Vox baja el tono contra el PP y evita hablar de sorpaso en Cataluña

No se habla de sorpaso. En el partido que dirige Santiago Abascal la consigna para las elecciones catalanas, que previsiblemente serán convocadas el 14 de febrero, es contener la euforia ante las encuestas que les dan unos buenos resultados en la región y optar por la prudencia en todo momento. El objetivo, resuena una y otra vez en la sede de calle Bambú, es entrar en el Parlament y, a partir de ahí, lo que venga será bienvenido.

"Para Vox será un éxito entrar en el Parlament. Este es el objetivo. Y conseguir un grupo parlamentario será un éxito extraordinario", ha explicado en rueda de prensa este lunes el portavoz orgánico de Vox, Jorge Buxadé, que ha apuntalado la línea de la formación para evitar que las encuestas inflen en exceso las expectativas electorales del partido en un contexto en el que ni siquiera tiene representación autonómica en el territorio y apenas goza de unos cuantos ediles.

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El también eurodiputado ha incidido tras la reunión de la Conferencia de Acción Política de este lunes, en la que la cúpula aborda los temas de la semana, en que el adversario de los de Abascal es "la izquierda y el independentismo", pero no "el Partido Popular o Ciudadanos en Cataluña". Asimismo, ha señalado que desde la formación no se creen las encuestas que se van publicando en las últimas fechas. La más relevante hasta el momento, la del CEO (llamado el CIS catalán), daba a Vox entre 7 y 8 escaños, rozando los números de un PP que recuperaría aliento hasta los 8-9. "Tenemos una encuesta, la de la calle", ha asegurado el portavoz.

Ambas formaciones se verían beneficiadas de la más que previsible caída en picado de Ciudadanos, que es ahora mismo la primera fuerza en la cámara catalana, pero que apunta a perder una importante parte de sus 36 diputados.

No repetir el 28A

Pese a las buenas perspectivas, en un contexto en el que el partido reconoce un crecimiento orgánico y de afiliación en la región, Vox no quiere repetir ahora los errores cometidos en el pasado. En la formación todavía recuerdan lo ocurrido en los comicios nacionales del 28 de abril, cuando consiguieron entrar con fuerza en el Congreso con 24 escaños. A pesar de los respaldos cosechados, las expectativas que se habían ido forjando ante el peor resultado de los populares estaban muy por encima de estos e incluso algunas encuestas a pie de urna casi duplicaban el conteo que al final se dio. Pese a conseguir entrar con peso en la cámara baja tras cinco años de sinsabores, la sensación aquella noche fue agridulce. Ahora, no quieren que pase lo mismo.

Con Ignacio Garriga al frente, Vox se ve con opciones de tener un buen resultado que al menos le dé ese ansiado grupo parlamentario, aunque son conscientes de que el desplome de Cs y la realidad de un PP que no logra remontar puede ponerle en condiciones de llegar a cotas más altas.

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Cataluña fue la bandera que llevó al partido a sus primeros éxitos a nivel de representación. Fue con el juicio del 'procés' y su lucha contra el independentismo como los de Abascal consiguieron hacerse un hueco en los medios de comunicación y, posteriormente, en las urnas andaluzas para dar luego el salto a nivel nacional. Ahora tratan de cerrar el círculo logrando su acceso al Parlament para dar paso a un periodo sin elecciones a la vista.

Vox deberá aún confeccionar sus listas electorales, una tarea que corresponderá al Comité Ejecutivo Nacional, cuando se convoquen los comicios de manera oficial. El partido ha bebido orgánicamente de la extinta Plataforma per Catalunya, una formación con un marcado discurso antiinmigración que logró tener 67 concejales en la región y que luego se derrumbó. El partido ya trató de incorporar sus votantes de cara a las últimas municipales, aunque con poco éxito, y está por ver si integra en sus listas a algunos de los cargos provenientes de esta formación.