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Ni los vecinos, ni la entidad que denunció: nadie quiere que vuelvan los coches al polémico eje verde de Ada Colau
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DISENSO URBANÍSTICO

Ni los vecinos, ni la entidad que denunció: nadie quiere que vuelvan los coches al polémico eje verde de Ada Colau

Una sentencia obliga al Ayuntamiento de Barcelona a revertir uno de los grandes proyectos urbanísticos de la exalcaldesa. El fallo judicial "es sorprendente por su dureza", reconoce la entidad Barcelona Oberta

Foto: Vista de la calle Consell de Cent. (EFE/Quique García)
Vista de la calle Consell de Cent. (EFE/Quique García)

26 millones de euros es el presupuesto que costó al Ayuntamiento de Barcelona peatonalizar la calle Consell de Cent y 26 millones de euros son los que podrían acabar en la basura si finalmente el Consistorio se ve obligado a revertir las obras. Es lo que ha fallado la jueza del Juzgado de los Contencioso-Administrativo número 5 de Barcelona, si bien ante la sentencia cabe recurso. La polémica está servida. Los vecinos rechazan dar marcha atrás e incluso también se opone Barcelona Oberta, la entidad que demandó al Ayuntamiento por haberse saltado los trámites pertinentes en la aprobación del proyecto y a la que la justicia le ha dado la razón. Nadie quiere que vuelvan los coches a esta vía, mientras el nuevo Gobierno municipal estudia cómo deshacer el entuerto.

Las razones por las que los vecinos no quieren revertir las obras son claras. Y aunque durante los trabajos algunos se opusieron al gran proyecto de peatonalización de Ada Colau, ahora han cambiado de criterio y se muestran absolutamente a favor del nuevo paseo. Basta una vuelta por la zona. Los jóvenes del barrio comentan que es "una manera más cómoda de moverse" y que Consell de Cent se ha convertido en "un espacio de reunión que antes no tenían". La existencia de zonas libres de coches en el centro de la ciudad también ha atraído a las familias con niños pequeños que se reúnen a la salida de los colegios. Además, son muchos los que deciden acercarse a esta zona durante sus descansos del trabajo, por lo que los bancos que se han instalado en la vía pública se están convirtiendo en verdaderos comedores al aire libre de personas con fiambrera. Y hay vecinos que cambian su ruta diaria para poder caminar por lo que consideran "un agradable paseo".

Foto: Ada Colau en declaraciones a los medios. (EFE/Quique García)

Y aunque algunos vecinos empiezan a quejarse de las aglomeraciones que se producen en diversos momentos del día y de la noche, y del ruido que esas reuniones generan, la opinión es unánime: que Consell de Cent se quede como está. La vía es uno de los ejes verdes de la superilla del Eixample, símbolo de la política urbanística de Colau y un proyecto no exento de polémica. El objetivo último es reducir el tráfico y ganar espacios para el peatón, pero las principales críticas señalan que lo único que ha hecho es trasladar el tráfico rodado a otras vías y causar mayores afecciones a los vecinos de estas.

Las obras del eje verde de Consell de Cent peatonalizaron al completo la calle, igualaron la superficie a un único nivel, instalaron bancos y árboles… pero ahora todo esto podría desaparecer si la justicia vuelve a tumbar el recurso que el nuevo alcalde, el socialista Jaume Collboni, ya ha anunciado que presentará. Lo paradójico además es que la entidad que llevó al Consistorio a los tribunales tampoco quiere que se revierta la peatonalización. Con la sentencia en la mano, Barcelona Oberta, que es la unión de 21 ejes comerciales turísticos de Barcelona, considera que esta no debe aplicarse de manera literal.

Barcelona Oberta, que es la unión de 21 ejes comerciales turísticos, considera que la sentencia no debe aplicarse de manera literal

En una comparecencia en la sede de Foment del Treball, los demandantes admitieron que el fallo judicial es "sorprendente por su dureza", y defendieron entablar un diálogo con el Ayuntamiento y dejar a un lado la vía judicial. El presidente de Barcelona Oberta, Gabriel Jené, lanzó un mensaje claro: "Queremos revertir la situación, no la obra".

De hecho, cuando Barcelona Oberta presentó la demanda, pidió la paralización de las obras y no la reversión. Sin embargo, la tardanza de la justicia en pronunciarse al respecto ha llevado a que los trabajos ya estén finalizados y la juez haya dictado la reversión de estos. Dicha demanda se presentó justo al inicio de las obras y el juzgado no aceptó la petición de una suspensión cautelar, medida que habría evitado la actual situación.

En busca del consenso vecinal

Según Barcelona Oberta, su objetivo es abrir una vía de diálogo con el gobierno del socialista Jaume Collboni para conseguir asegurar la accesibilidad del vehículo privado al centro de la ciudad. Sus argumentos recaen en que las prohibiciones a los coches están afectando de manera negativa al turismo y a sus comercios. En el nuevo eje están apareciendo muchos locales de ocio, bares y cafeterías, mientras que otros comercios, supermercados o tiendas especializadas, están cerrando ante la imposibilidad de que los compradores alcancen las tiendas en coche.

En esta línea, Jené confirmó que ya ha mantenido algún contacto con el alcalde Collboni y ambos han coincidido en la necesidad de "potenciar un nuevo urbanismo, pero desde el consenso", una daga directa al anterior gobierno de En Comú Podem.

Los postulados de Barcelona Oberta, sin embargo, siguen encontrándose con el rechazo de parte del vecindario. Una de las plataformas vecinales más destacadas, Eixample Respira, ha pedido directamente a la entidad "un replanteamiento de su estrategia en contra de la mejora de la salud y bienestar de los vecinos de la ciudad". Tampoco comulgan con la actual estrategia del Ayuntamiento y exigen "medidas más ambiciosas" para controlar los niveles de contaminación en el aire.

26 millones de euros es el presupuesto que costó al Ayuntamiento de Barcelona peatonalizar la calle Consell de Cent y 26 millones de euros son los que podrían acabar en la basura si finalmente el Consistorio se ve obligado a revertir las obras. Es lo que ha fallado la jueza del Juzgado de los Contencioso-Administrativo número 5 de Barcelona, si bien ante la sentencia cabe recurso. La polémica está servida. Los vecinos rechazan dar marcha atrás e incluso también se opone Barcelona Oberta, la entidad que demandó al Ayuntamiento por haberse saltado los trámites pertinentes en la aprobación del proyecto y a la que la justicia le ha dado la razón. Nadie quiere que vuelvan los coches a esta vía, mientras el nuevo Gobierno municipal estudia cómo deshacer el entuerto.

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