Puigdemont comparecerá en el Parlament para explicar sus relaciones con Rusia

Un buen ataque es la mejor defensa. Eso es lo que pensó JxCAT al proponer que el mismísimo Carles Puigdemont, fugado en Waterloo, comparezca en la Comisión de Asuntos Institucionales (CAI) del Parlamento catalán para hablar de las conexiones rusas del independentismo. Claro que la comparecencia será telemática. Lo cierto es que JxCAT se adelantó a todos y, tras las informaciones sobre las correrías del círculo más íntimo de Puigdemont en torno a espías rusos y personajes influyentes en el Kremlin, propuso que el fugado “informe sobre las acusaciones y las difamaciones que vinculan al independentismo con Rusia”.

De ese modo, los ‘junteros’ quieren dominar el relato que le interesa al fugado y situar los escarceos con la Administración rusa de personas muy allegadas a Puigdemont a distancia del líder de Junts, dando oportunidad a su líder a plantear en la comisión parlamentaria la estrategia de que todo es mentira y que obedece a una operación de Estado contra el independentismo. La propuesta fue aprobada con los votos a favor de Junts, de ERC, de la CUP, de PSC y de los comunes.

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Vox votó en contra y Ciudadanos se abstuvo. A pesar de esta abstención, el portavoz del partido ‘naranja’, Carlos Carrizosa, planteó a la mesa de la comisión que realice gestiones para que la comparecencia de Puigdemont sea en persona, no telemática. “Nos hemos abstenido porque tengo mis dudas a que esa comparecencia sea personal”, subrayó el diputado de Ciudadanos. “Como las comparecencias se pueden hacer por videoconferencia, le daremos al compareciente la posibilidad que escoja la manera de comparecer ante el Parlament”, le contestó Jordi Terrades, el presidente de la comisión.

Por el contrario, otra propuesta de Junts fue rechazada: era la que quería sentar al portavoz de Esquerra en el Congreso, Gabriel Rufián, ante la comisión. La intención era explicar lo mismo que tendría que explicar Puigdemont, pero en esta ocasión JxCat pedía su comparecencia porque fue Rufián el que criticó los contactos mantenidos por el círculo íntimo del fugado con la Administración rusa. En concreto, Rufián ironizó sobre las andanzas por Europa de dirigentes cercanos a Puigdemont que se creían James Bond.

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Sus rivales independentistas querían pagarle con la ‘pena del telediario’, sentándolo para recibir en carne propia los latigazos de Junts. Tras esas declaraciones, se desencadenó una dura campaña contra Esquerra (y contra Rufián en particular) desde las filas de Junts, que incluso provocaron una grave crisis en el seno del Govern. En este caso, ERC, JxCat y comunes votaron en contra de la comparecencia, mientras que CUP, Vox y PP se abstuvieron y sólo apoyó la propuesta el grupo de JxCat.

La comparecencia de Vendrell, aplazada

El PSC solicitó la comparecencia de Xavier Vendrell, el principal implicado en la operación Voloh, que investiga el juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, para que informe “sobre la investigación de los delitos de malversación de fondos públicos, prevaricación y blanqueo de capitales”. Vendrell había sido secretario de Organización de ERC y exconsejero de Gobernación. La votación sobre su comparecencia, no obstante, se pospuso, lo mismo que la de la presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, a quien se le quieren pedir explicaciones sobre la investigación por malversación, falsedad documental y blanqueo de capitales en el Consell Esportiu de L’Hospitalet.

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En la misma sesión, compareció Jordi Muñoz, actual director del Centro de Estudios de Opinión (CEO, el CIS catalán), que explicó los nuevos criterios que regirán para la elaboración de encuestas de opinión en el futuro. Muñoz anunció un cambio de modelo: se abandonarán las entrevistas telefónicas y se ofrecerá a los encuestados una planilla en la que pueden responder a su libre albedrío. Además, los contactos se harán por correo, un método que comenzó a utilizarse masivamente en muchos países desde hace dos años, a raíz de la pandemia. Ello puede redundar en beneficio de los propios resultados de los sondeos, ya que podrán matizarse y afinarse mucho más las respuestas por parte de los encuestados.