El Gobierno presiona en Bruselas para forzar el control de los cítricos de Sudáfrica

Segundo set. Si la semana pasada la Comisión Europea desechó imponer mayores controles a las exportaciones de cítricos de terceros países, esta semana la pugna podría decantarse a favor de los productores españoles. El sector lleva tiempo reclamando que sea obligatorio que los exportadores de Sudáfrica y Zimbabue, entre otros, sometan a las naranjas a un tratamiento de frío durante el transporte de las mismas. La propuesta se cayó, por la presión de los lobbies importadores de Países Bajos y Alemania, del orden del día del Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (ScoPAFF), pero este lunes el ministro de Agricultura, Luis Planas, arrancaba a la comisaria de Salud Alimentaria, Stella Kyriakides, el compromiso de alcanzar un acuerdo definitivo, que podría aprobarse esta misma semana.

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“Ahora mismo están trabajando los servicios del Ministerio con los de la Comisión para cerrar un acuerdo definitivo sobre el texto que será sometido a aprobación y esta misma semana se podría tomar una decisión”, apuntó Planas tras el encuentro. Si la previsión del ministro se cumple, los productores valencianos podrían ver cumplida una demanda que tiene por objeto el control de plagas, especialmente la de la falsa polilla. La medida ya la exigen Estados Unidos y Corea del Sur y su implantación en Europa además vendrá a equilibrar el partido. La obligatoriedad de que las empresas de terceros países deban someter a los cítricos a un tratamiento de frío, incrementará su precio y las condiciones se igualarán con las de los productores nacionales.

El Gobierno esperaba un acuerdo la semana pasada en el seno del comité técnico, pero no se produjo el consenso necesario, algo que Planas achacó a "múltiples circunstancias", incluido el papel de "partes interesadas e intensas presiones". “Confío en la independencia de la Comisión Europea”, zanjó el ministro cuando se le preguntó por el papel en el conflicto de determinados lobbies contrarios a la implantación de esta medida y su influencia en las posturas de Alemania y Países Bajos.

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No obstante, la semana pasada la decepción cundió en el sector, y también en el Gobierno central, según admitió Planas. “El sector de los cítricos se ha visto afectado en los últimos años por algunas plagas y no queremos que se repita”. Por eso, tras el “disgusto” del último ScoPAFF, el ministro agradecía ayer “la actitud positiva” de la comisaria y ese compromiso de desbloquear la situación, con el objetivo de que sea a favor de los intereses de España. Además, Planas avanzó que el martes introducirá este asunto en el reunión que mantendrán los ministros de Agricultura de la UE y trasladar a los socios la importancia de una medida de estas características, "no sólo para España, sino para la sanidad vegetal europea y la salud de plantas y producciones".

La Generalitat Valenciana protestó cuando se hizo público que la propuesta se caía del orden del día y que la Comisión Europea dejaba pasar la oportunidad de aprobar la medida. La consejera de Agricultura, Mireia Mollà (Compromís), censuró la postura de la CE y no dudó en calificar de “muy grave” la actitud de Bruselas por “poner en peligro la citricultura valenciana y otros cultivos y especies vegetales europeas por no solicitar el tratamiento en frío a las importaciones de naranja procedentes, fundamentalmente, de Sudáfrica y Zimbabue". Por su parte, este lunes, el presidente, Ximo Puig, se ponía a disposición de Planas para forzar un cambio en la UE y anunciaba que llamaría a los embajadores de Alemania y Países Bajos para que no entorpezcan el proceso.

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Pero las mayores críticas llegaron desde Intercitrus, la interprofesional española de la naranja y la mandarina. “La Comisión y la propia comisaria, no sólo ha traicionado a su propia palabra, sino que lo ha hecho al conjunto del sector citrícola europeo y ha vuelto a evidenciar que los intereses de Sudáfrica y los países importadores están muy por encima de la defensa de la sanidad vegetal del agro continental”, cargaron. De hecho, el sector mostró su perplejidad porque aunque eran conscientes de que se había barajado una limitación diferente a la planteada por España, menos rigurosa, ni siquiera esta se sometió a votación, directamente, la limitación se cayó del orden del día sin ninguna explicación. Ahora, el resultado del partido podría cambiar.