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Zapatero se vuelca con la amnistía y trabaja para el acuerdo: "Está en la pomada"
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Zapatero se vuelca con la amnistía y trabaja para el acuerdo: "Está en la pomada"

El expresidente participa en el entramado de conversaciones para facilitar la investidura de Pedro Sánchez y figura entre quienes comienzan a hacer pedagogía sobre sus beneficios y límites

Foto: El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero durante al acto 'Memoria y futuro, 50 años del golpe de Estado' de la Embajada de Chile celebrado en la Casa de América. (EFE/Mariscal)
El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero durante al acto 'Memoria y futuro, 50 años del golpe de Estado' de la Embajada de Chile celebrado en la Casa de América. (EFE/Mariscal)
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Se implicó en la campaña electoral del 23-J y se compromete ahora para lograr la investidura de Pedro Sánchez. El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, está volcado en el entramado de conversaciones que se cruzan, a muchos niveles, para alumbrar una ley de amnistía y cerrar un pacto con Junts. Distintas fuentes consultadas por El Confidencial, del PSOE y de los partidos independentistas, confirman que juega un rol "muy activo". No tiene un encargo estricto aunque ejerce de colaborador. En esta crucial negociación, el canal de comunicación real es el que conecta a Carles Puigdemont con la Moncloa, pero Zapatero, subrayan, "está en la pomada".

Puigdemont es, explican fuentes conocedoras, quien lo controla todo con la ayuda de un abogado. Existen borradores desde hace semanas y se camina hacia un acuerdo, aunque todavía no está cerrado. La interlocución con Waterloo es el elemento esencial, aunque Zapatero, señalan, "está hablando con todo el mundo". "Mantiene conversaciones con Junts, ERC, Sumar y otros", precisa otra persona."Alguna cosa ha hecho", ratifican fuentes cercanas al expresidente, que avanzan también que "en algún momento hablará para ayudar".

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en el Congreso. (Reuters/Susana Vera)

Por ahora su trabajo se desarrolla en la sombra. Hasta que se alcance el pacto definitivo y el PSOE esté en condiciones de contarlo, Zapatero ha comenzado a organizar reuniones para hacer pedagogía de la amnistía, transmitir tranquilidad en determinados ámbitos sociales y empresariales y garantizar que solo se va a incluir delitos de índole político, que el perdón será limitado y no afectará a acciones violentas y sabotajes.

Otro dirigente que juega un papel capital y que también está preparando el terreno para la amnistía es Salvador Illa. En su caso, Sánchez ha querido ponerlo de manifiesto y Ferraz dio toda la importancia al encuentro que el presidente en funciones tuvo el miércoles con el primer secretario de los socialistas catalanes, con quien, destacaron, existe una "comunicación permanente". Históricamente, la antigua CiU y ERC siempre han intentado puentear al PSC y tratar sus asuntos en Madrid sin intermediarios.

Foto: Oriol Junqueras frente al Congreso de los diputados el pasado 28 de septiembre. (Europa Press/Fernando Sánchez)

Unos días "cruciales"

Pese a que no existe fecha para la investidura y Sánchez podría tardar todavía más de un mes en someterse a la confianza del Congreso —no quiere cerrar un día hasta no contar con todos los apoyos, no solo Junts, también necesita a ERC, PNV y EH Bildu— en los centros de poder de la política nacional se ha extendido la convicción de que habrá legislatura. Un dirigente, con importantes conexiones en Barcelona y en Madrid, asegura que "el acuerdo es que habrá acuerdo", solo se requiere el tiempo suficiente para gestarlo y digerirlo. Son muchos los interlocutores próximos a las conversaciones que apuntan en la misma línea. "Hasta el PSOE se ha sorprendido de la disponibilidad de Puigdemont", comentan. Otros, un poco menos entusiastas, consideran que los próximos días son "cruciales".

Algunas de las personas al tanto de la negociación destacan que existe una discrepancia fundamental sobre el límite temporal de la amnistía. El texto que ha elaborado el equipo de juristas de Sumar establece que iría desde 2013 hasta la actualidad. Los socialistas ya han dejado claro que esa no es su propuesta. Puigdemont, en la comparecencia en Bruselas en la que planteó sus condiciones, citó "antes de la consulta de noviembre de 2014". También se está generando mucha polémica con la reclamación del PSOE de que renuncien al 'lo volveremos a hacer'. Esto, comentan, es uno de los compromisos que Zapatero persigue, que no haya un nuevo procés en los próximos "30 años".

El optimismo sobre un pacto con Junts es palpable, aunque este viernes Pedro Sánchez, en la rueda de prensa tras la cumbre de la Unión Europea en Granada, insistió varias veces en que "no habrá acuerdo hasta que todo esté acordado", dando a entender que existen puntos de desencuentro. Como contó este diario, quienes conocen bien a Puigdemont temen que se pueda echar atrás en el último momento, al igual que sucedió en 2017, cuando prometió que convocaría elecciones autonómicas en lugar de aprobar la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) en el Parlament. "Él no quiere pasar a la historia como un traidor". "Es una persona que no aguanta la presión". Y la tiene, sostienen, de la parte más hiperventilada de Junts y de la Asamblea Nacional Catalana. Por eso, ven el acuerdo "factible" pero "no seguro". Y cuanto más tiempo tarde en cerrarse, "peor".

Se implicó en la campaña electoral del 23-J y se compromete ahora para lograr la investidura de Pedro Sánchez. El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, está volcado en el entramado de conversaciones que se cruzan, a muchos niveles, para alumbrar una ley de amnistía y cerrar un pacto con Junts. Distintas fuentes consultadas por El Confidencial, del PSOE y de los partidos independentistas, confirman que juega un rol "muy activo". No tiene un encargo estricto aunque ejerce de colaborador. En esta crucial negociación, el canal de comunicación real es el que conecta a Carles Puigdemont con la Moncloa, pero Zapatero, subrayan, "está en la pomada".

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