Los independentistas ‘secuestran’ el Parlament y bloquean la actividad legislativa

El Parlament volvió a vivir este lunes un homenaje a lo absurdo. Como si de una obra de Eugène Ionesco se tratase, el presidente de la cámara, Roger Torrent, convocó una junta de portavoces para comunicarles se producirá un pleno para desencallar el bloqueo institucional. Nadie sabe cuándo será. Ni su orden del día, datos indispensables cuando se anuncia una medida como ésa. Pero antes de ese anuncio, se produjo otra situación estrambótica: un diálogo de besugos entre Torrent y la oposición.

“Señor presidente, usted había convocado un pleno para elegir presidente de la Generalitat al señor Jordi Sànchez y luego lo suspendió alegando unas circunstancias muy determinadas: Sànchez iba a apelar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos para protestar contra la prohibición de que no le dejen asistir al pleno de investidura. Pero luego, el señor Sánchez anunció que no acudiría a ese Tribunal. Sin embargo, ese pleno sigue jurídicamente suspendido. Lo que debería usted es desconvocarlo, porque las circunstancias aludidas por usted no son posibles. Estamos hablando de una causa incierta”, le recriminaron desde la oposición.

Sea por ignorancia o por llevar la contraria, Torrent no sólo no desconvocó ese pleno, sino que anunció otro, aunque se negó a concretar el orden del día. “Es totalmente irregular su actitud. No se puede convocar un pleno sin dar el orden del día. Y otra cosa es la fecha: se la hemos pedido, pero nos contestó que ya nos enteraremos. Eso no es normal. Seguramente, nos enteraremos por Twitter o por algún anuncio de televisión”, señala Eva Granados, portavoz del PSC a El Confidencial.

De ese modo, la cámara legislativa catalana queda secuestrada de nuevo porque los partidos independentistas no se ponen de acuerdo a la hora de proponer un candidato a presidente de la Generalitat. Quieren pero no pueden. Es decir, quieren proponer a alguien, aunque jurídicamente no pueden, porque vulnerarían las leyes y los mandatos del Tribunal Constitucional. Pero la estrategia sí que sirve a Torrent y a los soberanistas para ganar tiempo con el fin de negociar un candidato que no han podido encontrar en tres meses. Es, por así decirlo, alargar el partido a la espera de marcar el gol de la victoria.

¿Un nuevo globo sonda?

“Lo fácil sería que los independentistas se pusieran de acuerdo y propusiesen un candidato de consenso, pero no lo hacen, por lo que la situación se eterniza –explica otro diputado de la oposición a El Confidencial-. En la reunión de Portavoces de este lunes, nos reíamos porque no sabían qué decir. Lo que nos llega es que el candidato alternativo, Jordi Turull, no cuenta con el aval de la CUP y por eso ahora hacen correr el nombre de Quim Torra”.

Hay una cosa segura: los soberanistas están convencidos de que Carles Puigdemont está ya completamente amortizado y de que la investidura de Sánchez va a ser muy difícil, de ahí que desde algunos círculos dejan ir el nombre de Torra como el candidato ideal.

Pero en realidad parece ser un globo sonda para despistar y quitar presión sobre otros posibles candidatos mejor posicionados. Torra iba en el número 11 de la lista de Puigdemont y con anterioridad había sido efímero presidente de Òmnium Cultural. Hispanófobo militante, la propuesta sería un síntoma de que no habrá cuartel ni diálogo en la futura legislatura, aunque ésa sea, para los independentistas, una cuestión menor.

Reforma de la Ley de Presidencia

Por su parte, la Mesa del Parlamento acordó admitir a trámite una propuesta de Junts per Catalunya (JxCAT) para reformar por procedimiento de urgencia la Ley de Presidencia y poder elegir un ‘president’ a distancia. Es otra de las jugadas de las fuerzas soberanistas para ganar tiempo. “Los socialistas presentaremos una reconsideración y luego pediremos un dictamen del Consejo de Garantías Estatutarias (CGE), que tendrá un mes para pronunciarse y emitir su informe”, subraya Eva Granados, del PSC.

El vicepresidente del Parlament, José María Espejo-Saavedra, de Ciudadanos, por su parte, también anuncia una petición de reconsideración de su partido. “Quieren aprobar la reforma de la ley por lectura única y eso es una forma irregular de hacerlo”, asegura el dirigente de la formación naranja. Su compañero de filas, Fernando de Páramo, advirtió que “es una modificación que no se puede hacer por lectura única, pero sabemos que hacen lo que les da la gana”. Con la nueva norma que quieren implantar, el Palau de la Generalitat se trasladaría a Waterloo y Cataluña sería gobernada por un prófugo de la justicia desde Bélgica. Otra escena de Ionesco… o de Darío Fo… o de Mario Moreno, según se mire.

Con todo, la aprobación de la reforma de la norma se irá, como mínimo, a dos meses. Y si en dos meses no hay candidato a la presidencia de la Generalitat, no hay más remedio que ir a una convocatoria electoral. Ésa es la situación que los independentistas tratan de evitar, porque posiblemente no puedan ultimar la reforma que ahora pretenden: si la llevan a cabo, es muy posible que fuercen a continuación nuevas elecciones y luego tendrían el terreno despejado para investir a cualquier candidato esté o no esté presente en la sala. En ese caso, Cataluña puede hacer historia: tendrá el primer presidente virtual del planeta.