ERC ‘atornilla’ a Mas para que acepte una lista unitaria independentista “sin políticos”

Al enemigo ni agua. Eso es lo que debe pensar el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, que ayer mantuvo una larguísima reunión con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, para negociar una candidatura unitaria de cara al 27 de septiembre. Al president se le estrecha el camino, ya que su socio de Esquerra lo tiene muy claro: si quiere una candidatura unitaria independentista en las próximas elecciones, que sea sin políticos. Y si se ha de consensuar, ha de ser de igual a igual.

De hecho, se habían reunido todos los actores de la secesión, convocados por el president para tratar de formalizar un consenso en torno a su persona que se le resiste. Artur Mas es líder de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), pero no del independentismo. Ahí le disputan otros el título. Su principal baza es conseguir un consenso que no llega. Por eso convocó a CDC, ERC, la Coordinadora d’Unitat Popular (CUP) y a lo que él llama “sociedad civil”, o sea, los apéndices operativos de los partidos soberanistas: la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI).

A la cumbre asistieron también representantes de otros grupos minoritarios, como Magda Casamitjana y Pere Almeda, de Moviment d’Esquerres (MES), el partido creado de una escisión de los socialistas, o Antoni Castellà, la nueva cara de Demòcrates de Catalunya (DM), formada por los desgajados de Unió Democràtica (UDC) que rompieron este fin de semana el histórico partido de Josep Antoni Duran Lleida. Todos se retiraron a media tarde de la cumbre, excepto CDC y ERC. A los líderes de estas formaciones, se les unieron sus Estados Mayores para tratar de cerrar un acuerdo que salve la cara al soberanismo. Así, por parte de Convergència estaban Josep Rull y Lluís Corominas, mientras que los republicanos Anna Simó, Oriol Amorós y Sergi Sabrià se incorporaron posteriormente (ya estaba dentro Marta Rovira, secretaria general de Esquerra). En otras palabras, lo que hubo fue una cumbre bilateral con todas sus connotaciones y que explica bien a las claras quién corta el bacalao.

Porque quien lleva la voz cantante es Esquerra, la única formación con cara y ojos capaz de plantar cara a Artur Mas. “Nosotros sólo negociamos sobre la propuesta que hizo hace unos días Òmnium Cultural, que es la que más consenso tiene”, dicen fuentes de ERC a El Confidencial. Esa propuesta, cuya base es la lista unitaria desprovista de políticos en activo, evidentemente, le resta protagonismo a Convergència y al propio Artur Mas, lo que no gusta en las filas convergentes. Pero desde Esquerra no están dispuestos a aflojar. “O planteamos y discutimos algo nuevo, original, o no merece la pena sentarnos. O Artur Mas se mueve o no seguiremos con él”, subrayan las fuentes consultadas. Que cada cual entienda estas palabras como mejor le interese.

Los recelos de los republicanos

La advertencia tiene su importancia: Artur Mas lanzó la caña al aire con su ocurrencia de una lista unitaria para aglutinar todo el espectro del voto independentista. Esquerra era reacia, porque una parte de su electorado no quiere votar a “la derecha de Mas”. Y, mucho menos, la radical Coordinadora d’Unitat Popular (CUP). Pero la “sociedad civil” piensa de modo diferente, aunque a la hora de confeccionar las listas es cuando se morderán la yugular: la ANC, Òmnium Cultural y la AMI quieren una lista única, pero aún no saben cómo confeccionarla para que todos los partidos soberanistas queden contentos.

Desde fuentes cercanas al Gobierno catalán se señala que “Artur Mas está dispuesto a formar esa lista sin políticos. Pero quedan muchas dudas en el aire. ¿Cómo se forma y, sobre todo, qué pasará el 28 de septiembre, el día después? Debemos estudiar detalladamente todos los límites legales con que nos vamos a encontrar. No es una cuestión sencilla, porque no pueden quedar flecos en el aire”.

En ERC, no aceptan las dudas de Mas. “Lo que debemos hacer es mejorar el acuerdo que tenemos. Pero no estamos dispuestos a reabrir un debate que no nos lleva a ninguna parte. Tenemos un punto de acuerdo, ¿no? Es que se puede hacer una lista unitaria. Pero tal y como está planteada ahora no es una propuesta ganadora. Por tanto, debemos enriquecerla, mejorarla. Nos debemos mover en torno a la propuesta realizada por Òmnium, que era una lista con gente que no son políticos, pero no volver atrás; si no, es como si estuviésemos en el mes de diciembre. No nos interesa perder el tiempo en una negociación que no nos llevará a ningún lado y que encima nos retrotraerá a meses atrás”.

Esquerra tiene en cartera como medida alternativa el volver al pacto firmado con Convergència el pasado mes de enero: cada partido se puede presentar a las elecciones con su propia lista y mantener en su programa algunos puntos en común. El primero de ellos, el compromiso de declarar unilateralmente la independencia si los números acompañan. Lo malo es que, de momento, no lo hacen.

El plan B de ERC

El portavoz republicano, Sergi Sabrià, señaló ayer que Artur Mas es, sin duda, “el presidente de la independencia”. Pero mantuvo la propuesta de su partido de la lista sin políticos. “Es una propuesta fuerte que no deja fuera a los políticos, sino que les pide que se sitúen a un lado para conseguir unas elecciones plenamente plebiscitarias”, dijo Sabrià.

Pero en las filas de ERC hay mucha desconfianza hacia Artur Mas. Fuentes republicanas consultadas por El Confidencial señalan que el mapa independentista está muy dividido. “Posiblemente, la CUP se desgajará de los acuerdos. Y en ese caso, no tiene sentido seguir abogando por una lista unitaria. Que cada uno concurra a las elecciones como mejor le convenga. CDC quiere presentarse sin sus siglas, que hoy por hoy son más una losa que un activo. Allá ellos. Esquerra sí que tiene un buen activo en sus siglas y puede ir a las elecciones sin problema”. En otras palabras, los republicanos tienen perfectamente diseñado su plan B en caso de que, finalmente, la frágil unión soberanista no pueda cuajar el 27-S.

Desde el Gobierno catalán advierten, no obstante, de que “todos debemos hacer esfuerzos por llegar a la lista unitaria. La esencia de las elecciones plebiscitarias está ahí. Si las del 27 de septiembre no fuesen plebiscitarias, tendríamos que convocar unas elecciones normales. Y, para eso, mantendríamos la fecha del año que viene, que es cuando tocan. Pero todos han de entender que Artur Mas está haciendo esfuerzos inhumanos para facilitar el acuerdo entre todos”. Lo malo, para él, es que ni siquiera sus socios de gobierno se lo creen.