Sánchez y Torra pactan "potenciar" un "diálogo efectivo" pero dentro de la ley
Los dos gobiernos lanzan un comunicado en el que subrayan su apuesta por una "propuesta política" que concite un amplio consenso. La Moncloa entiende que el Govern renuncia a la vía unilateral
La política de distensión continúa. Continúa el diálogo entre el Gobierno y la Generalitat. Se quiere que sea "efectivo", periódico, y "en el marco de la seguridad jurídica". Dentro de la ley. Eso es lo que reza el comunicado conjunto que las dos partes emitieron tras la reunión de Pedro Sánchez y Quim Torra en el palacio de Pedralbes de Barcelona, una nota en el que ambas partes ceden pero que interpretan como un avance hacia la "normalidad" y el apaciguamiento. Las dos reconocen la existencia de un "conflicto", que hace falta una "propuesta política que cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana" y que hay que avanzar hacia una "respuesta democrática a las demandas de la ciudadanía". Pero no hay que llamarse a engaño: las distancias siguen siendo enormes, porque mientras que el Govern sigue defendiendo el referéndum de autodeterminación porque entiende que es lo que genera un gran consenso en la sociedad catalana, el Ejecutivo central mantiene su apuesta por una reforma estatutaria. La Moncloa cree que de Barcelona se lleva el compromiso "inequívoco" de la Generalitat de renuncia a la vía unilateral, si bien admite que podía ser más "explícito". Además, la interlocución seguirá, y el siguiente encuentro se producirá en enero.
Sánchez llegó a su cita con Torra sobre las 19:15 horas, 15 minutos después de lo programado, y acompañado por la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera. El 'president' le recibió a pie de coche, estrecharon sus manos y ambos pasaron al interior del edificio, en cuya puerta de acceso aguardaban el 'vicepresident', Pere Aragonès, y la 'consellera' de Presidencia, Elsa Artadi. A las 19:20, y en el mismo vehículo, aterrizaban en los jardines de Pedralbes la vicepresidenta, Carmen Calvo, y la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, a su vez también saludadas por Cunillera. Muy pocos minutos después La Moncloa distribuyó la foto de los dos presidentes reunidos. En paralelo, comenzaron a despachar Calvo y Batet con sus homólogos catalanes.
[Lea aquí en PDF el comunicado conjunto de los dos gobiernos, enviado por La Moncloa y la Generalitat]
Y ahí siguió la guerra de versiones: mientras que el Govern incidía en que los ministros y 'consellers' "se sumarían a la entrevista de Sánchez y Torra", desde La Moncloa, instantes después, se insistía en que Calvo, Batet, Aragonès y Artadi simplemente "saludarían al final del encuentro y ya está" como un gesto de "pura cortesía" sin más contenido político. La Generalitat quería vender una "cumbre" de los dos gobiernos, y el Ejecutivo central, una simple cita de los dos presidentes, otro encuentro paralelo de sus equipos y una despedida última. La disputa de cada una de las partes por el relato y el formato de la cita no era algo accesorio: Torra deseaba proyectar una imagen de bilateralidad, justo la que La Moncloa quería rechazar, porque la instantánea de una cumbre de dos gobiernos remite inmediatamente a un encuentro entre dos Estados. La diferencia es sustancial. Baste un detalle para comprender hasta qué punto importaba la puesta en escena: un funcionario del Gobierno colocó rápidamente una maceta de flores rojas de Pascua entre las dos que había amarillas al comienzo de la entrevista de Sánchez con Torra. El amarillo es el color con el que los independentistas identifican a sus políticos encarcelados.
Al final, hubo foto de los dos presidentes con sus equipos, pero de pie, no sentados a una mesa. El Govern habla de "reunión" conjunta, y Moncloa no
La reunión Sánchez-Torra duró algo menos de una hora. Hubo foto de los dos líderes, de las ministras y los 'consellers' y una final de los seis responsables. De pie, en actitud estática. Nadie se apeó de sus posiciones en las comparecencias posteriores para explicar qué había ocurrido. Mientras que Artadi hablaba de que se habían producido "tres reuniones", Batet relataba que había habido solo dos —la de los presidentes y, en paralelo, la de sus equipos—, más un "encuentro" final de "despedida y poco más" de los seis dirigentes. No hubo, en esos pocos minutos, repitió, contenidos políticos.
El testimonio gráfico permitía al final a la Generalitat vender la imagen de una 'minicumbre', como anhelaba, y al Gobierno también le daba margen para insistir en que no hubo una reunión como tal, pues en ningún momento los dos presidentes se sentaron a la vez con las ministras y los 'consellers', y la prueba era esa foto de todos ellos de pie, y no sentados a una mesa, en disposición de estar hablando. Las diferentes concepciones de lo ocurrido en la tarde de este 20-D en Barcelona la reflejaban las cuentas oficiales de los dos ejecutivos: la Generalitat hacía hincapié en la foto a seis; La Moncloa, en la imagen a dos.
"Garantizar una solución"
El fruto de la doble cita en Pedralbes fue el breve comunicado conjunto en castellano que las dos partes pactaron. Los dos gobiernos "coinciden en la existencia de un conflicto sobre el futuro de Cataluña". Y "a pesar de que mantienen diferencias notables sobre su origen, naturaleza o sus vías de resolución", sí comparten, "por encima de todo, su apuesta por un diálogo efectivo que vehicule una propuesta política que cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana". Por eso, sigue la nota, y con el objetivo de "garantizar una solución", "deben seguir potenciándose los espacios de diálogo que permitan atender las necesidades de la sociedad y avanzar en una respuesta democrática a las demandas de la ciudadanía de Cataluña, en el marco de la seguridad jurídica".
Artadi insiste en que uno de los "consensos" es la necesidad de un referéndum, mientras que Batet se congratula de que se hable de la "seguridad jurídica"
Esa "vía del diálogo", concluye el comunicado, necesitará del esfuerzo de "todas las instituciones, de los actores políticos y de la ciudadanía". Ambos ejecutivos, finaliza, "se comprometen a trabajar para hacerlo posible".
A partir de ahí, las lecturas de la doble cita en Pedralbes —triple, para la Generalitat— eran divergentes. Según expresó Artadi, y aunque el documento no habla de derecho de autodeterminación, los "consensos" de la sociedad catalana están "claros", y son la articulación de la república, la "necesidad de un referéndum" —"votando es como se resuelven los conflictos políticos"—, la no aplicación de nuevo del artículo 155 de la Constitución, el "respeto" a las instituciones catalanas, la "no judicialización de la política" y acabar con la "represión" de los independentistas procesados y el "exilio" de los soberanistas fugados. El ámbito en el que ambos gobiernos están más cerca, señaló la 'consellera', es la eliminación de los símbolos franquistas, para lo que el Ejecutivo socialista está dando "pasos adelante" con los que los separatistas se sienten "cómodos".
📸 Cimera entre els governs català i espanyol al Palau de Pedralbes a Barcelona, encapçalada pels presidents @QuimTorraiPla i @sanchezcastejon pic.twitter.com/vCGtqyOpIS
— Govern. Generalitat (@govern) 20 de diciembre de 2018
Apostamos por el #diálogo para encontrar una solución para Cataluña y atender a las necesidades de la ciudadanía. Hoy me he reunido en el Palacio de Pedralbes de Barcelona con el president de la Generalitat, @QuimTorraiPla. Aquí, el comunicado conjunto: https://t.co/CwFpQVdwOA pic.twitter.com/FLthoohzP8
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) 20 de diciembre de 2018
Fíjense en las diferencias. En la primera foto solo hay flores de Pascua amarillas... La distribuyó la @gencat. En la segunda, de @Reuters, se ve una maceta de flores rojas. Protocolo de @desdelamoncloa colocó la tercera maceta. El amarillo es el color de los presos indepes pic.twitter.com/UbGVq4u0g4
— Juanma Romero (@JuanmaRomero) 20 de diciembre de 2018
Y aquí la prueba... Andrés Costilludo, director de Protocolo de @desdelamoncloa, coloca la maceta de flores de Pascua rojas. Imagen cedida por @tv3cat pic.twitter.com/OOfHCAHKoe
— Juanma Romero (@JuanmaRomero) 20 de diciembre de 2018
El Govern, pues, pide un "diálogo sin límites". Y para que se construya ese "diálogo efectivo" y ponerle "método", ambas partes, siguió, se emplazaron a una nueva reunión bilateral. La siguiente será en enero, y en ella participarán Aragonès y Artadi, por el Govern, y con toda seguridad Calvo y otro miembro del Ejecutivo central, por parte de Sánchez.
¿Un 'reset'?
Artadi añadió que no sabe si esta reunión del 20-D en Barcelona puede ser un "reset o un reimpulso" de las relaciones entre ambos gobiernos, pero al menos de ella salió el "compromiso mutuo" de seguir viéndose y "cruzar papeles". "Veremos si el camino da frutos o no". No se habló en Pedralbes ni de indultos de los presos independentistas ni tampoco de los Presupuestos Generales del Estado de 2019, para los que Sánchez necesita el concurso de ERC y PDeCAT.
Sánchez quiso plasmar que la solución ha de caber en la Constitución. El Govern rebajó la expresión, menos "explícita" de lo que quería La Moncloa
Batet, por su parte, hizo un "balance positivo" del encuentro, porque permitió avanzar en la "normalidad institucional" y llegar a "acuerdos significativos", como la apuesta "decidida" por el diálogo y la búsqueda de una "solución". "Pensamos que el único camino es precisamente el camino del diálogo, hacer política", y "dentro del ordenamiento jurídico". La ministra subrayó que aunque el Govern insiste en la vía del referéndum de autodeterminación, esta no es una alternativa para el Ejecutivo central, puesto que no cabe en la Constitución. La posición de los socialistas, de rechazo frontal al derecho a decidir, no ha cambiado, insistió la titular de Política Territorial.
👇🏼Aquí el video amb el cap de protocol de la Moncloa afegint una ponsètia vermella on n’hi havia dues de grogues https://t.co/K09mBGzG1t
— Albert Calatrava (@albertcalatrava) 20 de diciembre de 2018
Fuentes del entorno de la ministra reconocieron que el Gobierno quería que en el papel apareciera por escrito la idea de "respuesta democrática" dentro de la Constitución y las leyes, pero el Govern se negó, así que el punto intermedio fue hablar de "seguridad jurídica". Pese a todo, las mismas fuentes señalaban que hay un compromiso "inequívoco" de los independentistas de renunciar a la vía unilateral, aunque les habría gustado que fuera más "explícito".
Acaba de llegar @sanchezcastejon a #Pedralbes acompañado de la delegada del Gobierno en@#Catalunya, Teresa Cunillera En @elconfidencial @ECEspana pic.twitter.com/0GZpsBBbEx
— Juanma Romero (@JuanmaRomero) 20 de diciembre de 2018
Más de 25 citas ministros-'consellers'
Durante su comparecencia, Batet hizo hincapié en la introducción de esa expresión, "dentro de la seguridad jurídica", como uno de los éxitos de la reunión, puesto que "no hay otra salida para abordar el problema político". Batet insistió en que la solución vendrá de la mano de consensos "transversales", y por la vía del reforzamiento del autogobierno, como viene sosteniendo Sánchez durante todos estos meses. Eso se traduce en una reforma del Estatut. El Ejecutivo central "mira de frente" a Cataluña y está "convencido" de que se puede caminar "dentro de la Constitución y del Estatuto" para buscar una salida.
Durante la conversación no salió ni el 155 ni los Presupuestos de 2019, aunque Sánchez necesita el apoyo de los soberanistas para sacarlos adelante
Y eso es lo que ha venido haciendo el Gobierno socialista en estos meses, en los que se han reactivado la comisión bilateral Generalitat-Estado, y también las de asuntos económicos y la de infraestructuras, en los que se ha convocado dos veces la Junta de Seguridad, en los que se han producido más de 25 encuentros entre ministros y 'consellers' y aún más entre 'consellers' y secretarios de Estado y también a nivel más técnico, y en los que la Generalitat ha participado en 39 ocasiones en foros multilaterales. Por eso Batet no considera que la cita del jueves sea un "reimpulso" a las relaciones, sino la constatación de que se han producido avances y de que hay voluntad de las dos partes para seguir caminando por la senda del diálogo.
La solución se hallará, dijo, ensanchando el espacio de interlocución entre los dos gobiernos y también el que ha de abrirse entre todas las fuerzas políticas. De ahí que el Gobierno dé mucha importancia a que en paralelo a la reanimación del diálogo entre los dos ejecutivos también se intensifiquen los trabajos entre las formaciones del Parlament. El "diálogo entre catalanes" que Sánchez considera prioritario y siempre demanda a Torra.
La ministra señaló que durante la reunión no se habló del artículo 155, ni tampoco del derecho de autodeterminación —al menos, precisó, en el encuentro en el que ella había participado, con Calvo, Aragonès y Artadi—, pese a que minutos antes la 'consellera' sí había dicho que se habló de este último asunto. Artadi apuntó que no se discutió nada de los Presupuestos de 2019. Batet no quiso anticipar si el apoyo de los soberanistas a la senda de déficit, que se visualizó este jueves en el Congreso, supondrá un apoyo a las cuentas del próximo año. Se limitó a subrayar los beneficios del proyecto de ley que prepara el Gobierno y la importancia de los 2.200 millones de euros adicionales que reportarían a Cataluña.
La política de distensión continúa. Continúa el diálogo entre el Gobierno y la Generalitat. Se quiere que sea "efectivo", periódico, y "en el marco de la seguridad jurídica". Dentro de la ley. Eso es lo que reza el comunicado conjunto que las dos partes emitieron tras la reunión de Pedro Sánchez y Quim Torra en el palacio de Pedralbes de Barcelona, una nota en el que ambas partes ceden pero que interpretan como un avance hacia la "normalidad" y el apaciguamiento. Las dos reconocen la existencia de un "conflicto", que hace falta una "propuesta política que cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana" y que hay que avanzar hacia una "respuesta democrática a las demandas de la ciudadanía". Pero no hay que llamarse a engaño: las distancias siguen siendo enormes, porque mientras que el Govern sigue defendiendo el referéndum de autodeterminación porque entiende que es lo que genera un gran consenso en la sociedad catalana, el Ejecutivo central mantiene su apuesta por una reforma estatutaria. La Moncloa cree que de Barcelona se lleva el compromiso "inequívoco" de la Generalitat de renuncia a la vía unilateral, si bien admite que podía ser más "explícito". Además, la interlocución seguirá, y el siguiente encuentro se producirá en enero.
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