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El PSC confía en obtener ventaja de la división del independentismo el 21-D
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El PSC confía en obtener ventaja de la división del independentismo el 21-D

El equipo de Iceta cree que si los soberanistas van por separado, la Ley Electoral les castigará. En la cúpula también perciben que el impacto de los encarcelamientos será menor del previsto

Foto: Miquel Iceta, candidato y primer secretario del PSC, este pasado 4 de noviembre en Barcelona. (EFE)
Miquel Iceta, candidato y primer secretario del PSC, este pasado 4 de noviembre en Barcelona. (EFE)

Mañana martes se cerrará la ventanilla para el registro de las coaliciones electorales del 21-D. Y aunque todo puede pasar en menos de 48 horas, la senda hacia una candidatura unitaria de los independentistas se presenta muy cuesta arriba, básicamente por las resistencias de Esquerra Republicana, primera fuerza en todas las encuestas. Y si finalmente se confirma la división de los secesionistas, el PSC entiende que acabará ayudándole, haciendo más difícil que reedite la mayoría absoluta que sumaban Junts pel Sí y la CUP en los comicios autonómicos de 2015. El partido de Miquel Iceta también confía en que el impacto del encarcelamiento de parte del Govern sea menor del previsto.

En el comité de campaña de los socialistas catalanes, dirigido por el secretario de Organización, Salvador Illa, y del que es cara visible la portavoz parlamentaria, Eva Granados, ya advierten de que todo cálculo es arriesgado, por el alud de noticias que se suceden y se sucederán hasta la apertura de las urnas. De hecho, consideran que los sondeos no servirán realmente hasta que se atraviese el siguiente hito en esta carrera electoral, la presentación de las listas en las cuatro provincias de todos los partidos y coaliciones que concurran, el 17 de noviembre. Solo entonces, subrayan, se tendrá una foto más aproximada de quiénes compiten y cómo lo hacen en una cita marcada de principio a fin por la excepcionalidad: las autonómicas han sido convocadas por el Gobierno de Mariano Rajoy, al amparo del artículo 155 de la Constitución, y los principales líderes independentistas se hallan a día de hoy en la cárcel, caso de Oriol Junqueras y siete 'exconsellers', o huidos —como el 'expresident' Carles Puigdemont y la otra parte del Govern cesado—, o a la espera de una decisión del Tribunal Supremo, como los miembros de la Mesa, encabezados por Carme Forcadell.

En la dirección advierten de que una foto más aproximada del electorado no se tendrá hasta presentadas las coaliciones y las listas, el 17-N

Aun así, en el PSC sí hacen una primera lectura: si el secesionismo se presenta desunido y no prospera la llamada 'lista de país', será más complicado que logren revalidar la mayoría absoluta. La Ley Electoral —la norma estatal, porque Cataluña no dispone de una legislación propia—, recuerdan, castiga la división. Aducen que la alianza de los soberanistas les facilitaría rebañar restos y conseguir más diputados y, a la inversa, si cada uno va por su lado, se exponen a perderlos. El politólogo y exconcejal socialista en el Ayuntamiento de Barcelona, Gabriel Colomé, también creador y director del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), expone en su último libro que la Ley Electoral solía conceder una prima a la antigua CiU de cuatro diputados sobre el PSC, mientras que el desajuste a favor de JxS en 2015 fue de nueve escaños. "Todo lo que sea fragmentar su voto reduce el efecto en los escaños", coinciden en Ferraz.

Foto: El politólogo y exconcejal del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona Gabi Colomé, durante un foro de El Confidencial. (Jorge González)

Algo más que números

Pero no solo se trata de una cuestión aritmética. El comité electoral de los socialistas catalanes entiende que si ERC, PDeCAT y la CUP acudieran a las urnas por separado —los antisistema ni siquiera han decidido si competirán el 21-D, lo harán el próximo fin de semana—, el clima sería bien distinto. "Para empezar, tendrían que competir entre ellos mismos, cosa que hasta ahora no hacían", "se rompería la imagen de buenos y malos catalanes", valoran dos dirigentes próximos a Iceta. En el PSC creen que si el independentismo se fractura, parte de sus votantes se pueden desanimar a la vista de que se ha quebrado la unidad de acción y se imponen los intereses partidistas.

Los colaboradores de Iceta calculan que si PDeCAT y ERC se separan, el clima cambiará, porque competirán entre ellos y no habrá "buenos y malos"

La política, no obstante, no son matemáticas. En la misma cúpula de Iceta también avisan de que la división de los soberanistas puede resultar rentable para sus protagonistas, porque les permite "ganar terreno cada uno en su espacio". "La burguesía catalana que era votante de Convergència no quiere ver en la misma lista a gente de la CUP. Ir todos ellos juntos hace resurgir sus contradicciones internas, que las tienen", precisa un destacado miembro de la dirección, que percibe en la actitud reacia de ERC una voluntad de quedarse con todo el pastel del poder, impulsada por las encuestas. Eso cambiaría las dinámicas. Esta fuente recuerda que el PNV llegó muy lejos con Juan José Ibarretxe y su plan soberanista, pero luego —tras arrebatarle el Ejecutivo vasco el PSE, con apoyo del PP— dio marcha atrás y es hoy el partido hegemónico en Euskadi, al pilotar las tres diputaciones, los tres ayuntamientos y Ajuria Enea. "Divididos pueden sacar algo más si luego suman, pero quizá hay más juego de pactos poselectorales", resumen en esta línea en el entorno más directo de Iceta. Lo que está en juego ahora, por tanto, es "quién capitaliza" el 'procés', y es ERC quien tiene todas las papeletas.

La semana belga de Carles Puigdemont

La precampaña y campaña estará también marcada por las acciones judiciales. Ya la semana pasada conmocionó Cataluña la decisión de la magistrada Carmen Lamela de encarcelar a Junqueras y a siete 'exconsellers' de forma provisional y sin posibilidad de fianza. El auto reavivó las peticiones de libertad para los "presos políticos" y provocó un estallido inmediato en las calles. Pero la contestación no se prolongó en los días siguientes con esa misma intensidad. Ese comportamiento de las horas sucesivas de los independentistas ha aliviado la preocupación inicial de los socialistas. El PSC, de hecho, no tuvo reparos en criticar la decisión de Lamela, por "desproporcionada". Ferraz optó por la cautela y manifestó su respeto. "En un Estado social y democrático de derecho como el nuestro, la Justicia actúa", recordaba Pedro Sánchez este domingo desde Zaragoza. Pero advertía a la vez: "Nunca debemos olvidar que no hay soluciones penales para problemas políticos. La única vía para solucionar el desgarro social que vive Cataluña como consecuencia del embate secesionista es la vía de la política, no la vía penal".

Foto: El PDeCAt quiere que Puigdemont encabece una lista unitaria el 21-D. (EFE)

Tras el primer "chute de emocionalidad"

Los dirigentes consultados del PSC avisan de que ahora mismo es "muy difícil medir" la repercusión del envío a prisión del ex Govern. "Pero mi intuición es que tendrá un impacto menor del que pensábamos. Es evidente que radicaliza a los suyos, pero no sé si añade más gente a su casa. Hay también quienes han criticado la huida de Puigdemont. Hay que dejar pasar un poco de tiempo para ver qué ocurre, pero por lo pronto no ha continuado una réplica virulenta", observa uno de los altos mandos del comité de campaña. Otro compañero comparte esa opinión: "A lo que se normalice un poco la situación, poco efecto. Pasado un primer chute de emocionalidad, la vida sigue y la inflamación baja. Si deja de haber noticias como estas el primer día de campaña [que arranca oficialmente el 5 de diciembre], estará más que amortizado".

"Las peleas entre los independentistas pueden acabar pesando más que los encarcelamientos", vaticina una integrante del núcleo duro de Iceta

Otra integrante de la dirección vaticina que "las peleas entre los independentistas pueden acabar pesando más que los encarcelamientos". Pero todos los altos cargos avisan de que es pronto para hacer pronósticos, y que en un escenario tan volátil no es sencillo calibrar el impacto de cada episodio que se cruza. El propio desenvolvimiento de las decisiones judiciales emitidas desde Bélgica que afecten a Puigdemont y a sus cuatro 'exconsellers', lo que determine el Supremo con los miembros de la Mesa o una liberación de los responsables del Govern pueden voltear la percepción pública.

Foto: Xavier García Albiol y Miquel Iceta en el Parlament. (EFE)

En Ferraz hay quien no es tan optimista. "Estas cosas nos van a hacer la vida muy difícil por el victimismo, la imagen internacional de España, que está quedando como si fuera una dictadura... La prisión preventiva es muy discutible, pero las barbaridades las están haciendo ellos y en cambio buscan ser los mártires", apunta una dirigente del primer anillo de confianza de Sánchez.

Iceta afirma que "es hora de tender puentes, no cavar trincheras ni levantar fronteras"

La marcha de una exparlamentaria

El PSC tampoco está libre de sus propias convulsiones internas. Tras la dimisión del alcalde de Terrassa, Jordi Ballart, y de cinco concejales más en protesta por el apoyo al 155, podría hacer peligrar el control de la cuarta ciudad catalana. El sábado, anunció su baja en el partido la exdiputada en el Congreso Esperança Esteve (2004-2015) por "desacuerdo creciente" con las decisiones de la cúpula. En la dirección minimizan estas salidas y apuntan que se trata de casos "puntuales" y "muy marginales".

Los socialistas, de hecho, afrontan la campaña con "optimismo", animados por los últimos sondeos, que conceden una subida de Iceta, desde los 16 escaños actuales hasta la veintena de actas. Así lo confirmaban el barómetro de GAD3 para 'La Vanguardia' (19-20 diputados), o el de NC Report para 'La Razón' (17), publicados ambos este domingo, o el del CEO (el CIS catalán), que proyectaba entre 17 y 19 asientos. El PSC está convencido de que tiene a su favor un discurso "sólido", catalanista y constitucionalista, que le permite dirigirse a un espectro amplio de votantes.

Pedro Sánchez proclama que la solución al problema catalán no está en la vía penal

"Quiero tender la mano a la izquierda y al centro, a autonomistas y a federalistas. Quiero un gran acuerdo que implique una gran victoria para Cataluña", sostuvo Iceta en un acto en Barcelona este sábado. Añadió que es la hora de "tender puentes, no cavar trincheras ni levantar fronteras", el momento de que su partido se alce como "alternativa a la dicotomía estéril entre la independencia y el inmovilismo". El primer secretario quiere ocupar un espacio central de la escena, alejado de los "frentes" y con la firme voluntad de presentarse como el candidato del partido de "la concordia y la convivencia", como suele repetir Sánchez.

En la recta final para la confección de las cuatro listas provinciales

El PSC tiene apenas cinco días para acabar de rematar sus candidaturas, puesto que el viernes por la mañana se reúne la comisión de listas y, por la tarde, el máximo órgano de dirección, el consell nacional. Hasta entonces se mantendrá la reserva total, pese a que el núcleo duro de Miquel Iceta, encabezado por su jefe de campaña y secretario de Organización, Salvador Illa, está haciendo gestiones para alumbrar esas "listas muy potentes" con las que el partido pretende concurrir el 21-D y visualizar su "transversalidad". 

Los socialistas catalanes tienen varios caladeros en los que pescar: Unió Democràtica, el extinto partido de Josep Antoni Duran i Lleida; Federalistes d'Esquerres -de donde fichó, como dos por Barcelona en las generales, al filósofo Manuel Cruz-, las entidades Societat Civil Catalana (la organizadora de las masivas manifestaciones constitucionalistas del 8 y 29 de octubre) y La Tercera Vía... Uno de los nombres recurrentes es el de Antón Costas, expresidente del Cercle d'Economia y colaborador habitual de los socialistas. Pero en la dirección se niega que se le haya tanteado, aunque no descartan que pueda colaborar con Iceta en algún acto. Por lo pronto, el candidato protagonizará un importante evento este jueves, 9 de noviembre, en el Colegio de Abogados de Barcelona. 

¿Y qué pasará con Josep Borrell? El exministro no quiere ir de ninguna manera en puestos de salida. La dirección del PSC desea mantener una última conversación con él antes del viernes para comprobar si estaría dispuesto a cerrar de forma simbólica las candidaturas. Pero, como advierten en su entorno, él sigue sin verlo claro y de momento se muestra reacio. 

Mañana martes se cerrará la ventanilla para el registro de las coaliciones electorales del 21-D. Y aunque todo puede pasar en menos de 48 horas, la senda hacia una candidatura unitaria de los independentistas se presenta muy cuesta arriba, básicamente por las resistencias de Esquerra Republicana, primera fuerza en todas las encuestas. Y si finalmente se confirma la división de los secesionistas, el PSC entiende que acabará ayudándole, haciendo más difícil que reedite la mayoría absoluta que sumaban Junts pel Sí y la CUP en los comicios autonómicos de 2015. El partido de Miquel Iceta también confía en que el impacto del encarcelamiento de parte del Govern sea menor del previsto.

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