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Carles Puigdemont aspira a convertir las catalanas en un referéndum sobre su figura
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Apela al voto útil soberanista

Carles Puigdemont aspira a convertir las catalanas en un referéndum sobre su figura

En su primera entrevista desde que anunció presentarse a la presidencia de la Generalitat, el ex president apela al votante independentista para que le vote por una última vez el 12-M

Foto: Carles Puigdemont en la presentación de sus listas en Elna (EFE).–
Carles Puigdemont en la presentación de sus listas en Elna (EFE).–
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Carles Puigdemont aspira a convertir las elecciones catalanas del 12 de marzo en un referéndum sobre su persona, una manera también de apelar al voto útil independentista. De ahí su anuncio de que se retira de la política si no consigue ser escogido presidente de la Generalitat en la primera entrevista que concede durante esta precampaña. Puigdemont asume que su única oportunidad de volver al Palau de la Generalitat es lograr un voto masivo a su candidatura que además sólo puede venir del independentismo.

Por tanto, el 12 de marzo no se dirime la presidencia de la Generalitat, según el punto de vista de Puigdemont y el relato que está intentando imponer durante la precampaña, sino que versa sobre la validez de su figura, su trayectoria, su autodenominado exilio y su lucha contra el Gobierno español.

Puigdemont pide el voto sentimental, preocupado en especial por los partidos alternativos que ofrecen opciones más puras del independentismo y que reniegan del papel que jugaron los líderes de Junts en octubre de 2017. Ahí está, por ejemplo, Clara Ponsatí y su nuevo partido Alhora. O la más peligrosa, la alcaldesa de Ripoll Silvia Orriols, y su partido de ultraderecha Aliança Catalana, centrada en la inmigración, a la que culpa del retroceso social del catalán.

Que a Carles Puigdemont le preocupa la competencia de Aliança Catalana se demuestra en que el único punto concreto de la entrevista al que se refiere es el de la inmigración. “Hay una sensación de haber tocado fondo. Va a ser una legislatura clave de educación, pero también hemos de hablar de inmigración y va a haber una delegación de competencias en inmigración a través de una nueva Ley Orgánica”, apunta Puigdemont en referencia a sus pactos con el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán.

Puigdemont ha tenido la prudencia de advertir que “la solución será compleja. No hay que engañar a nadie. Una Cataluña sin inmigrantes no tiene futuro

“Hay una realidad con la inmigración, con la ocupación, con el agua. Cataluña depende de la inmigración. Atraemos 24% de población inmigrada. Pero no está regulada ni por las autoridades catalanas y no podemos contratar en origen. No tenemos recursos ni políticos ni económicos para gestionar algo así”, ha lamentado al respecto el expresident en su entrevista de hoy.

Sin embargo, Puigdemont ha tenido la prudencia de advertir que “la solución será compleja. No hay que engañar a nadie. Una Cataluña sin inmigrantes no tiene futuro. Eso no cambiará”.

Voto útil contra voto útil

En Tarragona, por ejemplo, hay siete candidaturas independentistas. Incluso se presentan Front Nacional y Convergents. La dispersión del voto le puede hacer perder a Puigdemont su única oportunidad para imponerse a ERC, que es su principal objetivo para estos comicios.

Ante este riesgo, Puigdemont quema etapas. La apelación al voto sentimental diciendo que le voten por última vez, que ya no volverá a presentarse, que es lo que hizo este martes, es un recurso típico de la última semana de campaña. Puigdemont lo quemó este martes, con un mes de antelación, algo que podría explicarse por la inquietud ante la multitud de opciones posibles que va a tener el votante independentista.

Puigdemont pretende concentrar el voto independentista, cada vez más disperso

La razón es apelar al voto útil, como una manera de compensar el voto útil constitucionalista que concentrará el PSC de Salvador Illa. Además, Illa está en el centro del tablero político. Incluso, la amnistía hace que el votante de ERC o los Comunes pueda ser más poroso sus propuestas, según fuentes socialistas. En cambio, en RAC1, Puigdemont ya ha avisado que no se aliará con el PSC. Y tampoco ha tendido puentes con la derecha española.

Cierre de filas

Puigdemont, al contrario que Illa, rechaza el centro político. Solo apela a los suyos, a los independentistas, a la supuesta media Cataluña que respaldó su intento de ruptura con España. Pero necesita todos los votos. Por eso es “o todo o nada”. O Puigdemont o repetir las elecciones en octubre en el mejor de los casos. En el peor, Salvador Illa podría obtener la presidencia de la Generalitat.

Muchos de estos intentos de centralizar la campaña electoral están fracasando. La pasada semana el consejo de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (TV3) ya se reunió y rechazó la pretensión de Puigdemont de celebrar el debate de las elecciones en el sur de Francia para que él pudiese participar en persona. Con posterioridad Junts formalizó la petición, conscientes de que ya no había prosperado, solo como un intento más de focalizar el debate sobre su formación.

Carles Puigdemont aspira a convertir las elecciones catalanas del 12 de marzo en un referéndum sobre su persona, una manera también de apelar al voto útil independentista. De ahí su anuncio de que se retira de la política si no consigue ser escogido presidente de la Generalitat en la primera entrevista que concede durante esta precampaña. Puigdemont asume que su única oportunidad de volver al Palau de la Generalitat es lograr un voto masivo a su candidatura que además sólo puede venir del independentismo.

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