La abstención podría bajar del 25% en la elecciones catalanas del 27-S

Todo apunta a que el porcentaje de abstención para estas elecciones bajará respecto a los últimos comicios autonómicos en Cataluña. El último barómetro del CIS indica que un 77,5% de los encuestados acudirá a las urnas "con toda seguridad". Un 14% "probablemente acudirá" mientras que el 3% "probablemente no lo hará". Un 1,3% todavía no lo ha decidido. En total, un 18,3% del censo no sabe si acudirá a las urnas. Un 4,1% no votará "con toda seguridad". En los últimos años, la abstención ha bajado: en 2010 un 41,22% del censo no votó, un porcentaje que bajó casi 10 puntos en 2012, cuando la abstención fue del 32,24%.

Quedan poco más de dos semanas para las elecciones catalanas y un 26,1% del electorado no ha decidido a qué partido votará el domingo 27 de septiembre. El último barómetro del CIS refleja que un 16,5% de los encuestados no sabe a quien votará mientras que un 9,6% no contesta a la pregunta. En total, más de un cuarto del electorado.

Los partidos van a luchar para conseguir atraer a los votantes indecisos. Un 70,4% de los encuestados que acudirán a las urnas reconoce tener decidio ya su voto, mientras que el 26,7% no ha tomado esa decisión todavía. Los actos de campaña de las próximas semanas serán cruciales para convencer a los indecisos.

En cuanto a la participación, todo apunta a que esta vez va a superarse el récord de 2012, un factor que tradicionalmente ha beneficiado a las formaciones políticas de ámbito estatal, que confían en movilizar al área metropolitana de Barcelona, territorio más abstencionista que el resto de Cataluña en las autonómicas.

Si en el barómetro preelectoral de 2012 los abstencionistas ascendían a un 10,9 % y los votos nulos o en blanco sumaban el 5,3 %, en la encuesta del CIS dada a conocer hoy los que dicen que no votarán representan sólo el 2,8 % y los votos en blanco o nulos acumulan únicamente el 2,5 %.

Ante estos datos, la campaña electoral, que empieza esta madrugada, se perfila como un factor clave para acabar de decantar mayorías en un nuevo Parlament que, pase lo que pase, conllevará una recomposición completa del mapa político catalán.