Ximo Puig anuncia una reforma fiscal autonómica para combatir la inflación

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, arrancó este lunes el curso político con la promesa de una reforma fiscal autonómica dirigida a compensar el impacto en las familias de la elevada inflación. El barón socialista, que tendrá que negociar las posible rebajas de impuestos con sus socios de gobierno, Compromís y Unidas Podemos, lanzó su propuesta en el marco del Fórum Europa Tribuna Mediterránea. No dio grandes detalles de hacia dónde irá dirigida la "revisión fiscal". Pero tras repasar algunas medidas ya adoptadas por el Ejecutivo autonómico, como la suspensión del canon de saneamiento en el recibio del agua y las rebajas de tasas universitarias y el transporte público, aseguró que habrá "más ayudas" y "más rebajas". "Y así seguirá –como dice la película de Amenábar– “Mientras dure la guerra”, dijo.

El '`president' aseguró que el objetivo de la reforma será "ayudar a las clases medias y trabajadoras, proteger más a la población vulnerable e impulsar la creación de empleo. "Ningún Gobierno puede ser indiferente a las dificultades que está causando la inflación. Ningún nivel de la Administración puede obviar la responsabilidad que tiene. Algunos ante las dificultades se borran. Cada uno, en el ámbito de sus competencias, aunque sean limitadas, debe aportar soluciones", dijo. El dirigente del PSOE avanzó que en las próximas semanas convocará una conferencia municipalista contra la inflación y forjará también lo que bautizó como "Alianza Valenciana contra la Inflación" desde el ámbito local.

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Víctor Romero. Valencia

El anuncio de Puig tiene un doble objetivo politico. Por un lado, posicionar a la Administración autonómica ante un otoño que se augura muy complicado en clave económica. Familias y empresas están empezando a acusar los afectos de la subida de precios. "Ahora no toca pensar en las urnas; ahora toca pensar en las neveras", dijo. Pero por otro, ahoga la que ha sido hasta ahora la principal bandera desde la oposición del presidente regional del Partido Popular, Carlos Mazón, que casi desde su nombramiento viene reclamando una reforma fiscal con rebajas generalizadas de impuestos e, incluso con la bonificación total de Sucesiones y Donaciones y Patrimonio.

Puig fue especialmente crítico con los dirigentes populares. "Ser moderado no es solamente hablar bajito. Es algo más, es aportar a la gobernabilidad de España", asestó en referencia el líder el PP, Alberto Núñez Feijóo. A la formación conservadora le reprochó su obstruccionismo, en especial a la hora de abordar la planificación energética. No citó a la Comunidad de Madrid en este sentido, pero de sus frases se desprendió también una crítica a su presidente Isabel Díaz Ayuso. "Igual que reclamamos una armonización fiscal contra el dumping o una financiación justa, también exigimos solidaridad energética.

"¿Es razonable que los responsables de un territorio que solo produce el 4,9% de la energía consumida actúen como si no pasara nada? ¿Es lógico que se boicotee lo que en toda Europa se asume como normal? En mi opinión, no", señaló.

"La libertad no es “ir por libre”. (Eso se llama egoísmo). La libertad no es desentenderse de los desafíos comunes. La libertad exige solidaridad para propiciar la igualdad de oportunidades. Y sobre todo si esa pretendida libertad se asienta sobre el esfuerzo secular del resto".

Una duda importante es de dónde procederán los recursos necesarios para financiar los planes de contingencia que la Generalitat pretende poner en marcha. Ximo Puig aseguró que la Administración autonómica dispondrá de 2.800 millones de euros adicionales procedentes del Estado. "Eso permitirá, aparte de generar menos deuda y menos déficit, algo fundamental: combatir el malestar con más políticas de bienestar", manifestó. Ese, dijo, será el véctor principal de los próximos presupuestos autonómicos cuya negociación arranca ahora.