La ruleta rusa de llegar puntual si usas el Rodalies en Cataluña: "No puede ser que siempre me toque a mí"

A diario, 300.000 catalanes suben a los trenes de Rodalies con la esperanza de llegar a la hora a su puesto de trabajo, colegio o universidad. "Cuando miras los horarios tienes que calcular dos trenes antes del que deberías coger para asegurarte de que llegarás a la hora", expone Jon García, un joven universitario que espera en el andén de El Masnou (Barcelona). "Nunca sabes cuándo pasará ni a qué hora llegará": una ruleta rusa de la puntualidad con la que conviven a diario millones de viajeros.

Según el Departamento de Territorio del Govern, en 2022 se registraron 831 incidencias graves, una media superior a las dos incidencias diarias. Este año, desde enero hasta agosto, se han registrado únicamente 44 días sin incidencias reseñables frente a 199 en los que el servicio se ha visto alterado. El dato más llamativo es que durante julio y agosto se produjeron 26 incidencias graves relacionadas con las infraestructuras o los trenes; una cada dos días.

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Para rebatir las críticas de la Generalitat, Renfe ha hecho un comunicado afirmando que la Generalitat pone el foco en los 22.500 trenes que se retrasaron y no en los 278.000 restantes que llegaron puntuales. Esta cifra sostiene que el 92,5% de los usuarios usaron el tren con normalidad. "Es un dato poco creíble, no puede ser que coja yo todos los trenes malos", apunta Noelia Poyato, usuaria habitual de la R4 en tono escéptico. Con 22.500 trenes retrasados al año, las posibilidades de la ruleta rusa son mucho más altas.

Falta un túnel por debajo de Barcelona

Uno de los problemas más evidentes en la red de Rodalies son los accesos a la capital catalana. La antigüedad de las instalaciones y el aumento del tráfico por los túneles generan cuellos de botella y constantes retrasos en la circulación de los trenes. "Hemos normalizado perder el tiempo en los túneles y no recibir ninguna explicación de lo que pasa", explica María González, que cada día utiliza el servicio de Rodalies para desplazarse a Barcelona. La capital catalana hace años que tiene planificada la construcción de un nuevo túnel descongestionar el centro, pero las administraciones siguen sin ponerse de acuerdo.

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Otra de las principales recriminaciones de los usuarios es la falta de comunicación eficaz por parte de la operadora: "Absoluta normalidad quiere decir que siempre hay incidencias", comenta, irónico, Adrià Garnica, un usuario habitual de la línea R1 que une la capital catalana con la costa del Maresme.

Facturas sin pagar

Todo esto en el contexto de investidura de Sánchez, que los partidos independentistas quieren aprovechar para arrancar una competencia que el gobierno, tanto del PP como del PSOE, se han negado a transferir.

En pleno auge de las negociaciones, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha condenado a la Generalitat a pagar cerca de 81 millones de euros a Renfe por los servicios de ampliación que pactaron cuando esta consiguió las competencias de planificación del servicio (horarios y tarifas) en 2010. La sentencia sostiene que los servicios complementarios prestados son competencia del gobierno catalán, al ser el titular del servicio, y que deben ser ellos quienes asuman los pagos.

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La Generalitat ha avanzado que no pagará la deuda y que recurrirá la sentencia del tribunal. La consellera de Territorio, Ester Capella, defendió en declaraciones a la Ser impagos a Renfe, puesto que el Estado se "hace cargo de estas ampliaciones en otros lugares". Además, añade que los servicios de los que sí tiene las competencias el gobierno central "tampoco funcionan".

Los buses interurbanos, víctimas

Las recurrentes incidencias en el servicio de trenes obligan a los usuarios a buscar alternativas que les permitan seguir con su horario establecido. La Generalitat acusa a Renfe de causar "perjuicios a los usuarios y a su actividad económica" además de "tensar el sistema de transporte público".

En Cataluña, la red de buses no es eficiente. La menor capacidad y la baja frecuencia hacen que no sea una opción real de transporte para la mayoría de los usuarios. La situación se agrava cuando hay incidencias graves. Los buses interurbanos reciben una demanda que no tienen capacidad para afrontar. Por ese motivo, aunque el servicio de trenes en Cataluña tenga muchas deficiencias, los usuarios no tienen otra opción que no sea usarlo. "Es difícil encontrar los horarios del bus, es más confuso y parece que los escondan", señalan usuarios habituales del tren al preguntarles por su elección de transporte.

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El Govern, además, se ha ocupado de señalar al Estado por la gratuidad de las tarifas, puesto que "desestabiliza el sistema y dificulta que la oferta se adapte adecuadamente a la demanda real". En el año 2022, Rodalies acumuló un total de 108 millones de usuarios frente a los 83 de 2021, dato que sustenta la supuesta saturación del servicio. Pero esto cambia cuando miramos a 2019, año antes de la pandemia, cuando el número de usuarios anuales alcanzó los 128,5 millones.

La polémica llega a pocos días de que la R3, la línea que une Hospitalet de Llobregat con el Pirineo catalán, quede cortada durante tres meses. La interrupción del servicio forma parte de las obras para mejorar las infraestructuras. Se calcula que la interrupción del servicio afectará a unos 12.000 usuarios al día, que tendrán servicio de bus alternativo.

El total de las actuaciones supondrá una inversión de 155 millones de euros que se aprobó en 2020 e incluye la duplicación de las vías y el vallado del tramo en el que hace un mes murieron cuatro jóvenes. El secretario general del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana ha explicado que se trata de una "transformación integral" de la línea.