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El PSC ultima el fichaje de referentes de la izquierda para equilibrar el de los ex de Unió
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HACIA LAS ELECCIONES DEL 21-d

El PSC ultima el fichaje de referentes de la izquierda para equilibrar el de los ex de Unió

La cúpula de Iceta remata la entrada de figuras procedentes de ICV, Federalistes d'Esquerres o Societat Civil en sus listas, que aprueba este viernes. Quiere trasladar el mensaje de "centralidad"

Foto: Ramon Espadaler, nuevo número tres del PSC por Barcelona y ex secretario general de Unió, en marzo de 2016. (EFE)
Ramon Espadaler, nuevo número tres del PSC por Barcelona y ex secretario general de Unió, en marzo de 2016. (EFE)

Mirar al "catalanismo moderado", pero sin descuidar a la izquierda. Sobre esta doble viga está construyendo el PSC sus candidaturas para las elecciones del 21-D. Ya ha destapado la primera de ellas, exhibiendo el acuerdo con los herederos de la extinta Unió Democràtica de Catalunya (UDC) y aupando al 'exconseller' Ramon Espadaler como número tres de la lista por Barcelona, la que capitanea Miquel Iceta. El segundo pilar se descubrirá en las próximas horas, y pretende reforzar el flanco progresista del proyecto con el fichaje de referentes del mundo de la izquierda, figuras procedentes del antiguo PSUC y su sucesora, Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), de la órbita sindical o de entidades como Federalistes d'Esquerres o Societat Civil Catalana. Lo más probable es que sea una mujer la que se incorpore al puesto vacante de mayor peso, el cuatro por Barcelona.

El núcleo duro de Iceta, formado por su secretario de Organización y director de campaña, Salvador Illa, y también por la responsable de Acción Electoral —y anterior jefa del aparato del PSC—, Assumpta Escarp, está ultimando el cierre de unas candidaturas que aprobará el viernes por la mañana la comisión de listas del partido y, por la tarde, su máximo órgano de poder, el consell nacional. Y ahora se halla inmerso en la incorporación de nombres de cierto peso de la esfera progresista que permitan, además, equilibrar y redondear la entrada de dirigentes de Units per Avançar —la formación heredera de Unió, levantada por los cuadros más próximos a su histórico líder, Josep Antoni Duran i Lleida—, procedentes de la democracia cristiana. Esa incorporación de hombres y mujeres símbolos inequívocos de la izquierda es el segundo movimiento de calado de Iceta que se materializará de manera inminente, según avanzaron a este diario fuentes de la dirección.

La reserva es máxima respecto a la identidad de quienes podrían sumarse a las listas del PSC, aunque el foco está puesto en los puestos de salida por Barcelona. Dado que el primer secretario capitanea la plancha, y la número dos será, salvo sorpresa, la hasta ahora portavoz parlamentaria y secretaria de Política Institucional, Eva Granados, y la tres el 'exconseller' Ramon Espadaler, el siguiente hueco libre son los números cuatro o cinco. Mujer y hombre, por este orden, ya que los socialistas están obligados a respetar su norma de confeccionar listas cremallera. En el entorno del candidato sí apuntaban que "casi con seguridad" la incorporación más importante será la de una mujer, pero anoche no se descartaba al cien por cien que el elegido fuera finalmente un hombre, directo al quinto lugar de la plancha.

La cúpula trabaja en la incorporación de una mujer, que podría ocupar el cuarto puesto de la lista, dado que la dos será la dirigente socialista Eva Granados

Algunos cuadros bien conectados con Iceta deslizaban perfiles posibles como los de la catedrática de Filosofía y Ética Victòria Camps —muy ligada al PSOE, y de hecho ya fue exsenadora por el partido y ha trabajado en comités de expertos con Ferraz y en concreto con Pedro Sánchez— o la exconcejala del PSUC y de ICV Eulàlia Vintrò. Pero esos nombres eran desechados por otros cuadros.

Foto: Ramon Espadaler, ex secretario general de Unió Democràtica de Catalunya. (EFE)

Coscubiela, muy mentado pero imposible

Las canteras posibles, en todo caso, sí son conocidas. Una, la órbita ecosocialista, representada por ICV (y antes por el PSUC), o de sus socios de Esquerra Unida i Alternativa (marca de IU en Cataluña), ambas integradas hoy en Catalunya en Comú, la formación impulsada por Ada Colau. El candidato natural de ese espacio "perfecto" para el PSC habría sido el exportavoz de Catalunya Sí que es Pot y exdiputado en el Congreso Joan Coscubiela, un icono del movimiento obrero —fue secretario general de CCOO de Cataluña de 1995 a 2008— y un dirigente que en los últimos meses se ha destacado como látigo del independentismo por sus aplaudidas intervenciones en el Parlament contra las leyes del referéndum y de transitoriedad y los atropellos de la mayoría soberanista de Junts pel Sí y la CUP.

El PSC ve difícil atraer a cuadros muy en primera línea de ICV. Una cantera posible es Federalistes d'Esquerres, de la que salió Manuel Cruz

Pero Coscubiela, según fuentes de su entorno, no quiere emigrar al PSC por mucho que esté descontento con la línea seguida por los 'comuns'. Tampoco parece factible el fichaje del cabeza de lista de Catalunya Sí que es Pot de 2015, Lluís Rabell. Cuadros ecosocialistas como el exsenador Jordi Guillot, los exlíderes del partido Joan Herrera y Dolors Camats o el joven diplomático y eurodiputado Ernest Urtasun también rechazan cambiar de barco. Otros responsables más en primera línea (Laia Ortiz, Marta Ribas...) están totalmente comprometidos con el proyecto de los 'comuns'. Varios dirigentes de ICV contactados por este diario eran conocedores de la intención del PSC de sumar a militantes suyos a sus candidaturas, pero se confesaban despistados con los nombres.

placeholder Los socialistas Eva Granados y Ferran Pedret, en septiembre de este año. Ellos son casi seguros para el 21-D. (EFE)
Los socialistas Eva Granados y Ferran Pedret, en septiembre de este año. Ellos son casi seguros para el 21-D. (EFE)

Otro granero es el sindical. El mayor "golpe de efecto", según reconocen algunas fuentes, por su "gran prestigio", sería el veteranísimo Josep Lluís López Bulla, secretario general catalán de Comisiones durante casi 20 años, desde 1976 a 1995. El PSC también podría recurrir a Federalistes d'Esquerres, la misma entidad de la que Meritxell Batet, la cabeza de cartel del PSC en las generales de 2016, extrajo a su número dos, el filósofo Manuel Cruz. Este presidía en aquel momento la organización. Ahora, está al frente Joan Botella y sus vicepresidentes son Mireia Esteva, Antonio Sitges-Serra y Francesc Trillas. Victoria Camps es vocal de honor, como Manuel Cruz o el exfiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo.

Societat Civil Catalana, la encargada de impulsar las masivas manifestaciones constitucionalistas del mes pasado, también es otro de los caladeros citados recurrentemente por la cúpula del PSC. Uno de los vicepresidentes de la entidad, Àlex Ramos, es militante socialista. Antes que él lo fue otro afiliado del partido, Joaquim Coll. La Tercera Vía, asociación que busca una salida dialogada y realista al bloqueo —cercana por tanto a los objetivos de PSOE y PSC—, está igualmente en el punto de mira. Como el mundo universitario.

No hay siquiera coalición electoral

El equipo de campaña de Iceta está a punto de sellar la incorporación de una figura relevante para puestos de salida para Barcelona, aunque otros más se sumarán en lugares simbólicos, según indican fuentes del partido. Todos ellos entrarán como independientes. No se trenzará un acuerdo electoral como el firmado este miércoles con Units per Avançar, que presentaron su presidente, Oriol Molins, y el primer secretario de los socialistas, y con IIla y Espadaler —'exconseller' de Interior con Artur Mas y de Medio Ambiente con Jordi Pujol— sentados en primera fila.

Los socialistas no tienen miedo a las etiquetas. Creen que su perfil sigue "intacto" y que representan la "centralidad" y el "catalanismo integrador"

En la cúpula del PSC subrayan que la búsqueda de referentes de izquierda no ha sido ni mucho menos improvisada. Estaba en la hoja de ruta, igual que la negociación con los ex de Unió, la formación tradicional de la derecha catalana que disolvió este año sus siglas por quiebra económica tras 85 años de vida. No hay "miedo alguno" a que el electorado huya por el acuerdo con los democristianos herederos de Duran i Lleida. Ambas formaciones reconocieron que proceden de tradiciones políticas muy diferentes, pero el momento tan "excepcional" que vive Cataluña obliga a acuerdos entre los que se identifican con el "catalanismo moderado", espacio huérfano tras la implosión de Unió y el viaje de la antigua Convergència —hoy PDeCAT— al independentismo.

"Nosotros mantenemos nuestro perfil intacto. Tan es así que no firmamos una coalición electoral con Units per Avançar. Lo que hacemos es acentuar que nuestro proyecto es transversal, catalanista y de izquierdas", indican desde el estado mayor del PSC. Además, el fichaje de referentes de izquierda servirá para equilibrar la lista. "Mandamos el mensaje de centralidad y de catalanismo integrador", resume una integrante del círculo de confianza de Iceta, que recuerda que el 'procés' ha hecho que estas elecciones del 21-D estén más dominadas por el eje nacional y no por la regla izquierda-derecha.

Ramon Espadaler irá de número tres en la lista del PSC

Los dirigentes ya tienen preparada la respuesta a la acusación de que incluyen en las candidaturas a la derecha que en su día encarnó Duran. "La antigua Convergència se federó con Unió desde la Transición hasta su ruptura en 2015, y ERC ha gobernado directamente con los exconvergentes en esta última legislatura, apoyados por los antisistema de la CUP. La sensación es que tenemos que hacer gestos de puente todavía, que hay votantes que necesitan ese espacio. Espadaler para eso es perfecto, porque tuvo buena imagen como 'conseller' de Mas y colaboró bien con el Gobierno central. Y en la Cataluña interior, donde tenemos más difícil entrada, nos ayuda. Además, la democracia cristiana ha construido la democracia en Europa junto con los socialistas. No creo que estemos incómodos con ellos", valora un miembro de la ejecutiva de Iceta. El pacto sellado por el primer secretario y Molins recoge que en ciertas cuestiones los diputados de ambas fuerzas podrán votar de forma diferenciada.

placeholder Josep Borrell, en la última manifestación constitucionalista en Barcelona, el pasado 29 de octubre. (EFE)
Josep Borrell, en la última manifestación constitucionalista en Barcelona, el pasado 29 de octubre. (EFE)

"No hagamos lo de siempre"

En la reunión de la dirección de este miércoles, el candidato no encontró oposición a su propósito de concurrir con los herederos de Unió, aunque sí se oyeron peticiones de que las listas se abran a sectores de la izquierda y a SCC. Los puestos, no obstante, son limitados. Los socialistas consiguieron en 2015 un total de 16 escaños: 12 por Barcelona, dos por Tarragona y uno por Lleida y Girona. Units per Avançar se queda con el tres por Barcelona, la dos por Girona —será la exdiputada nacional Montse Surroca— y el tres por Tarragona y Lleida. Pero lógicamente, hay que encajar a los candidatos del PSC, entre los que parecen seguros Ferran Pedret o Pol Gibert. Las encuestas de los comicios del 21-D sí auguran una subida a los socialistas. Estos, con sus últimos movimientos, creen que será más fácil crecer desde los 523.283 votos de 2015 (el 12,72%). Unió, en aquellos comicios, y con Espadaler de cabeza de lista, recabó 103.293 sufragios (el 2,51%), que no le bastaron para acceder al Parlament.

¿Y qué ocurre con Josep Borrell? Iceta le ofreció ser su número tres, pero él rechazó estar en lugares de salida. El comité de campaña sí quería persuadirle de que cerrara las listas o bien ocupara puestos simbólicos. Pero finalmente no será así, tal y como confirmaron a este diario fuentes próximas al exministro y al primer secretario: salvo cambio de última hora, Borrell no figurará en las candidaturas.

Salvo cambio de última hora, el exministro Pepe Borrell no irá en las candidaturas, ni en lugares de salida ni en puestos simbólicos

El PSC, como decía su líder, quiere "proporcionar una esperanza" a los catalanistas no secesionistas. "Y si quieres resultados diferentes, no hagas lo de siempre. No nos resignamos a hacer lo de siempre, divididos como siempre", aseguraba en rueda de prensa. "La severa crisis en Cataluña exige un esfuerzo de reconstrucción, tejer complicidades, dar esperanza de entendimiento entre diferentes y recuperar los valores fundacionales del catalanismo". Ese "esfuerzo" se redondeará en las próximas horas en las listas, pero estará presente en toda la campaña.

El acuerdo de Units per Avançar provocó el primer portazo. Fue del alcalde del pequeño pueblo leridano de Gimenells i el Pla de la Font (1.100 habitantes), Dante Pérez. En Twitter, escribió que no puede "compartir partido" con "los nacionalistas de Unió" y por eso se va del PSC. Pero, como confirmó él mismo a este diario, no dejará la vara de mando. Pérez, que se presentó a las municipales de 2015 con una marca blanca de los socialistas —Candidatura de Progrés—, fue uno de los teloneros de Susana Díaz en su gran acto de precampaña de primarias con regidores y ediles de toda España, el pasado febrero en Madrid. La baja en el PSC de Pérez se suma a la del regidor de Terrassa, Jordi Ballart. Este, sin embargo, rompió su carné y abandonó el Consistorio. Por la tarde se supo que el PP había fichado a Pérez como número dos de su lista por Lleida, por detrás de Marisa Xandri. Los populares solo obtuvieron un escaño en esa circunscripción en las autonómicas de 2015, igual que el PSC.

"Bajar la pelota a tierra" en campaña y más limitada presencia de Sánchez

PSOE y PSC tienen que coordinar aún la campaña catalana, aunque ya hay algunas ideas sobre la mesa. Pedro Sánchez se volcará, pero tampoco estará omnimpresente, dicen en su entorno, dado que Miquel Iceta es un candidato muy conocido ya y se quiere que sea una campaña, en la medida de lo posible, en clave catalana, sin demasiada interferencia nacional.  

Desde el PSC, se reclama que el discurso se "canalice" a través del secretario general, "y no a través de voces como [José Rodríguez de la] Borbolla, que no nos ayuda". El expresidente andaluz llamó "cerdos" y "banda de asaltantes al Estado" a los independentistas en una entrevista en Onda Luz. Los socialistas catalanes también quieren que no solo se hable de la reforma constitucional, que tardará en llegar. "Queremos bajar a tierra  la pelota", dice un dirigente, que se vaya a cosas concretas, como hablar de las otras cuestiones que pueden ir ayudando al encaje de Cataluña, como una nueva financiación autonómica o mayores inversiones. "Un discurso más pragmático que queremos ligar al de la ejecutiva fderal". 

Mirar al "catalanismo moderado", pero sin descuidar a la izquierda. Sobre esta doble viga está construyendo el PSC sus candidaturas para las elecciones del 21-D. Ya ha destapado la primera de ellas, exhibiendo el acuerdo con los herederos de la extinta Unió Democràtica de Catalunya (UDC) y aupando al 'exconseller' Ramon Espadaler como número tres de la lista por Barcelona, la que capitanea Miquel Iceta. El segundo pilar se descubrirá en las próximas horas, y pretende reforzar el flanco progresista del proyecto con el fichaje de referentes del mundo de la izquierda, figuras procedentes del antiguo PSUC y su sucesora, Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), de la órbita sindical o de entidades como Federalistes d'Esquerres o Societat Civil Catalana. Lo más probable es que sea una mujer la que se incorpore al puesto vacante de mayor peso, el cuatro por Barcelona.

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