Las leyes de género dificultan el acuerdo audiovisual en Cataluña

El Consell Audiovisual de Catalunya (CAC) es un organismo público menor, pero clave. Por ejemplo, ha de ser quien avale a la nueva presidenta de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) que integra a TV3 y Catalunya Ràdio, que va a ser Rosa Romà. Pero el pacto al que llegaron ERC, PSC y JxCAT para renovar todos los órganos caducados, en los que se incluía el CAC, topa ahora con un problema inesperado: la normativa de género por la cual, si el presidente es un hombre, la vicepresidencia la tiene que ocupar una mujer. Y el presidente ha de ser el todavía director de 'El Punt Avui', Xevi Xirgu, que, además, el biógrafo oficial de Carles Puigdemont.

La Ley 2/2000 de la Generalitat por la que se crea el CAC reza en su artículo 6: “Se debe cumplir la paridad de género entre las personas que ocupan los cargos de la presidencia y la vicepresidencia”.

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Al parecer, los redactores de la ley de CAC estaban en su día muy preocupados por la cuestión del género, ya que en artículo 5 imponían que “se debe garantizar la representación paritaria de mujeres y hombres entre los miembros del Consejo, de forma que el número de miembros de ninguno de los dos sexos no supere el 60% del conjunto de miembros ni sea inferior al 40%. Las propuestas de candidatos que hagan los grupos parlamentarios deben tener en cuenta que, de acuerdo con este principio, la composición del consejo debe cumplir siempre este requisito”. Por lo tanto, normativa de género para el organismo regulador del audiovisual. El pacto PSC, JxCAT y ERC cumple con el 5, pero el sexto resultará más polémico.

De esta manera, y como la presencia de Xevi Xirgu como presidente del CAC es una parte fundamental del acuerdo, solo dos de las mujeres pueden ser vicepresidentas: las periodistas Laura Pinyol, cercana a ERC, o Rosa Maria Molló, representante del PSC.

Los otros dos hombres no podrán ser vicepresidentes del CAC: se trata de Enric Casas, que ha ejercido durante años de responsable de comunicación del PSC, o Miquel Miralles, presidente de la Asociación Catalana de Radio.

La elección de Xevi Xirgu no solo es polémica por su cercanía a Puigdemont. También porque en su libro sobre el 'expresident' hay autocensura

Ser consejero del CAC está muy bien retribuido. Unos 100.000 euros brutos. La presidencia, más. El cargo de Xevi Xirgu será clave porque, al ser cinco consejeros, con su posición será quien rompa los futuros empates que puedan producirse en el seno del consejo de este organismo.

La elección de Xevi Xirgu no solo es polémica por su cercanía a Puigdemont. También porque en su libro sobre el 'expresident' hay una autocensura muy evidente con líneas y párrafos enteros tachados en negro. Parece extraño que el CAC nombre presidente a un periodista que ejerza esas prácticas, además de un modo descarado y sistemático, aunque en su día el propio Puigdemont lo justificase para proteger a la red de colaboradores que apoyó al proceso independentista de la “represión española”.

Equilibrios internos

La cuestión de género solo muestra que los equilibrios internos serán complicados una vez que se constituya el nuevo CAC. También la falta de competencias más allá del entorno concreto de TV3 y las emisoras de radio en Cataluña, ya que la nueva ley del audiovisual del Gobierno español deja a este ente catalán sin un papel regulador claro.

El CAC siempre ha tenido un papel dudoso. En estos años, ha ejercido sus grandes críticas contra medios de comunicación españoles sobre los que carecía de competencias y, en cambio, siempre se ha mostrado melifluo con los medios catalanes, ya fuera cuando el grupo Godó se pasó años incumpliendo la normativa que le otorgaba un multiplex en TDT o cuando ha habido polémicas a causa de contenidos de los medios públicos catalanes.