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JxCAT agita el fantasma del tripartito contra el pacto de presupuestos entre ERC y PSC
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Resaca del pacto presupuestario

JxCAT agita el fantasma del tripartito contra el pacto de presupuestos entre ERC y PSC

JxCAT se siente desplazado del centro del tablero político. Por eso evoca el tripartito que encabezó Pasqual Maragall como símbolo de fracaso político en Cataluña y traición máxima

Foto: Firma del acuerdo entre govern y psc para los presupuestos de la generalitat
Firma del acuerdo entre govern y psc para los presupuestos de la generalitat

JxCAT ha encajado muy mal el pacto entre ERC y PSC para acordar los presupuestos de la Generalitat para 2023. Desde la carta del secretario general, Jordi Turull, que se hizo pública poco antes de la medianoche, hasta las declaraciones del portavoz parlamentario, Albert Batet, se ha agitado el fantasma del tripartito, como símbolo de la traición máxima de los republicanos al soberanismo catalán. Para Batet, el pacto es “un punto de inflexión que supone volver al 2004. Vuelve el tripartito y ERC abandona la legislatura del 52%”.

La reivindicación de la legislatura del 52% del voto independentista ha sido una constante estos últimos días. En realidad carece de mucho sentido porque el 52% no murió ayer, sino que no sirvió para nada desde que arrancó la legislatura, más allá de hacer presidente a Pere Aragonès. Nada se logró acordar con la mayoría del 52%, ni el despliegue de las renovables ni el decreto del 25% del catalán en la escuela. Pero al independentismo le apasionan este tipo debates estériles.

Foto: El portavoz Josep Rius, camisa blanca, en una reunión de JxCAT (EFE.-)

JxCAT podía haber explotado la frialdad de las imágenes del acuerdo, firmado con dos bolígrafos en el despacho de Pere Aragonès en el Palau de la Generalitat, con un apretón de manos forzado, que no comunicaba ningún tipo de calidez, ni de confianza entre Aragonès y Salvador Illa. Los firmantes ni se levantaron para estrecharse la mano. El PSC quería una foto, pero al final ésta resultó un tanto forzada y el gesto del president mostraba mucha incomodidad.

En lugar de agarrarse a lo que toda Cataluña estaba viendo, las críticas de JxCAT pivotaron alrededor de la idea de la traición. “Volvemos al lugar que los ciudadanos nos pusieron a todos en las elecciones del 14 de febrero en 2021, que es el consenso para avanzar hacia la independencia con la mayoría del 52% del Parlament. Devolved, pues, a la confianza y al compromiso que le ha permitido acceder a la presidencia siendo consecuente a los votos que le han hecho president”, demandaba Turull en su carta a Pere Aragonès.

La respuesta, a través de la consellera de Presidència Laura Vilagrà fue invitar a JxCAT a sumarse al pacto de presupuestos, lo que en estos momentos no sólo estaba fuera de lugar sino que resultaba del todo inverosímil, dado de las posiciones que partía cada una de las formaciones políticas.

Foto: Pere Aragonès. (EFE/Quique García)

Batet ahondó en la idea de traición de los republicanos a la causa: "Aragonès fue investido con los votos de JxCAT y la CUP y ahora ha acabado pactando con el PSC y los Comuns. Su compromiso de investidura era que, a medio mandato, empezaba el embate con el Estado. En lugar de eso, ha empezado una fase de pacto con el Estado".

Futuro de irrelevancia

A corto JxCAT se ha colocado en una posición complicada. No puede pactar con ERC, los que acusa de traición una y otra vez, y los únicos pactos posibles son con los socialistas, sus socios en la Diputación de Barcelona. Además, tras este acuerdo presupuestario, el partido se lo juega todo a la carta Xavier Trías. La formación puede salvar los resultados por los acuerdos con el PDeCAT, en especial en Lleida, donde en muchos municipios la candidatura que presenten puede ser la única. Pero el resultado en la capital catalana será lo que determine la percepción de victoria o de derrota en las elecciones locales.

El riesgo para JxCAT es que el nuevo pacto le haga caer en la irrelevancia

Sin embargo, aunque Xavier Trias gane necesitará pactar. No podrá hacerlo ni con ERC ni con los Comunes de Ada Colau. Por tanto, su aliado natural será el PSC de Jaume Collboni. Con ese esquema el discurso de la traición aplicado a los republicanos por su alianza con los socialistas no parece que tenga mucho recorrido.

El centro del tablero

JxCAT se siente desplazado del centro del tablero político, ahora ocupado por ERC y el PSC con su pacto presupuestario. Los debates ahora versarán sobre el grado de cumplimiento del pacto. Un pacto en el que JxCAT no está. Por tanto, sólo les quedan las municipales y que el efecto Trias les sirva para salvar los muebles.

JxCAT ha encajado muy mal el pacto entre ERC y PSC para acordar los presupuestos de la Generalitat para 2023. Desde la carta del secretario general, Jordi Turull, que se hizo pública poco antes de la medianoche, hasta las declaraciones del portavoz parlamentario, Albert Batet, se ha agitado el fantasma del tripartito, como símbolo de la traición máxima de los republicanos al soberanismo catalán. Para Batet, el pacto es “un punto de inflexión que supone volver al 2004. Vuelve el tripartito y ERC abandona la legislatura del 52%”.

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