Puig resucita el fantasma de la corrupción del PP para activar a las bases: "Volkswagen o Gürtel"

Pasado o futuro; adelante o atrás; Gürtel o Volkswagen. Los socialistas valencianos han puesto el retrovisor para tratar de movilizar al electorado progresista en el que es el primer gran acto de la precampaña de las elecciones municipales y autonómicas. La Convención Municipal del PSOE celebrada en Valencia se cerró este domingo con intervenciones del barón autonómico, Ximo Puig, y la vicealcaldesa y candidata a la alcadía de la capital, Sandra Gómez, en las que recordaron la acumulación de casos de corrupción del Partido Popular y defendieron la etapa de gestión del Consell del Botànic como "un nuevo paradigma" en el que se ha disociado la acción pública de "la corrupción y la decadencia".

"Hace años abríamos los telediarios todos los días. Lo que pasaba es que aquellos que tenían la gobernabidiad en sus manos la utilizaron en beneficio propio. No era un problema de los valencianos, eran un problema del Partido Popular", asestó Puig en su discurso contraponiendo los años de gobiernos conservadores a los actuales. "Que saquen la bolita que quieran. En todos los parámetros políticos, económicos y sociales, la Comunitat Valenciana está hoy mejor que hace ocho años. A pesar de la pandemia y la guerra. No es hablar en abstracto, es un análisis con rigor. Es Gürtel o Volkswagen".

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En la misma línea se pronunció Sandra Gómez, que cargó contra la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso por reivindicar el "eje de la prosperidad" entre Madrid, Valencia y Baleares que los populares defendían hace más de una década. "Todos los valencianos y valencianas nos preguntamos a qué eje de prosperidad se refiere. ¿El eje de prosperidad de Paco Camps y Esperanza Aguirre? ¿El eje de la Gürtel hizo muy prósperos a los dirigentes del PP?", asestó la aspirante. "El eje de la prosperidad del PP es el que cerró la televisión pública, privatizó la sanidad pública y tenía a niños estudiando en barracones".

El posible regreso de la corrupción del PP se perfila así como elemento movilizador en el arranque de la precampaña. Los socialistas han trabajado hasta ahora un perfil muy institucional en torno a la figura del president, dirigida a amortiguar la tensión política y evitar la polarización que buscan los aspirantes, el PP de Carlos Mazón y Vox. El entorno de Puig reivindica su figura más allá del carnet socialista. En esta línea se explica que este domingo aprovechase su intervención para reclamar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, "un paso más" en materia de financiación autonómica, cuya reforma sigue congelada en los despachos del Ministerio, y advirtiese a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que no renuncia al trasvase Tajo-Segura.

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Pero la imagen institucional puede no ser suficiente en una contienda electoral que se augura muy ajustada. Desde el entorno de barón socialista se admite la necesidad de activar al electorado progresista y del riesgo de desmovilización. Se confía en que la propia dinámica de campaña sirva para mover indecisos en el tramo final.

Este era el objetivo de la candidata de Valencia, Sandra Gómez, con la convención de este fin de semana: recibir el espaldarazo de todo su partido con la doble intención de frenar las expectativas del Partido Popular de convertir a María José Catalá en alcaldesa, pero también intentar superar al actual alcalde, Joan Ribó (Compromís). El PSPV perdió en 2015 el primer puesto en el bloque de la izquierda y no ha conseguido recuperarlo. La estrategia sandrista difiere de la de Puig. Ella es partidaria de recurrir a una discurso más esencialista y de políticas de izquierda y de elevar la movilización para robar votos a Ribó. Ha sido Gómez la que más ha empujado para que Ferraz eligiese Valencia para su convención de alcaldes y candidatos de este fin de semana.