JxCAT pacta en secreto con el PSC, pero veta los acuerdos en público

Los pactos con el PSC abren la enésima crisis interna en JxCAT en una semana en que personas significadas del partido de Carles Puigdemont los han defendido de manera abierta. Tras la aparición de la 'exconsellera' de Educació Irene Rigau manteniendo las bondades del pacto por la lengua y la entrevista de la titular de Justicia, Lourdes Ciuró, abierta a acuerdos futuros con los socialistas, JxCAT ha vuelto al esencialismo y ha cerrado filas a través de un comunicado oficial: al PSC ni agua. Mientras tanto, la relación con el socialismo catalán van como un tiro, siempre que los tratos se hagan por la puerta de atrás y sin que se escenifiquen mucho, ya sea en la Diputación de Barcelona, el Consell de l'Audiovisual de Catalunya (CAC), la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), el ámbito municipal o la Xarxa, la red de televisiones locales.

La bomba estalló este fin de semana, con una entrevista de Ciuró a 'NacióDigital' en la que afirmaba: “Las alianzas son el fruto de cada coyuntura. Lo que debe haber es un planteamiento. El PSC es la primera fuerza del país ahora mismo. Y ERC está pactando en Madrid. Si el 52% no existe, lo que no vamos a hacer nosotros es autoexcluirnos del terreno de juego, que es lo que quisieran nuestros rivales políticos. Porque ahora esto ya va de rivalidades políticas. Debemos jugar la misma partida que juega todo el mundo”. La 'consellera' incluso se abría a pactar con los socialistas catalanes en el ámbito de la Generalitat, lo que forzó a JxCAT a enviar un breve comunicado a través de su canal de Telegram. “Tras las declaraciones de la consejera Lourdes Ciuró en una entrevista periodística, la ejecutiva de Junts ha reafirmado que la estrategia del partido pasa por aplicar el mandato de las elecciones del 14 de febrero, que dio la victoria al independentismo con mayoría del 52% de los votos. JxCAT no se plantea en ningún caso acuerdos de gobierno en la Generalitat con partidos que no forman parte de esta mayoría independentista”, señalaba.

Opinión

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Pero lo cierto es que los pactos con el PSC existen. El más obvio es el que permitió a la alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, alcanzar la presidencia de la Diputación de Barcelona. Pero hay muchos más. La clave para JxCAT es que sean discretos y pasen por debajo del radar mediático, como ocurre en Sabadell; por cierto, la ciudad de Lourdes Ciuró. Allí, Junts apoya a un Gobierno en minoría del PSC. Y la alcaldesa, Marta Farrés, pactó los presupuestos de 2021 con JxCAT casi con seis meses de antelación.

Es en el ámbito del área metropolitana donde esta correa de transmisión 'sociovergente' salta más a la vista. También porque en el área metropolitana de Barcelona JxCAT se encuentra en pleno retroceso. En la ciudad, los de Puigdemont son la quinta fuerza municipal, en L’Hospitalet han desaparecido y en Badalona les queda un regidor. En el mundo urbano catalán, la derrota de 2017 se ha vivido con un pragmatismo mucho mayor y encaja peor el esencialismo al que, sobre el papel, se aferran los 'juntaires'.

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Muchos acuerdos

La realidad es que en esta legislatura Salvador Illa ha ofrecido pactos transversales que en muchos casos se han ido aceptando. Y JxCAT ha estado ahí. Es el caso del relevo en la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals y el resto de entes parapúblicos. Por este pacto, el biógrafo de Puigdemont, el periodista Xevi Xirgu, acabó de presidente del Consell del Audivisual de Catalunya (CAC). Y hay muchas derivadas de este, como los flecos del acuerdo, que siguen trayendo cola, o que hay que recolocar a la presidenta saliente de la CCMA, Núria Llorach. Y que el puesto elegido será el de secretaria del CAC.

Los pactos con el socialismo generan mucha tensión especial en el ámbito audiovisual

No es el único caso. Enric Hernàndez, exdirector de TVE, lleva semanas negociando el traspasado de la dirección de las televisiones locales de la Xarxa, una circunstancia que filtraron algunos medios y que cuando eso pasó fue negado de plano por Laura Borràs, la presidenta del Parlament, quien ahora se oculta, pero que como Irene Rigau estuvo en la cocina del ahora denostado pacto lingüístico. De hecho, fuentes soberanistas apuntan a que la figura de Hernàndez sigue generando mucho rechazo pese a que Puigdemont dio su visto bueno en persona. Por otro lado, en la CCMA se están negociando hasta cuadros medios de TV3 y Catalunya Ràdio con los socialistas catalanes. Por tanto, para JxCAT lo importante no es negociar. La clave es que resulte evidente o no para sus votantes.

Recurso a la pureza

En JxCAT hay un sector que recurre una y otra vez a la pureza y que quiere dibujar una Cataluña donde solo ERC pacta con el socialismo catalán. Así, en las elecciones ellos se arrogan el papel de los más puros. Pero el día a día de la política catalana resulta mucho más complejo. Y Ciuró es el presente, como la 'exconsellera' Rigau, que se ofreció al PSC para hacer de mediadora, pero no milita en ningún partido en este momento, aunque en su día fuese persona de confianza de Artur Mas.

En el seno de Junts, cada vez hay más dirigentes que ven este esencialismo como un error estratégico. En la práctica, dibuja un panorama en el que los republicanos pueden pactar con JxCAT o con el PSC, mientras que JxCAT solo puede pactar con ERC. Es decir, de salida se crea un marco que no solo entrega a los de Oriol Junqueras el centro del tablero político catalán, sino que, además, les otorga una posición dominante basada en este mayor margen de maniobra.