La contaminación llama a la puerta de los colegios: "Es igual que el tabaco, antes nadie creía que fuese tan malo"

Entre el bullicio de miles de turistas y el tráfico de vehículos, muchas veces olvidamos que en la ciudad de Barcelona viven personas y, sobre todo, niños. La capital catalana, como tantas otras en España, es una ciudad pensada para los coches. Es cierto que, en los últimos años, el Ayuntamiento ha iniciado el proyecto de peatonalización de los entornos escolares, pero las asociaciones de familias siguen reclamando más acciones para proteger a sus hijos. Los padres cada vez están más intranquilos ante las reiteradas alertas de los pediatras sobre las consecuencias negativas que la exposición al humo y al ruido de los coches tiene sobre los más pequeños.

Según el informe sobre la calidad del aire de Barcelona en 2022, la contaminación atmosférica causa alrededor de 1.500 muertos al año y el 14% de los nuevos casos de cáncer de pulmón de la ciudad. En los más jóvenes, el 41% de los casos de asma infantil están relacionados con la exposición a la polución.

"Me preocupa la contaminación en la ciudad. He mirado colegios con poco tráfico, pero lo cierto es que necesito que la escuela de mis hijos esté cerca de mi trabajo", explica Norelis B. Ella está buscando el futuro colegio de su hija y según argumenta, aunque le preocupa el entorno en el que esté la escuela, no es su prioridad principal: "No puedo irme a otra comarca para llevarla al cole, tengo que trabajar, y eso me dejaría sin calidad de vida".

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Joao C. llegó de Brasil hace dos años y tuvo que buscar colegio para sus hijos: "Nunca pensé en la contaminación, no sabía que existía este problema aquí, simplemente buscamos un colegio cerca de casa para que la rutina familiar fuese menos complicada".

El debate sobre la contaminación en las escuelas y su efecto sobre los escolares lleva años candente en Cataluña, pero ahora más de un centenar de escuelas han firmado el manifiesto de la Plataforma Revolta Escolar y han anunciado protestas durante el curso escolar: "Consideramos que tenemos que luchar contra esto, es como el tabaco, antes nadie creía que era tan malo y ahora somos conscientes de todas las enfermedades y muertes que causa", explica el portavoz de la plataforma, Marc Hurtado.

Un problema de salud pública

La Sociedad Catalana de Pediatría y el Institut de Salut Global han elaborado el Decálogo para unos entornos escolares seguros y saludables en el que defienden que los niños no son "adultos pequeños" y que "además no pueden decidir sobre el entorno en el que viven". Según este informe, los más pequeños tienen mayor exposición a la contaminación que generan los vehículos de combustión en la ciudad. Al parecer, su "menor estatura hace que respiren contaminantes del aire que se concentran alrededor del metro de altura".

Pero si la exposición a los contaminantes es mayor, tampoco tienen la capacidad de eliminación que tiene un adulto. "El cuerpo de los niños no tiene la misma capacidad para detoxificar y eliminar, que el de los adultos", explica Ferrán Campillo, coordinador de Salud Medioambiental de la Sociedad Catalana de Pediatría. Para hacer frente la situación, los pediatras piden actuar en dos grandes campos: reducir la contaminación, atmosférica y acústica, y reducir la accidentalidad relacionada con el tráfico.

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"Muchos coches pasan por las calles cercanas a las escuelas incumpliendo las normas de circulación o excediendo el límite de velocidad, lo ves y tomas consciencia de lo peligroso que es para un niño", explica Gracia F., madre que lleva a sus hijos a un céntrico colegio de Barcelona. Una de las principales reclamaciones de la plataforma Revolta Escolar es la reducción de los accidentes de tráfico que ocurren en lugares cercanos a los colegios. Campillo añade que no solo se debe proteger el entorno inmediato, sino que hace falta "convertir todo el camino, desde el domicilio al centro escolar, en un recorrido seguro".

Menos niños "superdotados"

Campillo también expresa la gran preocupación de los pediatras por las patologías derivadas: "Además de la salud respiratoria, ahora tenemos evidencias que muestran que la exposición a la contaminación, incluso antes de nacer, causa daños irreversibles al funcionamiento y desarrollo de algunas estructuras cerebrales". En su opinión, "los niños que están más expuestos a la contaminación tendrán menos coeficiente intelectual y, a nivel colectivo, tendremos menos niños con altas capacidades y más niños en situación de dependencia".

Según el pediatra, los niños que van a colegios con más tráfico acaban teniendo un peor rendimiento académico, además de posibles problemas a nivel cognitivo. Y añade: "Está en juego la prosperidad del país".

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En Barcelona, muchos colegios se concentran en calles más céntricas. Además, en el Eixample es muy común que se utilice el interior de las manzanas de pisos como patio para los niños. "Hay patios de escuela que si los comparamos con prisiones no hay demasiada diferencia", explica el pediatra Ferran Campillo.

El portavoz de la plataforma Revolta Escolar, Marc Hurtado, se queja de la contaminación que se concentra en esa zona: "En el Eixample parece que todas las calles horizontales estén preparadas para que la gente con vehículo privado cruce rápido la ciudad y no puede ser así. Las calles no son una autopista, son vías donde hay colegios, hospitales, ambulatorios…". Para que esto deje de ser así, Hurtado reclama un cambio en la planificación urbanística.

Las promesas heredadas de Colau

A partir de esta semana, 35 Asociaciones de Familias (AFAs) se reunirán bajo el lema Aire limpio y menos ruido para la salud y el pleno desarrollo de los niños y cortarán de calles a las salidas de las escuelas. Su objetivo es seguir reclamando una mayor peatonalización en los entornos escolares, menos contaminación y menos ruido. Las AFAs piden a la administración "medidas que prioricen la salud, incluyendo en los nuevos presupuestos partidas para la pacificación (peatonalización) de los entornos escolares" y una reunión urgente con el alcalde Jaume Collboni.

Según Revolta Escolar, el ayuntamiento de la anterior alcaldesa, Ada Colau, se comprometió a la "pacificación" de todos los entornos de los colegios de la ciudad, pero el problema llega cuando toca definir en que consiste esa "pacificación", si se deben peatonalizar las calles o, por el contrario, únicamente ampliar la acera. “Ahora tenemos la duda de si el actual gobierno seguirá con el proyecto y llegará a todos los colegios”, explica Marc Hurtado, portavoz de Revolta Escolar.

Estas reclamaciones empezaron en diciembre de 2020 y entonces la asociación apenas contaba con 20 escuelas. Desde entonces, y a pesar de la pandemia, el número no ha parado de crecer. A día de hoy, hay más de 100 centros escolares movilizados en 17 ciudades diferentes de España, entre las que se encuentran: Barcelona, Badalona, Girona, Madrid, Lugo o el iluminado Vigo.