La resistencia de los barones provinciales a apoyar a Morant amenaza con fracturar al PSPV

La federación socialista valenciana se prepara para abordar un complejo proceso de renovación interna. El paso atrás del hasta ahora líder del PSPV-PSOE, Ximo Puig, se traducirá en la convocatoria este lunes por parte de la ejecutiva autonómica de un congreso extraordinario para el primer trimestre de 2024, probablemente en febrero o marzo. El objetivo, según desgranó Puig en su discurso en el comité nacional celebrado este sábado, es fraguar "nuevos liderazgos" en equipos y estrategias con el fin de construir "una alternativa potente" al nuevo poder autonómico representado por la coalición del Partido Popular y Vox, tanto en la Generalitat valenciana como en los principales ayuntamientos.

Sin embargo, las primeras señales internas no auguran un consenso en torno a la persona que asumirá el nuevo liderazgo. Los fantasmas de las cruentas batallas previas al retorno al poder en 2015 han resucitado. La preferencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del propio Puig por la ministra de Ciencia y Universidades, Diana Morant, como sucesora, ha sido acogida con mucha frialdad por los sectores críticos con el expresident, liderados por los secretarios provinciales Carlos Fernández Bielsa (Valencia) y Alejandro Soler (Alicante), que venían reclamando un giro de timón más profundo en el ámbito orgánico.

Lo que para Sánchez y Puig es un puente hacia un relevo ordenado y no rupturista, para los barones provinciales representa la continuidad del ximismo al frente de la organización. Así perciben la figura de la exalcaldesa de Gandía, pese a haberse convertido en persona de confianza de Sánchez. En el entorno del barón socialista, por contra, defienden su perfil renovador, el de una mujer joven y con experiencia en la gestión, a la que Sánchez ha ido dando confianza en su gabinete.

Tanto Soler como Bielsa han trasladado ya al secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, su desacuerdo con la solución planteada. Este mismo sábado por la tarde, coincidieron con el fontanero mayor de Ferraz en un acto en Alicante donde le insistieron en su discrepancia. "Si hay una imposición de Ferraz con Diana Morant, habrá una alternativa en primarias", señalaron contundentes cuadros afines a esta posición, reclamando neutralidad a la dirección federal. A este grupo se ha unido la tropa del exministro de Transportes y exsecretario de Organización, José Luis Ábalos, que todavía conserva algunos apoyos en la ciudad de Valencia y, en menor medida, en la provincia.

Hay coincidencia en estos tres grupos en que, al margen de que Morant pueda llegar a ser candidata a la Generalitat en 2027, no es la persona idónea para la secretaría general del PSPV. El problema es que tanto Soler como Bielsa ambicionan, de hecho, el liderazgo orgánico. El primero pide paso desde el sur, mientras que el de Mislata hace gala del aval de los alcaldes socialistas del área metropolitana de Valencia. Ninguno de los dos descarta liderar una candidatura al congreso del año que viene. Su alianza es circunstancial y, por tanto, también su principal debilidad.

Ferraz y Puig están tratando de articular un consenso alrededor de Morant y, aunque han podido comprobar las resistencias, no renuncian a que los críticos se integren en la propuesta. Soler, que controla la provincia de Alicante, es el más deseado. Pero el exalcalde de Elche venía trabajando con Cerdán en una opción bicéfala: él ocuparía la secretaría general de la federación y Morant quedaba reservada como cartel electoral para las próximas autonómicas. La preferencia de Sánchez por su ministra para entregarle ya el control del partido le ha descolocado y ha enrarecido el ambiente. Las familias han comenzado a sacar las calculadoras.

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"Respetaremos lo que decidáis. En este partido no sobra nadie. Tiene que haber altura de miras, diálogo y unidad para ganar las elecciones de 2027", señaló Santos Cerdán en su intervención en el comité nacional en Valencia, para tratar de calmar los ánimos y esquivar la imagen de que está promoviendo a una candidata en concreto frente a otras opciones, algo que se le puede volver en contra. El secretario de Organización quiere jugar un rol de verificador de acuerdos. Sabe que camina sobre arenas movedizas en la tradicional estructura de familias del PSPV.

Sin embargo, la propia salida de Puig, anticipando el calendario congresual, es producto de un acuerdo con Pedro Sánchez. Los socialistas valencianos afrontan una dura travesía del desierto. Con la renuncia del expresident, la federación valenciana despeja el camino para la renovación, pero también pierde su principal activo político, su líder más conocido y con mejores índices de valoración en la Comunidad Valenciana. La persona que ha encabezado el proyecto del PSPV en los ocho años que ha estado al frente de la Generalitat. Incluso con esos mimbres, perdió las elecciones el pasado 28 de mayo frente al Partido Popular y Carlos Mazón. Los nuevos aspirantes tienen el listón bastante alto como para socavar el trabajo ya realizado, hozando en sus batallas internas.