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El traspaso de Cercanías a Cataluña encalla las negociaciones con ERC por la investidura
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Problemas por las vías de Adif

El traspaso de Cercanías a Cataluña encalla las negociaciones con ERC por la investidura

La infraestructura ferroviaria iba a ser la guinda en el pastel de los republicanos en las conversaciones para que Sánchez revalide su mandato. Pero Renfe se ha convertido en otra piedra en el zapato

Foto: Trenes de Cercanías de Renfe en Cataluña. (EFE/Quique García)
Trenes de Cercanías de Renfe en Cataluña. (EFE/Quique García)

El traspaso de Cercanías Renfe a la Generalitat de Cataluña, incluida entre las exigencias de ERC para la investidura de Pedro Sánchez, está haciendo embarrancar las negociaciones, según explican fuentes conocedoras de los contactos entre los republicanos y Moncloa. La formación independentista quiere la cesión de este servicio, incluyendo trenes, infraestructuras y las vías de Adif, como complemento a la base del acuerdo, que es la ley de amnistía. Pero ese traspaso tropieza con problemas legales que dificultan el acuerdo a solo tres semanas del límite que marca la legislación para ir a una repetición electoral.

ERC siempre ha planteado que su negociación se basa en tres carpetas. La primera, sobre la amnistía, que dan por descontada. La segunda, para la autodeterminación. Y la tercera, relativa a cuestiones materiales, que implica el traspaso de Cercanías, incluyendo los presupuestos asociados al servicio ferroviario de corta distancia y un parche para compensar los déficits de financiación, pero que no suponga negociar un nuevo sistema.

Foto: Una estación de Rodalies repleta de usuarios en Barcelona. (EFE/Alejandro García)

El parche para la financiación proporcionará escaso rédito político a Pere Aragonès y una candidatura de ERC para la Generalitat en febrero de 2025, cuando acaba la legislatura. En Palau ya dan por hecho que sea lo que sea —una condonación de la deuda del FLA o una inyección especial de fondos—, el Gobierno lo extenderá al resto de las CCAA. Café para todos, otra vez. Por eso el traspaso resulta clave para los republicanos.

ERC, además, está haciendo sus propios cálculos. En este momento el servicio de Cercanías en Cataluña está plagado de problemas. Múltiples complicaciones, retrasos y falta de información al usuario. Pero los republicanos estiman que si consiguen hacerse con el traspaso, en dos años podrían hacer que el servicio mejorase de manera notable. La clave es que en determinadas infraestructuras, cuando se invierte para mejorarlas, ese desembolso deteriora todavía más el servicio mientras se ejecuta.

Algo que pasa en los trenes. Pero cuando esta finaliza, el servicio mejora de manera exponencial. Es el ciclo de las infraestructuras, algo que tiene poco que ver con la política y sí con la fase natural de las inversiones ferroviarias. Por eso la ventana de oportunidad para los republicanos es solicitar el traslado ahora.

Solo se puede traspasar una línea de las 18 que tiene Renfe por una limitación legal

Pero hay pegas de tipo técnico y legal. El Gobierno en funciones aduce que solo puede traspasar la R-3, que va de L'Hospitalet de Llobregat hasta Puigcerdà, pasando por Vic. Pero no con el resto de vías de Adif que se prolongan por otras comunidades autónomas. Es decir, Moncloa plantea solo una cesión parcial, pero esto sabe poco a ERC, que desde la Generalitat lucha por convertir los frecuentes retrasos de Cercanías en otro caballo de batalla de los agravios contra Cataluña.

ERC no es el problema

A pesar de todo esto, ERC no es un problema. Si la negociación se complica, los republicanos acabarán votando que sí a la investidura de Pedro Sánchez. El problema sigue radicando en las reservas que pone Carles Puigdemont a cuestiones como la exposición de motivos de la nueva ley de amnistía. En este sentido, en Moncloa y el PSOE creen que han llegado a su límite y que JxCAT no está siendo suficientemente flexible.

Los republicanos, del mismo modo, precisan distinguirse. Por eso fue Pere Aragonès al Senado. Porque salir de la negociación con un perfil propio no se lo da la amnistía, sino el traspaso de Cercanías, del que además podría sacar pecho desde la Generalitat, donde gobiernan en minoría pero en solitario. Así que se produce la paradoja de que la cesión de la infraestructura es a la vez marginal y medular para la negociación. Aunque en este caso el problema es técnico, no político, la dificultad también se suma a las que ya jalonan este proceso. Pero traspasar solo una línea de las 18 de Cercanías existentes de Renfe puede sonar a poco.

Flecos letales

Tal como ERC ha vendido la negociación, la amnistía está hecha y el traspaso de Cercanías es un fleco pendiente sin importancia. Pero un fleco del que pueden hacer bandera, mientras que en JxCAT desprecian este tipo de pactos por "autonomistas". Los republicanos, en cambio, consideran que "mejorar el día a día de los catalanes" es parte de su función mientras llega la independencia. Las conversaciones se alargan y las complicaciones se multiplican. Y lo peor es que todavía quedan tres semanas.

El traspaso de Cercanías Renfe a la Generalitat de Cataluña, incluida entre las exigencias de ERC para la investidura de Pedro Sánchez, está haciendo embarrancar las negociaciones, según explican fuentes conocedoras de los contactos entre los republicanos y Moncloa. La formación independentista quiere la cesión de este servicio, incluyendo trenes, infraestructuras y las vías de Adif, como complemento a la base del acuerdo, que es la ley de amnistía. Pero ese traspaso tropieza con problemas legales que dificultan el acuerdo a solo tres semanas del límite que marca la legislación para ir a una repetición electoral.

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