El PSOE y JxCAT cierran su primera reunión en Suiza sin avances significativos

El PSOE y JxCAT se vieron superados por las exageradas expectativas que los independentistas habían vendido para su primer encuentro en el área de Ginebra, tras el pacto de investidura de Pedro Sánchez. La reunión duró toda la mañana, pero acabó sin avances, según fuentes políticas conocedoras de los contactos entre ambos partidos. Para darle algo a la prensa, conscientes de la presión mediática, se había acordado que JxCAT hiciese público el nombre del portavoz y coordinador de verificadores, un diplomático sin experiencia en la mediación de conflictos internacionales: el salvadoreño Francisco Galindo Vélez.

Los participantes fueron el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, el expresidente catalán, Carles Puigdemont, el secretario general de JxCAT, Jordi Turull, y la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras. También estuvo presente el propio Francisco Galindo Vélez, con un brillante currículum diplomático, antiguo embajador en Francia y Colombia y alto comisionado en la ONU. Pero su especialidad son los refugiados, sobre los que tiene diversas publicaciones académicas, pero no en conflictos. No medió en la guerra de las FARC en Colombia, por ejemplo; ni tampoco en otras tensiones políticas en Europa.

Santos Cerdán saldó su evaluación del encuentro con un "ha ido bien". En JxCAT tiraron de hermetismo y se presumió de haber eludido a la prensa. En esencia: el principal éxito es que no hubo foto, tal y como se pretendía de manera inicial. Ambas partes hablaron de progresos que evitaron concretar. Se destacó la "cordialidad" de ambas partes y la voluntad de buscar una "solución negociada". Traducción, nada de nada como fruto de este pleno en Suiza.

Tampoco era posible conseguir más. Y menos con la amnistía ya pactada. Aunque sorprende que ni siquiera se haya tirado del recurso fácil de "pactar una metodología para futuros encuentros". Ni eso. Solo que el próximo encuentro tendrá lugar después de las fiestas navideñas. Ni siquiera se habla ya del mes de enero, lo que encaja con los planes del PSOE de ir espaciando las reuniones.

Ambas partes evitaron hablar de progresos concretos y destacaron la voluntad de buscar una "solución negociada". Traducción: nada de nada

Puigdemont tampoco lo puso fácil. Antes del encuentro con Santos Cerdán, colgó un post en Instagram en el que criticaba la debilidad española, comparaba a los jueces con el general Pavía y aseguraba que la represión seguía. Y esta misma semana, en su reunión con el líder del PP europeo, Manfred Weber, amenazó a Pedro Sánchez con apoyar una moción de censura de mano del PP. Por lo tanto, para el independentismo la victoria era la reunión en sí misma, muy pensada y publicitada para su público y sus votantes. Continente sin contenido.

JxCAT y el PSOE siguen como antes de la investidura: con posturas del todo contrarias en las cuestiones que se han de negociar: la demanda de un referéndum de autodeterminación, una financiación diferenciada para Cataluña con una excepción en la LOFCA o el reconocimiento de Cataluña como nación con mayor proyección internacional de la Generalitat, en especial en la UE.

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Sin otras cuestiones concretas, queda el perfil del portavoz y coordinador de los verificadores internacionales. Francisco Galindo Vélez es un experto sobre derechos humanos y conflictos en países difíciles, con conflictos abiertos y en vías de desarrollo. (Francia no contaría, porque allí sería el representante de ACNUR ante el gobierno francés, es como el que se envía ante la Unión Europea).

España no entra en esta categoría y mucho menos Cataluña, donde desde los indultos a los políticos del procés, la situación social se ha normalizado. En realidad, la amnistía ha dejado indiferente a la población catalana, ni a favor, ni en contra. No existe el clima de tensión social que hay en el resto de España. Otra cosa es la opinión pública, donde el debate es tan vivo en Barcelona como en Madrid.

Gasolina para el PP

Pero el perfil del portavoz de los verificadores anunciado ayer alimentará el relato internacional del independentismo y servirá de gasolina al PP en sus críticas a Pedro Sánchez en los próximos días. Un experto en la violación de derechos humanos y minorías desplazas, como Francisco Galindo Vélez, parece decirle al mundo que el problema de Cataluña es la falta o conculcación de esos derechos contra una minoría, conectando con los sectores de Waterloo que abogan por explorar la vía de minoría nacional para que el independentismo catalán logre el reconocimiento en la UE y el resto del mundo. El sentido común dice que la situación en Cataluña para nada responde a esta situación. Pero el PSOE, al reconocer este portavoz, asume de manera implícita este punto de vista del independentismo.