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¿Será la isla de Tabarca la próxima Venecia del turismo español?
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¿Será la isla de Tabarca la próxima Venecia del turismo español?

Se acabó la pandemia y la única isla habitada de la Comunidad Valenciana y primera reserva marina de España se enfrenta a las invasiones de cerca de 5.000 turistas al día en verano

Foto: Turistas toman el sol en Tabarca. (Alamy/Dave Henrys)
Turistas toman el sol en Tabarca. (Alamy/Dave Henrys)

'El día de la marmota' es una celebración estadounidense para la predicción del fin del invierno, pero su expresión está asociada a la película 'Atrapado en el tiempo' (1993) donde el actor Bill Murray vivía el mismo día una y otra vez. Tabarca vive esa repetición más o menos desde entonces cada verano. Esta pequeña isla alicantina es la única habitada de la Comunidad Valenciana y cual marmota ha abierto esta semana la temporada estival.

Localizada a pocos minutos de Santa Pola, pero administrativamente dependiente de Alicante, Tabarca vive bajo la desidia administrativa que la está haciendo morir de éxito turístico y ya hay estudios que la sitúan bajo el síndrome de Venecia. Es lo que técnicamente se llama sobreturismo ('overtourism' en inglés).

Foto: Decenas de turistas pasean la pasada Semana Santa por las calles de Benidorm. (EFE/Manuel Lorenzo)

Desde esta semana, las tabarqueras —embarcaciones que viajan entre 8 y 12 veces al día desde Santa Pola— desplazan una media de 3.000 a 5.000 visitantes. También hay viajes cada hora desde Alicante. Por aproximadamente 10 euros se puede ir y volver a la isla. La primera llegada es sobre las 10.00 y la última salida sobre las 19.00. En ese lapso, la población de 63 vecinos empadronados y unos centenares en verano se multiplica exponencialmente. Es la versión local de los cruceristas venecianos a los que el comercio y la hostelería local quiere y los residentes preferirían dosificar.

Son varias decenas de familias las que viven del turismo y, sin duda, es lo que mantiene viva la isla que ha sufrido una paulatina pérdida de población desde los años 20 del siglo pasado. Sin embargo, las infraestructuras y los servicios no están acondicionados para tal magnitud. El debate de restringir o poner un cupo acabó en el mar como en Venecia acabó en los canales.

placeholder Dos personas pasean por Tabarca. (EFE/Manuel Lorenzo)
Dos personas pasean por Tabarca. (EFE/Manuel Lorenzo)

“Siempre hemos apostado por ordenar, no por prohibir. Se está gestionando desde hace mucho tiempo a golpe de prohibición y eso no es una solución”, expresa Carmen Martí, presidenta de la Asociación de Vecinos de Tabarca. Su frase viene a colación de la última polémica: la instalación de boyas para el amarre de barcos.

¿Proteger? el próximo verano

Además de ser conjunto histórico-artístico desde 1964, Tabarca fue la primera reserva marina de España en 1986. El control de la pesca se solucionó con la prohibición, y lo que sí se reguló fue el buceo, para el que hace falta un permiso de la Generalitat.

La propuesta de la Conselleria de Transición Ecológica pasa por la fijación de 121 boyas y su posterior gestión, es decir, que los navegantes pasarán por caja antes de tirar un cabo. No es una novedad, pues ya se hace en otros territorios como Baleares. El objetivo y la iniciativa son aplaudidas por todas las partes, porque las anclas dañan el fondo marino. Lo que sí han confirmado fuentes de la Conselleria es que este dispositivo no será efectivo este verano. Costas lo está analizando y a fecha de hoy, no hay respuesta.

Foto: Zona habilitada en un aeropuerto para las compañías de alquiler de coches. (Reuters)

Miguel Ángel Pavón presentó, en nombre de la Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA), las alegaciones ante el Servicio Provincial de Costas al expediente de concesión. “Consideramos excesivo el número de boyas que se pretenden implantar, hasta 121, 35 en la zona sur y 86 en la zona norte. A juicio de AHSA, se trata de un número de puntos de fondeo desproporcionado para una reserva marina y un espacio de la Red Natura 2000 que presenta una gran fragilidad ante las situaciones de masificación que lamentablemente sufre todos los años durante el periodo estival”.

Los ecologistas señalan que debe tenerse en cuenta el número de puntos de fondeo de otras reservas marinas y espacios marinos protegidos del Mediterráneo y citan los casos de las 16 en Illes Columbretes (Castellón), 20 en Cabo Tiñoso (Región de Murcia), 32 en Sa Dragonera (Mallorca) o 50 en el Parque Nacional Marítimo Terrestre de Cabrera. También recuerdan que un proyecto previo del año 2002 preveía un total de 20 puntos de fondeo (13 en la zona sur y 7 en la zona norte), que ahora se pretende multiplicar por seis. Por todo ello proponen que el número de boyas se sitúe entre 35 y 50.

Nuevas amenazas y nuevas oportunidades

Otra de las infraestructuras que no estará lista para esta temporada es la relativa a las aguas residuales. La Conselleria que dirige Mireia Mollà, de Compromís e ilicitana, tomó cartas en el asunto el año pasado. La titular autonómica es una buena conocedora de la isla y la administración regional sacó a licitación y adjudicó las obras. Se han hecho las catas, pero los tiempos son imposibles.

placeholder La Santa María fue una de las embarcaciones que llevó víveres a la isla durante el confinamiento. (EFE/Morell)
La Santa María fue una de las embarcaciones que llevó víveres a la isla durante el confinamiento. (EFE/Morell)

Se va a volver a desbordar a 300 metros de La Cantera”, señala Carmen Martí. “Te vas a reír: llevo de presidenta de la asociación desde 2015 y de la larga lista de peticiones que tenemos solo he podido tachar dos o tres en estos siete años”, comenta con un tono irónico. “De las concejalías de Sanidad y Participación Ciudadana [del Consistorio alicantino] recibimos ayuda. Son muy colaboradoras, pero el resto se queda ahí, atascado. Date cuenta de que aquí mandan muchas administraciones”.

Sobre Tabarca, legislan o informan ministerios, ‘consellerias’ y concejalías de varios ayuntamientos. La presidenta de la asociación no ha hecho cuentas, pero de la lista pendiente dependen unas 12 áreas administrativas, es decir, una cada seis habitantes. En la reciente historia de la isla, el derribo los bungalows del ex alcalde de Santa Pola Pascual Orts fue un proceso que se alargó durante más de una década. En la actualidad, hay otro proceso abierto que lleva el mismo camino.

Foto: Vista del Castillo de Benidorm, entre las playas de Levante y Mal Pas. (Ayuntamiento de Benidorm)

El actual Gobierno municipal promovió una Comisión Especial hace un año, pero no se ha vuelto a reunir y fuentes municipales confirman que no hay fecha. Lo que sí se ha aprobado es el programa de fiestas de la isla que tendrá lugar en julio, para la Virgen del Carmen.

“Desde hace años venimos planteando que sería necesario limitar el número de visitantes a la isla para reducir su masificación. El tema de los vertidos de aguas residuales suponemos que se resolverá con la construcción de la conducción submarina que enlazará la isla con la depuradora de Santa Pola, aunque hay colectivos, como Ecologistas en Acción, que cuestionan esa solución. Un problema que nos preocupa mucho y que hemos denunciado públicamente junto a otros colectivos, es la contaminación por vertidos procedentes del sistema de saneamiento y depuración asociado a la depuradora de Rincón de León de la zona sur [de la bahía de Alicante, entre el Puerto y Agua Amarga] de Tabarca, un espacio marino protegido por la Red Natura 2000 que es mucho más amplio que la reserva marina”, añade Miguel Ángel Pavón.

Alquiler y transporte

Otra similitud, salvando las magnitudes, con Venecia es el fenómeno del alquiler vacacional. Tabarca está ordenada urbanísticamente de manera “transitoria” desde 2001. Según la asociación, la isla dispone de 250 casas y la mayoría alquila en algún momento. También hay hoteles y hostales y las reservas se llenan en verano. El auge de los apartamentos se ha denunciado en diversas ocasiones, pero será otro de los temas que habrá que revisar el próximo verano.

placeholder Un operario carga víveres para trasladarlos a Tabarca. (EFE/Morell)
Un operario carga víveres para trasladarlos a Tabarca. (EFE/Morell)

Los vecinos creen que un transporte estable puede servir para que el alojamiento vacacional también lo sea. Desde 2018 tienen aprobado por las Cortes Valencianas la concesión de un servicio regular de transporte. Sin embargo, Marti se reunió con la Conselleria de Política Territorial la semana pasada y de momento no hay avances. La presidenta defiende que una línea “de tres frecuencias diarias, evitaría que la gente se fuera. Si tenemos población estable, tendremos servicios estables. La gente podrá venir fuera de temporada; pero ahí estamos”.

Durante la pandemia, la Generalitat articuló un servicio para garantizar víveres y asistencia médica. “No hubo casos de covid en la isla”, añade Marti; pero con la vuelta a la normalidad, las empresas que se turnaban un mes cada una, dejaron de hacerlo.

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La sostenibilidad, eje clave del futuro turístico, ha servido para proyectar diversas propuestas y escenarios sobre la isla, pero ninguno se concreta. Es el caso del proyecto de 'Smart Isle' para que Tabarca sea un destino turístico inteligente. Recientemente, el grupo municipal de Compromís presentó una propuesta para que la isla fuera Reserva de la Biosfera e incluso se ha hablado de que sea Patrimonio de la Humanidad. Como la ‘dolce Venezia’, seguirá a la espera de las inclemencias del tiempo.

'El día de la marmota' es una celebración estadounidense para la predicción del fin del invierno, pero su expresión está asociada a la película 'Atrapado en el tiempo' (1993) donde el actor Bill Murray vivía el mismo día una y otra vez. Tabarca vive esa repetición más o menos desde entonces cada verano. Esta pequeña isla alicantina es la única habitada de la Comunidad Valenciana y cual marmota ha abierto esta semana la temporada estival.

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