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El independentismo, entre el cabreo y la risa por los 'sellos de Puigdemont'
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LA ÚLTIMA OCURRENCIA DEL ‘EXPRESIDENT’

El independentismo, entre el cabreo y la risa por los 'sellos de Puigdemont'

Tras el anuncio, la mayoría del mundo soberanista se debate ente la carcajada y el enfado. Las redes sociales se han cebado tanto en Puigdemont como en algunos de sus voceros

Foto: Carles Puigdemont. (EFE)
Carles Puigdemont. (EFE)

Ni siquiera los independentistas más acérrimos se han quedado con la última ocurrencia del fugado Carles Puigdemont. Desde Waterloo, el ‘expresident’ anunció que ha salido a la venta el “sello de la república”, un sello con un lazo amarillo. Tras el anuncio, la mayoría del mundo soberanista se debate ente la carcajada y el enfado. Las redes sociales se han cebado tanto en Puigdemont como en algunos de sus voceros, a los que tachan de infantilistas y de perder el tiempo.

El consejero de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, uno de los más radicales partidarios de Puigdemont en el Govern, puso al fugado en el disparadero. “Llegan los sellos de la república. Gracias, ‘president’ Carles. Tu infatigable tenacidad es la que nos hará libres”, tuiteaba el miembro del Gobierno catalán. Acompañaba su mensaje con una fotografía del propio Puigdemont enseñando una carta con el sello.

Las reacciones no se hicieron esperar. “Jugada maestra… Imparables… ¡¡Los sellos serán siempre nuestros!! Póngase a trabajar, 'conseller', y deje de hacer el ridículo”, le atizaba la primera internauta. A partir de ahí, las ironías y las pullas se sucedieron incesantemente. “¡¡Sellos!! ¿¿¡¡Lo tenemos cerca!!??”, se cachondeaba otro internauta. No faltaba quien se ensañaba con el tema. Miguel A. Vila se dirigía directamente a Puigneró: “Tu infatigable imbecilidad es la que nos hará reír (más todavía y por no llorar), ¡pedazo de leño!”.

Otro internauta era más prosaico. “¿Infatigable tenacidad? Si cualquiera puede hacer sellos personalizados en le web (…) Pero no desfallezcáis, que en la era digital los sellos nos acercan a la e-república”. Jor también iba por el mismo camino: “Infatigable tenacidad. Qué grandilocuencia por unos sellos cutres. ¡Y qué manera de hacer la pelota, por cierto!”.

Foto: Carles Puigdemont. (Montaje: EC)

Ricard ponía las cosas en su sitio: “Empezamos a hacer ya un poco el friqui… Menos tonterías y más república”, advertía. Y Jordi Planas apuntaba al miembro del Govern: “Que un 'conseller' de Políticas Digitales celebre como un paso a favor de la independencia la creación de sellos es, como mínimo, de dimisión. Vergüenza”. Otro respondía: “El 'conseller' de Políticas Digitales… Si su salario no saliese de mis impuestos, incluso me haría gracia”. “Yo flipo al ver la pasta que cobra esta gente para hacer estas payasadas. Pero todavía flipo más por la cantidad de inútiles que hay en el catalanismo que les siguen el juego, se tragan la zanahoria y los acaban votando”, respondía Miquel Blasco.

“Flipáis un poco…”

Lo Xiquet del Coet se ponía en plan filosófico: “Sellos convencionales hechos en Bélgica para implementar una república virtual catalana. Todo normal”, ironizaba. Y Silvia era de parecida opinión: “¡Perfectos para la república digital!”. Jordi, por su parte, añadía: “¡Fuá! ¡Ahora solo falta la cuenta de Facebook de la república y directos al consejo de seguridad de la ONU!”. Por su parte, Josep respondía al 'conseller': “Soy el primero en creer en los potenciales beneficios del Consell de la República, pero con eso de los sellos habéis flipado un poco…”.

Los había más serios: “No nos merecemos esto”, se quejaba Marieta. Y Vicky Ferré le respondía: “¿No creéis que hay cosas más importantes ahora mismo?”. “Sellos customizados. Hoy los independentistas de verdad ya estamos bastante jodidos, solo nos falta que nos intentéis vender que esto es importante y que significa algo”, se dolía una soberanista. Otro compañero suyo era más directo: “Ridículos”, espetaba a los dirigentes de JxCAT. Y otro era más sarcástico: “El día que saquéis la colección de tazas, esto ya no lo parará nadie”. “Me parece bien. Pero poco útil, porque hace siglos que no compro un sello”, lanzaba otro internauta. Y uno de sus colegas incidía en la ridiculez: “Ya tienen un sello en plena era digital, ahora solo falta cambiar las redes por jinetes a caballo, jugada maestra”.

“No nos merecemos esto”, se quejaba Marieta. Y Vicky Ferré le respondía: “¿No creéis que hay cosas más importantes ahora mismo?”

Los había decepcionados: “Qué manera de tomar el pelo a vuestros votantes”, se quejaba uno. Otro también tiraba de ironía: “Sellos. Sellos de la república. Por favor, ¿podéis dejar de hacer el ridículo? ¿Qué es la casa de la república, la sede del 'merchandising' político? ¿El CD con las canciones de la república? Cualquier cosa menos la república en sí, aparentemente”. Un tercero le contestaba lo que vendrá a continuación: “El CD de Lluís Llach y Els Pets”.

Jaume Gispert era también cáustico: “Siguen las ‘jugadas maestras’ de quien no ha hecho otra cosa que cagarla”, se dolía. Fina le contestaba: “Es tu opinión, no la mía”. “Evidentemente, como buen pleonasmo”, zanjaba Gispert. Isa Apelsin era también inmisericorde con la idea del alto mando de JxCAT: “En Vistaprint también se pueden imprimir sellos para cartas con las grandes frases del ‘procés’: ‘Era una partida de póquer’, ‘La república no existe’ o el clásico ‘Lo tenemos cerca”. Evidentemente, había a quien le gustaba el tema. "¡¡Me gusta mucho!!", decía Anna Maria Guàrdia. Y Mimi le respondía: “Claro que sí, guapi”, con emoticonos de risas.

Ni siquiera los independentistas más acérrimos se han quedado con la última ocurrencia del fugado Carles Puigdemont. Desde Waterloo, el ‘expresident’ anunció que ha salido a la venta el “sello de la república”, un sello con un lazo amarillo. Tras el anuncio, la mayoría del mundo soberanista se debate ente la carcajada y el enfado. Las redes sociales se han cebado tanto en Puigdemont como en algunos de sus voceros, a los que tachan de infantilistas y de perder el tiempo.

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