Fabra ratificó en persona los patrocinios del Villarreal CF que el juez vincula a un cohecho

El expresidente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra ratificó personalmente los contratos millonarios de patrocinio de la sociedad pública autonómica Aeropuerto de Castellón (Aerocas) con Villarreal Club de Fútbol que un juez vincula con un presunto delito de cohecho, en concreto, con los préstamos no devueltos que el dueño de la sociedad deportiva, Fernando Roig, y su hijo, Fernando Roig Negueroles, realizaron al expolítico. Según reflejan actas de consejos de administración a las que ha tenido acceso El Confidencial, Fabra participó y dio luz verde a los acuerdos en calidad de consejero de la mercantil de la Generalitat, incluso pese a que en las mismas se reconoce que estos compromisos de esponsorización impactaban de forma negativa en las finanzas de la empresa contribuyendo a la generación de pérdidas en la cuenta de explotación.

El magistrado Jacobo Pin ha propuesto el procesamiento de Fabra y los dos empresarios por delitos de ocultación de patrimonio y cohecho, por operaciones de traspasos de fondos por valor de 1,7 millones de euros entre 2013 y 2014 desde sociedades y cuentas de los Roig al exlíder provincial del Partido Popular. Esas transferencias, un préstamo personal de 1,4 millones desde la mercantil Nerofer (ahora Portovan) y un cheque de otros 300.000 euros que Fernando Roig extendió en favor de Fabra, nunca fueron devueltos, sin que el empresario, propietario también de Pamesa Cerámica, exigiese o ejecutase la garantía de los mismos, el chalé que la familia del expolítico popular tiene en la urbanización Les Platgetes de Oropesa, sobre el que pesaba ya otra hipoteca de Bankia de 1,2 millones, y que el juez ha embargado.

El auto de procesamiento vincula esas entregas de fondos con un pacto de patrocinio de 8,1 millones de euros del Aeropuerto de Castellón con el Villarreal Club de Fútbol que había generado una deuda de la sociedad. En los registros policiales de la casa de Oropesa, apareció un borrador del citado “acuerdo de esponsorización” entre las dos partes fechado en 2011 en el que se acordaba el aplazamiento y liquidación de la deuda existente a fecha 31 de mayo de 2013. Según el auto judicial, los pagos efectuados por Fernando Roig y su entorno a Carlos Fabra “guardaban relación con tales circunstancias”.

Esa deuda por los contratos de patrocinio se había ido generando desde años atrás. Un acta del consejo de administración de Aerocas fechada el 29 de marzo de 2010 revela, por ejemplo, que Carlos Fabra ratificó y aprobó en calidad de consejero el contrato de la temporada 2009-2010 por valor de 5,2 millones de euros entre la sociedad pública y la sociedad deportiva. En la reunión participó también, entre otras cinco personas, el que en ese momento ejercía de presidente de la mercantil, Francisco Martínez, exalcalde de Vall d'Alba del Partido Popular y persona de la máxima confianza de Fabra.

De hecho, el nombre de este otro expolítico conservador aparece en el auto del juez Jacobo Pin porque está siendo investigado en el mismo juzgado por un procedimiento distinto relacionado con el uso de información privilegiada y malversación de caudales en la compra de terrenos en Vall d'Alba afectados por modificaciones urbanísticas impulsadas por el ayuntamiento cuando Martínez era alcalde. El año 2008, una sociedad denominada Lirinlor compró una parcela en terrenos colindantes con las investigadas en el caso de Martínez. Para cerrar la operación de compra de Lirinlor, se usaron 350.000 euros procedentes de una cuenta de Carlos Fabra que se justificaron como un préstamo personal a la sociedad compradora, administrada por Alejandro Lorca, a quien el juez considera su testaferro.

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En el acta de 2010, cuando el aeropuerto todavía no había comenzado a operar (se inauguró en marzo de 2011, pero no llegó a registrar vuelos hasta 2015), se admite el impacto que estos patrocinios tenían sobre el balance de la mercantil participada por la Generalitat. El ejercicio anterior, Aerocas había acumulado pérdidas de 8,1 millones de euros, con un incremento del 62% en los números rojos con respecto al periodo anterior. "Esta variación se debe, en gran medida, al incremento en los gastos de patrocinio (pasan de 3,8 millones en 2008 a 6,79 millones de euros en 2009), motivados por el esfuerzo inversor realizado para dar a conocer la marca 'aeroport castelló', mediante nuevos patrocinados (Merhi, Porteiro, Álex Debón…). Así como el incremento en los importes del contrato, por ejemplo, en el Villarreal al haber ascendido el 2º equipo a 2ª división A", explicaba el documento, firmado por Martínez y el entonces secretario, José Luis Villanueva.

Los contratos con el motorista Álex Debón, que ese año se embolsó 1,16 millones de euros, también fueron ratificados en ese consejo de administración del 29 de marzo de 2010 por el propio Fabra. Estos contratos con el deportista, que percibió 3,67 millones del Aeropuerto de Castellón entre 2009, 2010 y 2011, también están siendo investigados por otro juzgado porque Debón prestó a partir de 2011 a Fabra 360.000 euros, el 10% de la cantidad que había recibido de Aerocas. No obstante, el motorista ha conseguido que un juzgado mercantil le reconozca esa deuda con el expolítico, que nunca se la devolvió, como ha ocurrido igualmente con Fernando Roig y su hijo.

Los patrocinios supusieron un elevado coste para una infraestructura que tuvo muchos problemas para encontrar su sitio en el mercado, pese al empeño de Carlos Fabra en que la Generalitat asumiese el coste de su construcción sin respaldo de AENA. La inversión en el conocido como 'aeropuerto sin aviones' o el 'aeropuerto del abuelo', como lo bautizó Fabra ante un micrófono mientras se lo enseñaba a uno de sus nietos, alcanzó los 150 millones de euros. Pero no fue hasta 2015 cuando comenzó a recibir algunos vuelos. En enero de ese año, se registró la primera operación: un chárter en un aparato de Air Nostrum fletado precisamente por el Villarreal Club de Fútbol, gran beneficiado de los patrocinios.

En la actualidad, el recinto, que ha pasado a estar gestionado directamente por la Generalitat valenciana, ha logrado consolidar una cierta actividad como base de vuelos de compañías de bajo coste con rutas con el Reino Unido o Rumanía, aunque el tráfico se ha visto afectado por la pandemia del coronavirus. También ha encontrado un nicho de mercado como base para el mantenimiento, montaje y desmontaje de aviones. La sociedad pública Aerocas acaba de adjudicar, además, las obras de construcción del hangar destinado a la implantación de la nueva formación profesional de mantenimiento de aeronaves, cuyo arranque está programado para el próximo curso 2021-2022.