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El homenaje a las víctimas de Las Ramblas mantiene este año la neutralidad
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un acto sin discursos

El homenaje a las víctimas de Las Ramblas mantiene este año la neutralidad

En apenas ocho minutos se han llevado a cabo la ofrenda floral y en media hora las Ramblas volvía a la normalidad, un trajín inferior al habitual por estar en agosto

Foto: De izquierda a derecha: Roger Torrent, Fernando Grande-Marlaska, Manuel Cruz, Quim Torra, Ada Colau y Teresa Cunillera. (EFE)
De izquierda a derecha: Roger Torrent, Fernando Grande-Marlaska, Manuel Cruz, Quim Torra, Ada Colau y Teresa Cunillera. (EFE)

Se hizo el silencio. Las víctimas y familiares de los fallecidos en el atentado yihadista de las Ramblas de hace dos años esperaban con claveles blancos a la altura del mosaico de Joan Miró. Sólo “El Cant dels Ocells”, la pieza de chelo de Pau Casals tocada en directo, rompió el silencio mientras los afectados permanecían de pie con las flores en la mano. Algunos habían llegado todavía con muletas. Alguno incluso en silla de ruedas. También niños. Respetuosamente, la clase política esperó en segunda fila. Este año se pudo mantener la neutralidad de un acto de homenaje que sólo se centró en el recuerdo, el dolor y la pérdida de los afectados.

Acudió la plana mayor de la política catalana, que esta vez sí, supieron estar en su sitio y callados. La alcaldesa Ada Colau, que no pudo reprimir alguna lágrima; un circunspecto Quim Torra; el presidente del Parlament, Roger Torrent; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; el presidente del Senado, Manuel Cruz; el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès; el conseller de Interior, Miquel Buch; la consellera de Presidència, Meritxetll Budó; la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera; el candidato a la alcaldía de ERC, Ernest Maragall; el concejal de seguridad de Barcelona, Albert Batlle. Todos con gesto grave.

Foto: La consellera de la presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó. (EFE)

El acto se ha llevado a cabo con toda normalidad. Este año, al contrario de lo que ocurrió en el anterior, no se ha politizado la conmemoración y la casi totalidad de los asistentes, unas 300 personas sin contar periodistas, han permanecido en una actitud respetuosa. Tampoco ha habido en este segundo homenaje pancartas en los edificios colindantes con alusiones a la independencia de Cataluña o de otro tipo como, en cambio, pasó el año anterior.

En apenas ocho minutos se han llevado a cabo la ofrenda floral y en media hora las Ramblas volvía a la normalidad, un trajín inferior al habitual, pero no por el recuerdo de los atentados sino por estar en pleno agosto.

Barcelona recuerda a las víctimas del 17-A en el segundo aniversario de los atentados

Tras las víctimas y la clase política una gran pancarta de la comunidad islámica en Barcelona, recordando que los musulmanes de la ciudad también condenan el ataque y pidiendo, de este modo, que no se les criminalice por lo que pasó hace dos años. También han participado en el acto representantes de los Mossos, la Guardia Urbana, la Guardia Civil y la Policía Nacional, además de miembros de los servicios de emergencia que tanto trabajaron aquel día.

La minoría

En el acto aparecieron tres o cuatro personas con pancartas de factura casera con leyendas del tipo “Volem saber tota la veritat” –“Queremos saber toda la verdad”– Pero han sido muy pocos y han respetado el clima de silencio imperante.

Uno de ellos va con su mujer. Más cerca de los sesenta años que de los cincuenta. Lleva una camiseta de “Llibertat presos polítics” negra y una chapa con la cara de Oriol Junqueras. Un turista le pregunta en inglés qué pasa. Y él le explica, también en inglés, que en el origen del atentado “no está todo claro”. Una clase política irresponsable y unos medios de comunicación afines han sembrado la semilla de la duda pese a carecer de evidencia alguna.

Más tarde, a las 12h. un centenar de personas convocadas por los CDR con caretas blancas y signos de interrogación pusieron el énfasis en que no se sabía quién estaba detrás del atentado. Pancartas que calificaban el ataque de "crimen de Estado". La manifestación fue pacífica y sin incidentes remarcables.

Se hizo el silencio. Las víctimas y familiares de los fallecidos en el atentado yihadista de las Ramblas de hace dos años esperaban con claveles blancos a la altura del mosaico de Joan Miró. Sólo “El Cant dels Ocells”, la pieza de chelo de Pau Casals tocada en directo, rompió el silencio mientras los afectados permanecían de pie con las flores en la mano. Algunos habían llegado todavía con muletas. Alguno incluso en silla de ruedas. También niños. Respetuosamente, la clase política esperó en segunda fila. Este año se pudo mantener la neutralidad de un acto de homenaje que sólo se centró en el recuerdo, el dolor y la pérdida de los afectados.

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