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Retrato del independentista: movilizado, con estudios superiores y en núcleos pequeños
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LAS TRIPAS DE LA ENCUESTA PREELECTORAL CATALANA DEL CIS

Retrato del independentista: movilizado, con estudios superiores y en núcleos pequeños

Más datos: Junts pel Sí recoge el 70% de los que votaron en 2012 a CiU y ERC, el PSC pierde un 15% de sus votos a favor de C's y Catalunya Sí que es Pot y el 25% de los sufragios del PP van a parar a C's

Foto: Retrato robot del votante secesionista según el CIS: decidido a ir a las urnas, formado y vecino de pequeñas localidades (E. V.).
Retrato robot del votante secesionista según el CIS: decidido a ir a las urnas, formado y vecino de pequeñas localidades (E. V.).

Hombre o mujer, de mediana edad (pero no sólo), con estudios superiores, vecino de municipios menos poblados, elector de CiU, ERC y CUP en 2012. Y muy movilizado. Ese es el perfil básico del votante independentista de este 27-S. Pinceladas que describen dónde están las fortalezas (y las debilidades) del bloque soberanista, y también las de los no separatistas.

Y están en la encuesta preelectoral del CIS. No en el documento que recoge los resultados totales, el que vaticina una victoria ajustada de las fuerzas secesionistas (Junts pel Sí y la CUP),sino en las tripas del sondeo, las que reflejan los datos por variables sociodemográficas y por recuerdo de voto, que arrojan no pocas conclusiones.

El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas llegó este jueves pocas horas antes del arranque de la campaña de los comicios autonómicos del 27 de septiembre. Una alegría relativa para Junts pel Sí (60-61 escaños de una Cámara de 135 diputados), que junto a los 8 de la CUP sumarían una mayoría absoluta por los pelos. Pero en votos se quedan lejos, en el 44%. Ese estudio coloca a Ciudadanos como segunda fuerza (19-20 actas), por delante de Catalunya Sí que es Pot (18-19). En el furgón de cola, el PSC de Miquel Iceta, que retrocedería de la tercera a la cuarta plaza (16-17 escaños), y el PP, que cosecharía su peor resultado desde 1999 (12-13 actas), por encima de CUP (8). Unió, que por primera vez concurre por separado tras la ruptura con Convergència y presenta como cabeza al exconseller Ramon Espadaler, se quedaría fuera del Parlament.

01. El cruce por edades y sexo

Es la primera variable que el organismo público desglosa. Prueba, primero, que los que están más seguros de que irán a votar el 27-S son los mayores de 35 años: entre un 77% y un 83,4% de ellos ya ha decidido que acudirá a las urnas. En cambio, los más jóvenes (de 18 a 24 años y de 25 a 35) no lo tienen tan claro: menos del 70% no ha decidido aún cumplir con la cita.

Las cifras se compadecen con las siguientes conclusiones: que los electores más jóvenes son los que menos han decidido su voto,los que siguen con menor interés la campaña y los que dan menos importancia, a la hora de elegir su papeleta, a los temas propios de Cataluña.

Junts pel Sí gana a sus rivales en todas las franjas de edad. Aunque con diferencias. El 28% de los menores de 24 años apuesta por la lista encabezada por Raül Romeva—y en al que el president, Artur Mas, ocupa el cuarto puesto, y el líder de ERC, Oriol Junqueras, el quinto—, y en un porcentaje próximo (26,8%) lo hacen los que se sitúan en la franja de 25 a 34 años y los que se encuentran entre los 55 y los 64 (29,8%). La candidatura unitaria, no obstante, goza de una mayor fortaleza entre los que tienen entre 35 y 44 (un 30,1% de ellos asegura que la votará), entre 45 y 54 (36,6%) y más de 65 (36,8%).

En cuanto a la forma de organización del Estado, el 46,1% de los catalanes está más de acuerdo con el reconocimiento de la posibilidad de independencia de las comunidades autónomas. Rodeando ese porcentaje, 46,1%, se encuentran todos los grupos de edad. Así, los que se declaran más secesionistas son los que tienen entre 35 y 44 años (48,4%) y los menos, los mayores de 65 (43,2%). Cerca del 47% de los menores de 34 prefieren la separación. Entre los más jóvenes (18 a 24 años) sí encontramos a los que se sienten más catalanes que españoles (28,5%). En cambio, la cifra más alta de los que se confiesan sólo catalanes la hallamos en los mayores de 65 (23,5%).

¿Qué ocurre con las preocupaciones ciudadanas? Los menores de 24 son aquellos a los que les inquieta más las cuestiones de la independencia y el autogobierno (16,6%), la corrupción y el fraude (7,8%), los problemas económicos (8,7%) o la gestión política en Cataluña (5,4%). Los que entienden que el paro es el principal problema (37,2%) son los de 45 a 54 años, y los que creen que es el pacto fiscal y la financiación autonómica es el gran dilema de la comunidad son los que se encuentran entre los 35 y los 44.

No se aprecian diferencias notables entre sexos. Las mujeres sí que tienen menos claro si irán a votar (74,6% frente a 80,6%) y cuál será su papeleta (65,2% frente al 75,8% de los hombres), pero en las preguntas mollares, las que conciernen a opciones electorales, separan a los dos sexos apenas unas décimas en la mayoría de los casos. Por ejemplo, optaría por Junts pel Sí el 32,5% de los varones y el 32,2% de las mujeres, el 47% de los hombres prefiere que se permita a las comunidades separarse, por el 45,2% de las féminas. Sí es más llamativo el trecho que separa a ambos sexos entre los potenciales votantes de algunas fuerzas. Así, Ciudadanos es un partido más masculino (11,1% frente a 6,6%), igual que Catalunya Sí que es Pot (9,7%-7,6%) o la CUP (6,3%-4,9%). Entre los electores del PSC y de Unió, en cambio, ganan las mujeres.

02. El nivel de estudios

Los datos del CIS son contundentes: las capas más formadas son las más proclives a la independencia y las que están más mentalizadas de que irán a votar el 27-S.

Empezando por esto último: el 85,9% de los que tienen estudios superiores avanza que no faltará al compromiso con las urnas, y de ellos el 72,3% ya sabe qué opción elegirá. En cambio, sólo el 70% de los que no han estudiado dice que seguro que acudirá a votar. Los más formados son los que dan más importancia a la política catalana a la hora de conformar su decisión.

Junts pel Sí triunfa entre los más ilustrados (38,1%). Lo mismo le ocurre a la CUP. Catalunya Sí que es Pot –la suma de ICV-EUiA, Podemos y Equo, capitaneadapor el exlíder vecinal Lluís Rabell– y Ciudadanos –que por primera vez en unas autonómicas encabeza Inés Arrimadas–también disfrutande una mayor penetración entre los que cuentan con estudios superiores. PSC y PP, en cambio, sacan mayor ventaja entre los menos formados (sin estudios o con primaria y secundaria sólo). Las cifras tienen también un reverso lógico: Junts pel Sí causa una mayor hostilidad en los grupos poblacionales que menos ha prolongado su vida académica.

¿Qué ocurre cuando se pregunta por la organización del Estado? Al 57,6% de los que cuentan con estudios superiores les seduce más la posibilidad de la independencia, por el 31% que respalda esa idea de los que no han completado ningún escalón escolar. Por contraste, los más centralistas son aquellos con una carrera educativa más pobre. Quienes tienen secundaria o FP son, en cambio, más partidarios de una reforma que confiera mayor poder a las autonomías. También son los que dicen poseer un título superior los que dicen sentirse más catalanes que españoles o simplemente catalanes.

A las capas más cultas les preocupan, en mayor medida, asuntos como la financiación autonómica, el derecho a decidir o las relaciones con España. A los peor formados les afecta más el paro, la corrupción o la cuestión de la independencia y el autogobierno.

03. El lugar de residencia importa

Se nota una mayor movilización en los municipios menos poblados. Valga esta cifra: el 83,7% de aquellos que viven en localidades de 2.001 a 10.000 habitantes cree que votará seguro el 27-S, y de ellos, el 77,6% ya tiene decidido su voto. En las ciudades de más de 50.000 habitantes, en torno al 75% anticipa que acudirá a las urnas. Y de ellos, aproximadamente el 65% sabe qué papeleta eligirá. O sea, que la diferencia es de unos diez puntos a favor de los núcleos menos poblados. En estos se sigue con menos interés la campaña y se confiere más importancia, a la hora de determinar el voto, a los asuntos propios de Cataluña.

El PSC goza de mayor fortaleza en las ciudades medias, y Ciudadanos y Catalunya Sí que es Pot penetra más en las grandes urbes

¿A qué partido votaría usted? El 45,9% de los habitantes de los pueblos de menos de 2.000 habitantes, y el 43,2% de los que viven en localidades de menos de 10.000 responde a esa pregunta del CIS que opta por Junts pel Sí. A partir de 50.000 individuos, el porcentaje de los que apuestan por la lista de Mas no llega en ningún caso al 28%. La otra candidatura secesionista, la de la CUP, tiene un mayor arraigo, entre el 6% y el 7%, en los municipios de entre 2.000 y 10.000 habitantes, en los de 10.000-50.000 y en los de más de 400.000.

El PSC goza de mayor fortaleza (12,6%) en las ciudades medias, de entre 50.000 y 100.000 personas, pero flaquea, y mucho, en los pueblos. Algo semejante le ocurre al PP. Ciudadanos, en cambio, encuentra su granero, sobre todo, en las urbes de más de 400.000 habitantes. Catalunya Sí que es Pot se mueve mejor en las localidades de entre 50.000 y 400.000.

Estos datos se corresponden con el índice de rechazo de cada fuerza. Así, en las ciudades más grandes genera más oposición Junts pel Sí, mientras que PSC, Ciudadanos o Podemos tienen más dificultades de penetración en las zonas menos pobladas.

Los núcleos pequeños son, según el CIS, los más claramente independentistas. Hasta el 69,3% de los encuestados que viven en pueblos de 2.000 a 10.000 habitantes se confiesa partidario de que el Estado posibilite la segregación. En las ciudades más grandes, ese porcentaje decrece hasta el 44,3%. También es en las localidades con menor número de habitantes donde se encuentra un mayor sentimiento nacionalista. Por esta distribución del voto, no sorprende que sea en los municipios más pequeños donde preocupen más cuestiones como el pacto fiscal, las relaciones con el Gobierno central o el rechazo a la concesión del derecho a decidir.

04. El recuerdo y la fidelidad de voto

El bloque soberanista, según las cifras que proporciona el CIS, se halla muy movilizado. El 90,1% de los que en las autonómicas de 2012 votaron a CiU, el 93,7% de los que apostaron entonces por ERC y el 99,5% de los que eligieron a la CUP dice que, "con toda seguridad", dejará su papeleta el 27-S. De ellos, el 77,3% de los que hace tres años optaron por CiU, el 84,5% de los que prefirieron a los republicanos y el 85,2% de los que escogieron a los independentistas antisistema ya tienen decidido su voto.

El sector no separatista de los catalanes, sin embargo, está algo más apático e indeciso. No llega al 90% el porcentaje de los que votaron a PSC, PP, ICV-EUiA o C's que ahora declare que irá seguro a su colegio electoral el día 27. Significativamente, el 69,9% de los que en las autonómicas de 2012 abogaron por el PSC no ha deshojado aún la margarita. Cifra similar a la de los que eligieron a Ciudadanos (71,2%) o a los ecosocialistas (68,3%).

Los que prefirieron hace tres años a CiU, ERC o CUP también son aquellos más interesados en la campaña y los que consideran que pesan más las cuestiones propias de Cataluña y no los temas generales de España.

El CIS ofrece asimismo un cuadro muy revelador: el de las transferencias de voto. Así, el 67,6% de los votantes de CiU en 2012 y el 72,8% de los de ERC tienen previsto introducir la papeleta de Junts pel Sí el 27-S. La fidelidad es, pues, bastante alta. Algunos de los antiguos electores de CiU saltan ahora a C's (el 2,9%) y a Unió (2,7%), mientras que el 8,8% de los que hace tres años optaron por ERC se marchan a la CUP (otro 4,2% camina hacia la lista de Lluís Rabell).

PSC y PP sufren importantes fugas de voto. Más acusadas si cabe en el segundo caso. El 51,1% de los que eligieron en 2012 a Alicia Sánchez-Camacho se quedan ahora con Xavier García Albiol, pero otro 25% prefiere a Inés Arrimadas. El PSC sólo retiene al 39,7% de sus votantes. Un 14,5% lo pierde a favor de C's y otro 14,1% a Catalunya Sí que es Pot. Sólo un 5,9% va a parar a Junts pel Sí.

Rabell, por su parte, aguanta el 41,7% de los votos que en 2012 fueron para ICV-EUiA. Un 13,5% se le escapa hacia la CUP y otro 13,6% a Junts pel Sí. Ciudadanos mantiene el 66,7% de sus antiguos electores (apenas un 4,3% prefiere el 27-S a Albiol). La CUP, que lidera Antonio Baños, retiene al 64,5% de sus votantes, aunque un 20,9% se le va hacia la candidatura de Romeva, Mas y Junqueras.

Los que en 2012 apoyaron a CiU, ERC o CUP apoyan masivamente la opción independentista (71,8%, 85,9% y 89,7%, respectivamente). Lo esperable. Como lo es que los votantes del PSC se repartan entre aquellos que anhelan un Estado con mayores competencias para las autonomías (44,6%) –algo que casa con la defensa del Estado federal que hace el partido, tanto en Cataluña como en el resto de España–y los que están conformes con la situación actual (20,8%). Los que respaldaron a Sánchez-Camacho en las últimas autonómicas están muy divididos: un 18,3% quiere comunidades con menos poder; un 19,1% prefiere no tocar nada y un 18,3% no ve mal dotar a las CCAA de más poder.

Los antiguos votantes del PP se dividen entre los que prefieren el statu quo, los que quieren menos poder para las CCAA y los que desean darles más

Entre los que apostaron por ICV-EUiA los hay que quieren un techo competencial más alto para las comunidades (42,4%) y los que desean que se les deje ser independientes (40,6%). Los antiguos electores de C's se inclinan por dejar las cosas como están (27%) o dar más poder a las CCAA (34,4%).

También las prioridades de cada grupo de votantes revela su adscripción ideológica. A los que apoyaron al PSC les inquieta más el paro (42,5%), como sucede con los de ICV-EUiA (37,9%). Los más preocupados por la financiación autonómica o el derecho a decidir son los de CiU, y los más inquietos por la independencia, PP y Ciudadanos. Llama la atención que la cuestión de la corrupción y el fraude es más citada por los partidos no soberanistas (sobre todo, los del PSC, los de ICV-EUiA, los de C's y PP) que por los independentistas, a excepción de aquellos que recuerdan haber votado a laCUP en 2012.

Hombre o mujer, de mediana edad (pero no sólo), con estudios superiores, vecino de municipios menos poblados, elector de CiU, ERC y CUP en 2012. Y muy movilizado. Ese es el perfil básico del votante independentista de este 27-S. Pinceladas que describen dónde están las fortalezas (y las debilidades) del bloque soberanista, y también las de los no separatistas.

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