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Artur Mas se arropa con benefactores de Grifols para simular que EEUU le apoya
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EL PRESIDENTE DE LA MULTINACIONAL, UN INDEPENDENTISTA CONVENCIDO

Artur Mas se arropa con benefactores de Grifols para simular que EEUU le apoya

El dirigente catalán ha conseguido que un puñado de congresistas norteamericanos muestren interés ante el hipotético caso de que Cataluña se convirtiese en un Estado propio

Foto: Artur Mas, presidente de la Generalitat de Cataluña. (Reuters)
Artur Mas, presidente de la Generalitat de Cataluña. (Reuters)

La Generalitat de Cataluña se puso ayer a última hora una medalla tras los continuos y desagradables fiascos europeos: fichó a varios congresistas norteamericanos para restañar las heridas de los zarpazos europeos antiindependentistas. En otras palabras, mientras en el Viejo Continente tanto la canciller alemana, Angela Merkel, como el premier británico, David Cameron, advirtieron que la independencia no tiene cabida y que en caso de secesión Cataluña quedaría fuera de la UE y tendría que hacer cola para ingresar de nuevo, en Estados Unidos, algunas voces se muestran comprensivas.

O, al menos, eso es lo que dicen los dirigentes independentistas catalanes. Resulta que el secretario de Exteriores de la Generalitat, Roger Albinyana, asistió a un debate en la capital norteamericana bajo el lema Political Economy of Catalonian Independence, organizada en la sede del Peterson Institute for International Economics. Le acompañaban el presidente de la Comisión de Acción Exterior del Parlamento catalán (que se encuentra con la legislatura suspendida debido a la proximidad de las elecciones, por lo que oficialmente no hubiera tenido que asistir), Jordi Solé, y del embajador de Cataluña en Nueva York, Andrew Davis.

Según el Gobierno catalán, Albinyana compareció “oficialmente en la Cámara de Representantes para explicar el proceso político catalán y analizar el futuro de Cataluña en el marco de este proceso”. La nota destinada al mercado estadounidense (y distribuida por la Catalan News Agency) señalaba que los dirigentes catalanes fueron a explicar porqué los recientes “eventos en España y Cataluña provocaron que el Gobierno catalán se viese obligado a llamar a unas elecciones plebiscitarias para el 27 de septiembre”.

En realidad, la Cámara de Representantes tiene 435 miembros, que pasaron olímpicamente de la cita. Eso sí, excepto un puñado de representantes: en la nota oficial se especifica que “a la comparecencia asistieron congresistas de los dos partidos norteamericanos, entre los que se hallaban el presidente del subcomité de Asuntos Europeos, Dana Rohrabacher, la expresidenta del comité de Asuntos Internacionales, Ileanna Ros Lethinen, y los congresistas Mario Díaz Balart, Albio Sires y Carlos Curbelo, entre otros”. Nadie del Ejecutivo ha podido explicar exactamente cuántos miembros de la Cámara de representantes estaban presentes.

Los presentes mostraron “mucho interés”, siempre según el Gobierno catalán, “en hacer prospectiva sobre las relaciones que un nuevo Estado catalán establecería con el Gobierno de los Estados Unidos. Roger Albinyana respondió que estas relaciones será, como hasta ahora, de gran cordialidad, amistad y cooperación”.

Negocios tras la política

Tras la reunión, en los pasillos de la Cámara, Rohrabacher explicó que "le diría al gobierno de España que a largo plazo es mejor darle la opción a la gente de tomar sus propias decisiones y la opción de permanecer voluntariamente dentro del país, que hacerles sentir forzados a formar parte de él porque eso crea resentimiento y malas sensaciones, y mina el sentimiento de unidad que un país necesita tener”. Que se lo pregunte, sin ir más lejos, a los tejanos que en el 2013 insinuaron que querían la secesión. Barack Obama zanjó la cuestión señalando que la integridad territorial de los Estados Unidos es sagrada. La Casa Blanca no ha respondido a una petición ciudadana con más de 32.000 firmas en la que s que apoye un referéndum en Cataluña.

Pero, ¿quién es Rohrabacher?. Un congresista por California que durante los últimos años ha concedido numerosos contratos públicos a la compañía catalana Grifols, cuyo presidente, Víctor Grifols, se ha postulado públicamente a favor de la independencia y ha apoyado con vehemencia la estrategia de Artur Mas.

Según la documentación en poder de El Confidencial, Rohrabacher, en tanto que responsable de la demarcación 46 californiana, concedió en 2008 total de cuatro contratos a la empresa catalana. En el 2009, otros 3 contratos y en el 2010, un contrato. Grifols también compró la división de transfusión de sangre de Novartis, en California en 2013 por un valor de 1.700 millones de dólares. Es decir, que penetró con todos los honores en un sector crítico en la demarcación en la que fue elegido Rohrabacher. En total, Grífols facturó 18.753.397 dólares al Gobierno norteamericano, aunque en contratos diseminados por varios Estados.

En la adjudicación de contratos tuvo también una especial relevancia otra de las presentes en la reunión de ayer: Ileana Ros-Lethinen, representante de la demarcación 8 de Florida, que concedió contratos por valor de casi 1,6 millones de dólares a Grifols. Otro de los diputados, Mario Díaz-Balart, también de Florida, firmó contratos a favor de la multinacional catalana por más de 759.000 dólares junto a otro congresista. Díaz-Balart se alineó con las tesis de Rohrabacher y afirmó tras la reunión con Albinyana que “el derecho a decidir y de manifestar sus deseos sociedad debe prevalecer” y afirmó, según Catalan News Agency, que “todos estaremos viendo lo que ocurre el Cataluña el día 27”.

En resumidas cuentas, el responsable de la diplomacia catalana se rodeó de personas que han estado relacionadas con la multinacional Grifols durante los últimos años. Pero la inmensa mayoría de los miembros de la Cámara de Representantes brillaron por su ausencia.

La Generalitat de Cataluña se puso ayer a última hora una medalla tras los continuos y desagradables fiascos europeos: fichó a varios congresistas norteamericanos para restañar las heridas de los zarpazos europeos antiindependentistas. En otras palabras, mientras en el Viejo Continente tanto la canciller alemana, Angela Merkel, como el premier británico, David Cameron, advirtieron que la independencia no tiene cabida y que en caso de secesión Cataluña quedaría fuera de la UE y tendría que hacer cola para ingresar de nuevo, en Estados Unidos, algunas voces se muestran comprensivas.

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