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Tranquilidad para Sánchez: el votante catalán del PSOE pasó de la manifestación
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PROTESTAS CONTRA LA AMNISTÍA

Tranquilidad para Sánchez: el votante catalán del PSOE pasó de la manifestación

Los votantes del PSOE aguardan el desenlace y la letra pequeña de la amnistía. Solo abandonarán a Sánchez si lo que acaba firmando es percibido no como un acuerdo, sino como una humillación

Foto: La manifestación contra la amnistía en Barcelona. (Europa Press/Kike Rincón)
La manifestación contra la amnistía en Barcelona. (Europa Press/Kike Rincón)
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El PSOE y su filial catalana, el PSC, respiran tranquilos. La manifestación contra la amnistía organizada por Sociedad Civil Catalana no llenó el paseo de Gracia de Barcelona. 50.000 personas, esta es la cifra oficial según la Guardia Urbana. Es mucha gente. Pero no suficiente para alterar los planes de Pedro Sánchez y su esquema de negociación con ERC y con Carles Puigdemont. Pero es que, más allá del número de asistentes, todavía es más relevante el perfil de estos. Y no hubo votantes socialistas. Se quedaron en casa o se fueron a la playa, aprovechando que este octubre se comporta de momento climatológicamente como un mes veraniego.

En 2017, con el proceso en su punto álgido, la misma entidad convocante sacó a la calle 350.000 manifestantes. No solo el independentismo ha perdido fuelle en la calle. A la vista está que también el constitucionalismo prefiere utilizar los domingos para otros menesteres. Las circunstancias políticas están por supuesto a años luz de aquellos días. Menos brega, menos calle. En un bando y otro. Basta decir que en esa ya lejana concentración estuvo presente Pedro Sánchez, por aquel entonces secretario general del PSOE. ¡La de vueltas que da la vida! Ayer solo PP, Vox y lo que queda de Ciudadanos tuvieron protagonismo. Los socialistas tomaban notas desde sus despachos. Y el resumen de sus apuntes puede que fuera este: "¡Tranquilidad! Nuestros votantes no están en la mani. De momento, todo bajo control. Adelante con lo previsto".

Foto: Manifestación del 8 de octubre contra la amnistía en Barcelona, en directo | Última hora de la convocatoria de Sociedad Civil Catalana: Ayuso, Feijóo y Abascal en la marcha (Kike Rincón / Europa Press)

Catalanes acompañados de gente venida de toda España circularon por la principal avenida comercial de Barcelona en contra de la amnistía. Y junto a ellos, la crema nacional y territorial del PP y Vox, más los escombros de Cs. Alberto Núñez Feijóo tuvo como escuderos de lujo a su corte de presidentes autonómicos, encabezados por Isabel Díaz Ayuso (Madrid), Juanma Moreno (Andalucía), Fernando López Miras (Murcia) y Jorge Azcón (Aragón). Del lado de los voxeros hicieron acto de presencia, además de Santiago Abascal, Ignacio Garriga y Pepa Millán, los vicepresidentes autonómicos Juan García-Gallardo (Castilla y León), Alejandro Nolasco (Aragón), Vicente Barrera (Comunidad Valenciana) y José Ángel Antelo (Murcia). Mucho músculo, pero todo procedente de fuera de Cataluña. Sin el PSC en la ecuación, la capacidad de convocatoria de SCC se desinfla. Y ayer no es que el socialismo no estuviera presente, es que la manifestación era en su contra.

La pregunta clave es esta: ¿hay votantes del PSOE en Cataluña contrarios a la amnistía? Los hay. Y bastantes, si esta se plantea dialectalmente en términos que se asemejen a la capitulación del Estado. Además, no debe olvidarse que, a diferencia de lo ocurrido en el resto de España, la desaparición de Cs —cuyos votantes han sido muy combativos contra el nacionalismo catalán— ha beneficiado en esta comunidad particularmente a los socialistas. Pero, con independencia del grado de malestar que pueda existir entre los votantes del PSOE en Cataluña, hay que concluir que de momento no es suficiente para salir a la calle a manifestarse contra Pedro Sánchez al grito de "traidor" o a corear la otra gran consigna de la concentración, "Puigdemont a prisión".

placeholder A la manifestación asistieron sobre todo simpatizantes del PP y Vox. (EFE/Andreu Dalmau)
A la manifestación asistieron sobre todo simpatizantes del PP y Vox. (EFE/Andreu Dalmau)

Así que lo dicho, tranquilidad en el PSC y por extensión en el PSOE. No hay una revuelta entre el votante constitucionalista catalán de izquierdas —el mayoritario— en torno a la posibilidad de una amnistía. Al menos, no a tenor de lo visto en la calle. La esperanza que la presidenta de la entidad convocante, Elda Mata, había depositado en la manifestación como punto de inflexión para que Pedro Sánchez recapacitara se evaporó por los muchos metros cuadrados del paseo de Gracia vacíos por el insuficiente número de asistentes.

Muchos, insistimos. Pero no suficientes para hacer temblar las piernas de los socialistas. Las gafas con las que se observa el paseo de la Castellana no sirven en la Diagonal. Hay que regresar al escrutinio del 23-J en Cataluña para entenderlo: PSOE y Sumar, 19 y siete diputados respectivamente, primera y segunda fuerza. PP y Vox, seis y dos diputados, en quinta y sexta posición. La manifestación de ayer refleja esa correlación de fuerzas del constitucionalismo en Cataluña. En la calle solo estuvo el votante del PP y Vox.

Los votantes del PSOE aguardan el desenlace y la letra pequeña de la amnistía. Solo abandonarán a Sánchez si perciben humillación

¿Puede variar el estado de ánimo del votante socialista catalán en el futuro? Esta es una pregunta que solo admite hipótesis indemostrables. Con toda probabilidad, dependerá de la narrativa que acompañe a la amnistía, si esta acaba por concretarse. El hecho de que estemos ante manifestaciones preventivas, desconociendo todavía lo que va a acordarse y en qué condiciones, permite aventurar que un nutrido número de votantes constitucionalistas, votantes del PSOE, aguarda todavía el desenlace y la letra pequeña de lo que va tomando cuerpo.

Si su percepción final es que el independentismo ha acabado derrotando y humillando al Estado por la perentoria necesidad de Sánchez, ese cambio de actitud puede producirse. Si, por el contrario, ocurre como con los indultos, acompañados de una autoenmienda de ERC a sus propios actos, ocurrirá lo mismo de entonces. Se dará por bien empleada la medida si con ella se avanza hacia la plena convivencia política entre las partes. Dependerá, pues, de los discursos y los actos que sigan a la amnistía, en especial los de Carles Puigdemont, cuando esta sea una realidad, en el caso de que llegue a serlo.

Foto: Manifestación en contra de la amnistía en Barcelona. (Reuters/Albert Gea)

Pero más allá de las especulaciones, los hechos. Si la manifestación de ayer pretendía fijar la imagen de una revuelta popular contra la hoja de ruta del PSOE entre los catalanes constitucionalistas, hay que catalogarla de pinchazo. Faltó gente y, sobre todo, faltó transversalidad constitucionalista. Sánchez puede seguir con sus planes. Sus votantes en Cataluña, el granero electoral que le ha dado la posibilidad de revalidar su mandato presidencial, se quedaron en casa. Solo lo abandonarán si lo que acaba firmando es percibido no como un acuerdo, sino como una humillación. La manifestación, más que poner en riesgo el posible acuerdo de investidura, lo ha hecho más plausible.

El PSOE y su filial catalana, el PSC, respiran tranquilos. La manifestación contra la amnistía organizada por Sociedad Civil Catalana no llenó el paseo de Gracia de Barcelona. 50.000 personas, esta es la cifra oficial según la Guardia Urbana. Es mucha gente. Pero no suficiente para alterar los planes de Pedro Sánchez y su esquema de negociación con ERC y con Carles Puigdemont. Pero es que, más allá del número de asistentes, todavía es más relevante el perfil de estos. Y no hubo votantes socialistas. Se quedaron en casa o se fueron a la playa, aprovechando que este octubre se comporta de momento climatológicamente como un mes veraniego.

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