Torra prioriza aislar a la extrema derecha a la autodeterminación de Cataluña

El presidente de la Generalitat Quim Torra cambió el paso. Fue leve pero significativo. “Hay que desfranquizar el Estado español, hay que aislar a la extrema derecha” y lo planteó como objetivo de las propuesta que había hecho al presidente español Pedro Sánchez, anteponiéndolo en orden a la “autodeterminación de Cataluña”. Lo hizo durante el discurso ante la patronal catalana, previo a la cena en el Hotel Sofía y ante un público de cerca de 300 empresarios, en un acto donde también se encontraba presente el presidente español.

Torra no se quedó a la cena. Evitó dos horas en la mesa con Pedro Sánchez y empresarios como Francisco Reynés (Naturgy) Ángel Simón (Agbar), Joan Rosell (ex presidente de la CEOE), o Gonzalo Gortázar (CaixaBank). No era el entorno más cercano en lo político. Pero sí se quedó a escuchar a Pedro Sánchez.

Tras la reunión en el Palau de Pedralbes, la portavoz de la Generalitat, Elsa Artadi, dijo lo mismo: “El president Quim Torra planteó necesidad de trabajar en tres líneas: dar respuesta democrática y respetar los derechos de la ciudadanía, la regeneración democrática y profundizar en la separación de poderes y la desfranquización institucional”. Torra cambió el orden, el último punto de Artadi fue su primero y además introdujo la palabra clave para el independentismo: “autodeterminación”.

“Hay un punto en el que podemos estar de acuerdo”, apuntó Torra pero a partir de aquí su discurso volvió a los tópicos del independentismo. Incluso se oyeron algunos silbidos. Pero el cambio de orden en las prioridades apunta al cambio de tono. Torra en octubre estaba amenazando con derribar a Pedro Sánchez. Hoy se hace fotos con él, mientras el PDeCAT y ERC votan en el Congreso a favor de la elevación del techo de gasto que ha propuesto el PSOE.

Pedro Sánchez no hizo referencia a la reunión previa en el Palau de Pedralbes, pero en su discurso apuntó que “lo que nos une no es incompatible con nuestros anhelos y nuestros sentimientos personales”. Y ha recordado que con su Ejecutivo “se reactivó la comisión bilateral y quiero agradecer al Govern de la Generalitat para reactivar este órgano tan importante”. Un punto, por cierto, que no se había tratado en el encuentro previo en el Palau de Pedralbes.

“Hay que hablar de lo que le importa a la ciudadanía y a reducir la conflictividad entre instituciones. Estos acuerdos se van a reflejar en los Presupuestos del Estado”, apuntó Pedro Sánchez, con lo que la foto en el Palau de Pedralbes apuntaba de nuevo a recuperar en el Congreso la mayoría que le dio la victoria en la moción de censura.

Tras el fracaso de la reunión en el Palacio de Pedralbes, la cena de la patronal Fomento resultó un éxito. Torra se mostró en todo momento fuera de lugar pero el presidente de la patronal catalana Josep Sánchez Llibre arrancó dos imágenes de todos juntos e incluso una encajada de manos. Sánchez no quiso valorar la reunión. Ante la prensa sólo dejó escapar un “bueno”, en lugar de “bien”, dejando entrever que “bien, bien” la reunión no había ido. Viendo la cena de Fomento, en cambio, el fracaso se mitigaba.

Cambia el viento

La alcaldesa Ada Colau apuntó que “Barcelona siempre ha sido una ciudad de diálogo. Exigente y rebelde a veces, pero con una actitud constructiva. Por eso damos la bienvenida al Consejo de Ministros que se reunirá mañana. Y también damos la bienvenida a todos los que protestarán en contra. Y esto no es equidistancia”. Pero eso era justo lo que era.

La alcaldesa también pidió “que se sienten a negociar unos Presupuestos, unos Presupuestos para España, para Cataluña y para Barcelona”, convirtiendo a los Comunes y a Podemos en el pegamento de la nueva era que se avecina en el Congreso, con la prolongación de la legislatura de Pedro Sánchez. El viento está cambiando y Colau, como siempre, ha sido de las primeras en darse cuenta.