Es noticia
Prohibido no tocar: en este museo te dejan tener entre las manos ánforas de hace 2.000 años
  1. España
  2. Comunidad Valenciana
arte

Prohibido no tocar: en este museo te dejan tener entre las manos ánforas de hace 2.000 años

Vilamuseu, en La Vila Joiosa, está considerado uno de los centros culturales más accesibles de Europa. Tanto el diseño del edifico como sus exposiciones responden a esa propuesta

Foto: Una de las obras expuestas en el museo Vilamuseu. (Cedida)
Una de las obras expuestas en el museo Vilamuseu. (Cedida)

La imagen habitual de un museo la conforman guardas de seguridad atentos a cada movimiento de los visitantes, vitrinas que protegen valiosas obras de arte y carteles en los que reza prohibido hacer fotos o tocar. Una estampa bien distinta a la que La Vila Joiosa perseguía cuando decidió reconvertir el antiguo colegio Doctor Esquerdo en el principal edificio cultural del municipio. Vilamuseu es todo lo contrario. Un espacio donde se puede tocar lo expuesto y también aquello que, por su fragilidad o delicadeza, se encuentra tras una vitrina, ya que el centro dispone de reproducciones exactas al alcance de cualquiera, niños incluidos.

Foto:

La esencia del museo se podría traducir en el lema “prohibido no tocar” que defiende su director Antonio Espinosa, quien asegura que Vilamuseu es uno de los museos más accesibles de Europa. De hecho, el concepto bajo el que fue ideado es que tanto el continente como el contenido fuera para todos. Y lo es. Tanto el diseño del edificio como el acceso a las obras y contenidos multimedia es 100% accesible.

Premios, diseño y accesibilidad

Vilamuseu ha sido reconocido dos veces con los International Awards que otorga la Desing For All Fountation y con el premio de plata de IAUD International Desing Award por su apuesta por la accesibilidad universal. Además, cuenta con el reconocimiento de la Unesco por su exposición permanente dedicada al pecio Bou Ferrer, declarado una de las primeras siete mejores prácticas mundiales de patrimonio cultural subacuático. También ha servido como modelo en la creación de estándares de accesibilidad para museos de Europa, según la empresa Puntodis especializada en soluciones de accesibilidad.

placeholder La fachada del centro artístico. (Cedida)
La fachada del centro artístico. (Cedida)

Lo primero que llama la atención de Vilamuseu es su fachada. Se mantiene la original de estilo historicista de lo que fue el colegio Álvaro Esquerdo, construido en 1922. Pero no es más que un trampantojo porque de aquel edificio solo queda ese elemento. Traspasada la puerta y la ilusión de una casa antigua aparece la verdadera fachada moderna del museo y los tonos blancos del primer frontis se convierten en tonos rojizos acompañados de cristal y acero que dominan todo el museo.

El punto focal del diseño de Vilamuseu no son sus salas de exposiciones ni su fachada. De nuevo el protagonismo se lo lleva un punto que en otro museo pasaría desapercibido o se escondería: la rampa de acceso. Esta rampa, situada en la zona central sirve como elemento de atractivo visual y permite acceder a la planta 1 de forma cómoda y segura gracias a su poco desnivel (8%) con tramos en plano y doble barandilla. El desnivel que salva está cubierto con paneles de cristal que permiten la visión de las distintas plantas.

Foto:

Todo el museo, incluida la sala dedicada al pecio Bou Ferrer ubicada en la planta -1, es plenamente accesible para personas con movilidad reducida y también con problemas auditivos o visuales. Incluso el pavimento sigue un patrón de distintos colores para hacer más fácil su tránsito a personas con visión reducida. Para las personas con discapacidad auditiva el museo dispone de bucle magnético para usuarios de audífono o implante coclear. Los ascensores están pensados para que grupos de visitantes en silla de ruedas puedan desplazarse todos juntos a las demás plantas del museo. Tienen numeración visual y en braille y sus puertas son de cristal para detectar cualquier incidencia interior.

Vilamuseu sigue una política de residuos 0 y evita la entrega de guías o trípticos. Toda la información se encuentra en paneles visibles con textos de lectura fácil y en códigos QR que permiten acceder a través de dispositivos móviles a información complementaria (tanto textos como fotos, vídeos o audio descripciones). La exposición también cuenta con pictogramas de comunicación alternativa y aumentativa y enlaces a vídeos con lengua de signos española. Asimismo, el museo ofrece un servicio de préstamo gratuito de tablet para acceder al contenido de los códigos QR.

Batallas sensoriales

El contenido del museo también es accesible. En el caso de la exposición dedicada al yacimiento subacuático Bou Ferrer, salvo los objetos pequeños como clavos o monedas o peligroso como lingotes de plomo, el resto de la exposición no está separada del visitante por vitrinas ni ningún tipo de barrera. Ánforas de 2.000 años rescatadas del pecio están al alcance de la mano y, previa desinfección con gel hidroalcohólico, pueden ser tocadas.

Otra de las exposiciones, Música, Polvora i Desembarc, dedicada a las Fiestas de Moros y Cristianos, ofrece la posibilidad de embarcarse en un navío y hasta armarse con trabucos como los que se utilizan para las batallas entre moros y cristianos. El visitante también puede vivir de forma virtual el desembarco (acto de Interés Turístico Internacional) accediendo a una caja sensorial donde el techo y las paredes son pantallas que lo sitúan en el medio del campo de batalla con imágenes a tamaño real y efectos sonoros envolventes.

placeholder Dos visitantes disfrutando de las obras interactivas del museo. (Cedida)
Dos visitantes disfrutando de las obras interactivas del museo. (Cedida)

La segunda exposición permanente está dedicada a los Tesoros de La Vila Joiosa y muestra piezas de las culturas del Mediterráneo que se han asentado en el municipio en los últimos 3.000 años. Muestras de artesanía y comercio procedentes de las culturas fenicia, griega, egipcia o etrusca, piezas únicas como una cantimplora egipcia de año nuevo y el collar de oro orientalizante del siglo VI a.C, son algunas de las valiosas piezas expuestas. Tal y como explica Antonio Espinosa, no es un museo de “ver, oír y callar” sino que lo que se pretende es invitar a preguntar, incitar a tocar las piezas y a ser conscientes de todos los siglos de historia que podemos tener en las manos.

Pero Vilamuseu no solo es una suma de espacios expositivos sino que es sede del proyecto de investigación, recuperación y activación del Pecio Bou Ferrer, una nave mercante romana del siglo I D.C. que transportaba un cargamento de casi cinco mil ánforas y 12 toneladas en lingotes de plomo y naufragó a escasos 1.000 metros de la costa de La Vila Joiosa entre los años 64 y 68 d.C. La nave permanece aún hoy sumergida a 25 metros de profundidad frente a la costa vilera y se ha convertido en el yacimiento subacuático en excavación más importante del Mediterráneo.

Foto: Grupo de visitantes ante el cuadro de Las Meninas de Velázquez, en El Prado.

También se encarga de gestionar la Casa Museo La Barbera dels Aragonés y los monumentos del municipio como la Torre funeraria romana de Sant Josep, la torre vigía de l’Aguiló o el santuario íbero y romano de la Malladeta. De cara a este 2023 Vilamuseu se plantea introducir en las exposiciones permanentes otras piezas muy valiosas que aún no han podido ser expuestas y mejorar la museografía para modernizarla y hacerla de mayor calidad. También dar espacio a exposiciones de talentos locales y recuperar un festival de recreación histórica como el Festum Allonis.

La imagen habitual de un museo la conforman guardas de seguridad atentos a cada movimiento de los visitantes, vitrinas que protegen valiosas obras de arte y carteles en los que reza prohibido hacer fotos o tocar. Una estampa bien distinta a la que La Vila Joiosa perseguía cuando decidió reconvertir el antiguo colegio Doctor Esquerdo en el principal edificio cultural del municipio. Vilamuseu es todo lo contrario. Un espacio donde se puede tocar lo expuesto y también aquello que, por su fragilidad o delicadeza, se encuentra tras una vitrina, ya que el centro dispone de reproducciones exactas al alcance de cualquiera, niños incluidos.

Noticias de Comunidad Valenciana