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El 'boom' de la economía circular: de Calpech al aterrizaje de Repsol en Ibi
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El 'boom' de la economía circular: de Calpech al aterrizaje de Repsol en Ibi

Ambas empresas protagonizan la emergencia: la 'spin off' de la UA ha comenzado a fabricar sus nanopartículas de hierro en Extremadura y la multinacional ha comprado el 27% de una pyme de tratamiento de residuos

Foto: De izquierda a derecha Jorge Ramis, cofundador de Acteco, Jaime Martín, director de Refino y Química de Repsol, y Juan Manuel Erum, cofundador de Acteco.
De izquierda a derecha Jorge Ramis, cofundador de Acteco, Jaime Martín, director de Refino y Química de Repsol, y Juan Manuel Erum, cofundador de Acteco.

En menos de un mes, dos empresas alicantinas han dado un salto cualitativo como agentes de economía circular. No se trata de las primeras, pero sí representan la ebullición que subyace en el tejido empresarial de la provincia. Calpech es una empresa de base tecnológica asentada en el Parque Científico de la Universidad de Alicante que, con poco más de un año de vida, acaba de dar el salto a la fase industrial en la fabricación de sus nanopartículas de hierro, un punto al que no todos los proyectos de investigación llegan. Acteco, por el contrario, es una empresa de Ibi que lleva más de 25 años dedicándose al tratamiento de residuos, y que ha visto ampliado su accionariado con la entrada de Repsol que ha adquirido el 27%.

Foto: Recarga de un coche eléctrico. (EFE/Javier Lizón)

Son dos casos muy diferentes que nos asoman al creciente y no cuantificado mundo de la economía circular, una aspiración que, en el caso de la Comunidad Valenciana, se ha materializado a través de un “modelo económico” y numerosos documentos que establecen hojas de rutas. En España, su importancia se puede medir por el PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) aprobado por el Gobierno y que prevé para este capítulo 492 millones.

En cualquier caso, Calpech es un ejemplo de cómo la transferencia de conocimiento está entrando en el tejido empresarial por la vía sostenible. En el Parque Científico de la UA, hay cinco empresas activas y en el Parque de la Universidad Miguel Hernández otras seis. Yuriy Budyk es el CEO y uno de los investigadores del equipo conformado por Blanca Calderón y Andrés Fullana. Ahora se ha trasladado a Badajoz, en concreto, a una cooperativa extremeña situada en el triángulo entre Don Benito, Valdetorres y Guareña, que es la base de operaciones. Gracias al acuerdo con esta planta, han podido, a coste cero, contar con la infraestructura necesaria para empezar con la fase de producción industrial. “Ellos ponen el alpechín, la maquinaria y la mano de obra; nosotros la formación y el método de producción patentado. Operan bajo nuestra licencia y en exclusiva”, comenta el investigador y, por ahora, único trabajador de la empresa.

Foto: Vista aérea del polígono de Las Atalayas, en Alicante. (Cedida)

“Fabricamos un aditivo para los digestores anaerobios que incrementa la producción del biogás, fuente de energía en algunas depuradoras. Básicamente lo que hacemos es incrementar la rentabilidad energética de las plantas hasta un 30% aproximadamente. Al aumentar la cantidad de biogás y producir más se limita la dependencia externa y por lo tanto, la planta reduce costes energéticos”, comenta Yuri Budyk. El otro punto de valor de la empresa es que la fabricación de las nanopartículas procede de un residuo tóxico producido en las almazaras: el alpechín. “Es agua residual del proceso de producción del aceite de oliva que se origina cuando se exprime la aceituna y es muy problemático. Tiene unas propiedades físico-químicas que lo hace más fitotóxico. Es malo para el medio ambiente. Está prohibido verterlo al suelo porque mataría todo lo que está plantado”, explica el CEO de Calpech.

placeholder Fundadores de Calpech. (Cedida)
Fundadores de Calpech. (Cedida)

“La economía circular está aquí. Nosotros nos incorporamos a la cadena de valor de la industria agrícola aprovechando un residuo que tienen y lo utilizamos como materia prima. Hemos identificado que tiene polifenoles, punto clave para fabricar nanopartículas”. “El año pasado estuve en una empresa andaluza que produce aceite y me dijeron que iban a cerrar por el alto coste que implica eliminarlo”, añade.

“Nuestro producto tiene costes inferiores a los que existen en el mercado. Hasta donde sabemos solo hay un único producto de origen checo y utilizan química tradicional para obtener esas nanopartículas. Nuestra tecnología es diferente y más barata”. El 2023 será el año de la comercialización. Sus clientes son empresas que gestionan depuradoras con línea de biogás.

Foto: Imagen: Pixabay.

En la lista de compañeros de viaje, destacan otras cuatro empresas en la UA: Fynch, Spacefarmers, Solublion y Bioflytech. La primera sí está más centrada en el complicado proceso de los plásticos multicapa. La segunda utiliza algas como materia prima. La tercera se centra en productos plásticos biobasados, compostables e hidrosolubles y la última, la más veterana, se dedica a la producción industrial de proteína de insectos para alimentación animal. La amalgama transversal se complementa con las iniciativas que tienen sede en el Parque Científico de la UMH.

Estas son Oscillum, empresa que ha creado una etiqueta inteligente y compostable; Innovation Labo Technologies, del campo de la biotecnología; D13C Studio, empresa que apuesta por tejidos veganos elaborados a base de maíz y manzana para impulsar la moda sostenible; Simplicity Works, que ha desarrollado una tecnología para reducir material en las industrias; Bioferric, que ha obtenido recientemente la patente a nivel nacional para su tecnología de recubrimiento de micropartículas para depurar el agua de efluentes industriales y revalorizar los contaminantes y Laüd Recycled, una marca de sneakers veganas. Sus capitales sociales van desde unos miles de euros al medio millón y los fondos de inversión o las rondas forman parte del día a día.

Repsol entra en el Consejo

Los propios parques han creado una carta de empresas de economía circular lo que está produciendo un efecto de atracción hacia otras que buscan soluciones, normalmente, a sus residuos, o el aprovechamiento optimizado de materias. Algunas bajo la fórmula de la alianza, otras cooperando y otras a través de sus departamentos de I+D. Aunque está fuera del parque, Acteco ya trabajaba con Repsol. La industria petroquímica tiene colgado en su puerta el cartel de urgencia porque en 2023 entra en vigor la normativa de eliminación de los plásticos de un solo uso, además de otros motivos.

placeholder Planta de Calpech en Extremadura. (Cedida)
Planta de Calpech en Extremadura. (Cedida)

La empresa de Ibi entre las cinco compañías españolas de mayor facturación en el subsector del tratamiento de residuos. En 2021, su cifra fue de 27 millones y está por encima de los 300 empleados. A principios de octubre, el registro recogía el cambio de accionariado y el nuevo consejo formado Jorge Ramis (cofundador), Juan Manuel Erum (confundador y que actúa como representante de Erum Dynamic Solution) y José Antonio Albalá (en representación de Repsol). Además, se nombran una secretaria y una vicesecretaria, no consejeras: Inés Olaso y Esther Ramos. Jorge Ramis ocupa la presidencia y desempeñará también las funciones de consejero delegado.

Los cambios se hicieron públicos el 13 de octubre. Trascendió el porcentaje, un 27, de la compra. Y entre los motivos “impulsar el uso de materiales reciclados -bajo su gama Repsol Reciclex y reciclar el equivalente al 20% de su producción de poliolefinas en 2030”. Para la empresa ibense, seguir con su proyecto de expansión. “Nos complace dar la bienvenida a Repsol como socio y como miembro del Consejo de Administración de nuestra empresa. Repsol es un proveedor multienergético global que contribuirá a acelerar nuestra actividad con nuevos materiales y nuevos mercados. La inversión de Repsol en el capital de Acteco refuerza nuestra posición como líder en el sector del reciclado plástico y en la construcción de una economía circular”, declararon sus fundadores.

Foto: Fuente: iStock

En la firma también participa Erum, la empresa familiar que fabrica, entre otros productos, perchas para el imperio de Inditex. La compañía alcoyana lleva tiempo buscando alternativas para sus residuos y representa esa tercera fórmula de economía circular difícil de cuantificar.

De momento, la Comunidad Valenciana se está apoyando en encuestas y estudios. Una de las últimas fue la realizada por la plataforma EnCircular, impulsada por la Asociación de Diseñadores de la Comunidad Valenciana y apoyada por la Agencia Valenciana de la Innovación. Entre los datos más relevantes, encontramos que “la economía circular se manifiesta de forma explícita en la estrategia empresarial del 67,8% de las empresas entrevistadas, llegando a la cifra de 84,7% en las que tienen más de 100 personas empleadas. El 8,5% de las empresas que aún no la integra de forma estratégica tiene previsto hacerlo en los próximos tres años”. El trabajo se realizó a partir de una encuesta a 472 empresas con sede en la Comunidad Valenciana.

En menos de un mes, dos empresas alicantinas han dado un salto cualitativo como agentes de economía circular. No se trata de las primeras, pero sí representan la ebullición que subyace en el tejido empresarial de la provincia. Calpech es una empresa de base tecnológica asentada en el Parque Científico de la Universidad de Alicante que, con poco más de un año de vida, acaba de dar el salto a la fase industrial en la fabricación de sus nanopartículas de hierro, un punto al que no todos los proyectos de investigación llegan. Acteco, por el contrario, es una empresa de Ibi que lleva más de 25 años dedicándose al tratamiento de residuos, y que ha visto ampliado su accionariado con la entrada de Repsol que ha adquirido el 27%.

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