ERC y JxCAT reequilibran sus cuentas con 2M tras obtener grupo parlamentario propio

ERC y JxCAT tendrán grupo propio en el Congreso y cerca de 2 millones de euros en subvenciones e ingresos por ello. La cifra será prácticamente igual para ambos al tener los dos la misma cantidad de diputados, siete. Pero no es lo mismo. Los de Oriol Junqueras son hoy por hoy un partido rico y saneado, mientras que Junts es una formación joven a la que incluso aún se le niegan derechos electorales y que en su reclamación de pureza ha entregado áreas de poder y, de paso, fuentes de ingresos. Ese reequilibrio en las cuentas ha sido posible gracias a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, que han cedido sus parlamentarios.

La cifra de 2 millones es la final, incluyendo todo y aproximada, porque dependerá de lo que decida la nueva Mesa que encabeza Francina Armengol en el caso del Congreso, aunque la cifra crecerá por su entrada en el Senado. En esencia hay una parte fija, cerca de 300.000 euros al año, solo por tener grupo parlamentario y el resto por la cifra de diputados. Además de subvenciones adicionales para el envío de propaganda electoral: 0,18 euros por elector.

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Además, cada grupo parlamentario puede contratar asesores y personal del grupo a cargo del Congreso. De manera que tener grupo parlamentario no solo garantiza más tiempo de tribuna, más espacio en las televisiones y mayor capacidad para tramitar iniciativas legislativas. También es una ventaja económica. La diferencia entre tener o no tener grupo ronda el millón de euros. Luego, además, están las prebendas menores, como tener derecho al coche oficial para los portavoces.

La situación es muy diferente para cada partido. ERC ya tenía grupo parlamentario propio en la legislatura anterior, por lo que en la práctica se queda igual o incluso un poco por debajo de lo que percibió el año pasado. En cambio, para JxCAT implica doblar los ingresos provenientes del Parlamento. Muy importante para una formación que está famélica y que tiene que financiar sus campañas electorales con emisiones de bonos a la militancia. Junts carece de patrimonio. Sus sedes son de alquiler. Y el antiguo bagaje convergente ha quedado arrasado por los efectos de la causa del 3% y el caso Palau.

Hombre rico, hombre pobre

La pobreza en la que se encuentra JxCAT tiene varias explicaciones. Se lo comen los gastos legales del procés, lo que incluye las defensas de Carles Puigdemont y Laura Borràs, entre otros, que suman más de 800.000 euros anuales. Y también el salario de Borràs, que sigue cobrando 100.000 euros brutos como presidenta para compensarla por haber perdido la presidencia del Parlament. La formación está para pocas alegrías y contar con grupo en Madrid es agua de mayo para sus finanzas.

El caso de ERC es distinto. Además, ha segregado todos sus locales y sedes, que ahora están en manos de la Fundación Josep Irla y, por lo tanto, aisladas de futuras responsabilidades penales. Mientras que Junts ha rechazado seguir en el Gobierno catalán o mandar en las diputaciones de la mano del PSC para favorecer electoralmente las posibilidades de Míriam Nogueras, los republicanos han ocupado todos los espacios de poder posibles y eso ha facilitado unas cuentas más saneadas.

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ERC registró, según sus cuentas de 2022, unos ingresos de 9,9 millones de euros, aunque también tuvo pérdidas de más de 418.000 euros, contra los 1,1 millones de beneficios del año anterior.

En comparación, JxCAT se encuentra en la indigencia. Sus últimas cuentas presentadas corresponden al ejercicio de 2022. En ellas declaró unos ingresos de 4,1 millones, menos de la mitad que los de los republicanos. Aunque ganaron más de 900.000 euros. Por tanto, tener grupo parlamentario, suma y no solo en lo político. También en lo económico y en el futuro institucional que vaya a tener cada uno de estos partidos independentistas.