que Puig comunicó su decisión de dar un paso atrás y abrir un proceso de relevo en el liderazgo tras la derrota del 28 de mayo no han conducido a un consenso interno. Tampoco se produjo el acercamiento en los pasillos de la convención del PSOE en A Coruña. Los críticos ven en Morant la continuidad del proyecto orgánico de Ximo Puig. Los defensores de la ministra la señalan como la opción más realista y potente de tener alguna garantía de retorno al poder de la Generalitat, ahora presidida por el popular Carlos Mazón, en 2027.

Ferraz arrancó tratando de propiciar una lista de integración y ha terminado desmarcándose formalmente de las componendas internas, consciente del complejo sudoku de familias que tradicionalmente caracteriza al PSPV. Respeto a los territorios, que la militancia hable en libertad y que gane el mejor candidato es el mensaje oficial. "La voz de las bases será respetada, la dirección federal no va a inmiscuirse", señalaba este lunes la portavoz federal, Esther Peña.

En los próximos días se despejarán las incógnitas del alcance de la confrontación. Soler señalaba tras la reunión en Valencia que esta misma semana, antes del próximo comité nacional del sábado, que convoca formalmente el congreso, anunciará cuál es su voluntad. Antes, dijo, hará "un esfuerzo más de diálogo con aquellos que han mostrado su disposición" para lograr "una opción garantista para los intereses de todo el partido y la militancia". Además de controlar el grueso de su provincia, el alicantino cuenta con el respaldo de cuadros afines al exministro y exsecretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos, y no descarta convencer a Bielsa de que se una a su proyecto, aunque el alcalde de Mislata se mantiene en su posición de querer jugar la partida. También Morant ha tentado con la integración a Soler, sin éxito.

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La favorita, en cualquier caso, es la ministra de Ciencia. El respaldo de Puig y el hecho de formar parte del gabinete de Pedro Sánchez la sitúan en esa posición. Por esta misma razón es la que más se juega en el proceso congresual. Está recibiendo el apoyo cerrado de cuadros con peso institucional, especialmente de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, muy bien conectada, por ejemplo, con la comarca de Valencia ciudad, en manos de Sandra Gómez. Un rechazo de la militancia en su propia autonomía sería un claro gesto de debilidad interna incluso en el seno del Gobierno. El propio presidente del Ejecutivo se juega también no sufrir otro episodio de desgaste dando vía libre a su ministra de Ciencia para competir por el liderazgo de una organización territorial y recibiendo un varapalo de las bases.

Morant estuvo este lunes reunida en Ferraz después de la ejecutiva federal, que también se congregó en Madrid. Nada se sabe de ese último diálogo con la dirección de la fontanería que encabeza Santos Cerdán. Ha mantenido hasta ahora un perfil ajeno a la batalla interna, tratando de mantenerse el margen. Pero, con el calendario sobre la mesa, la suerte está echada. Antes de la semana que viene, debería mover ficha. Será entonces cuando las familias del PSPV empiecen a contarse.