Los últimos días del legado de Delibes en la casa donde pasó el final de su vida

Ciento cincuenta metros cuadrados que encierran toda una vida y, desde marzo de 2010, también un legado. Es la casa en la que pasó sus últimos 30 años el escritor Miguel Delibes y donde su familia, desde su fallecimiento, ha conservado innumerables enseres personales y profesionales que en pocos días cambiarán de ubicación para trasladarse al palacio del Licenciado Butrón de Valladolid.

Fue en el año 1980 cuando Miguel Delibes y sus hijos se mudaron desde el piso en el que vivían en el Paseo Zorrilla hasta la que sería su última vivienda, en la calle Dos de Mayo. Ubicada también en el centro de Valladolid, el novelista desarrolló la última parte y más prolífica parte de su carrera profesional en ella. Desde que muriese hace catorce años, sus siete hijos se han ocupado de su imponente biblioteca personal y todo su patrimonio personal quedase salvaguardado.

Gracias a este cuidado, en los próximos días está previsto que todo ello comience a formar parte de la Casa Museo que el literato tendrá en su ciudad natal. Desde ella, el objetivo que persigue la Junta de Castilla y León, quien ha cedido este emblemático edificio para albergar este espacio, es difundir la vida y obra de Miguel Delibes y exponer tanto sus manuscritos, cartas, dedicatorias o libros que se han conservado en perfectas condiciones.

"Queremos que entres por una puerta, salgas por otra y te lleves la idea de quién era Miguel Delibes"

“Este es un proyecto que lleva esperando mucho tiempo y por eso queremos que la exposición permanente sea muy bien concebida. Que entres por una puerta y salgas por otra y te lleves la idea de quién era Miguel Delibes. Igual que la que fue su casa no va a ser, pero sí van a estar sus cosas originales y se van a representar todas sus paredes copadas de grandes estanterías”, explica Elisa Delibes, su cuarta hija.

La vivienda en la que el genial escritor falleció se conserva actualmente tal y como él la dejó. En su espacioso salón presidido por un imponente retrato del vallisoletano se cuentan a cientos los libros repartidos en sus estanterías. Aquí es donde pasaba muchas de sus tardes, escuchando música y leyendo sentado en su hamaca. Además, en este salón también recibió a numerosas personalidades públicas como a los Reyes de España.

“A mi padre le encantaba esta casa, le parecía preciosa y pensaba que con este espacio era más que suficiente. Se vino encantado y aquí recibió a mucha gente. Tenía todo cerca, el Campo Grande, la Escuela de Comercio, a donde seguía yendo, y su periódico, El Norte de Castilla. Todo lo tenía cerca, iba andando a todos los sitios y también tenía su plaza de garaje. Le resultó comodísima”, reconoce Elisa Delibes.

A través de una puerta corredera se puede acceder directamente al despacho de Miguel Delibes. Este es quizás el lugar más reconocido de toda su residencia, ya que, tras su escritorio, se erige el famoso cuadro Señora de rojo sobre fondo gris que más tarde daría nombre a una de sus obras. Aún todavía, en los cajones de esta estancia se pueden encontrar sus últimos manuscritos además de algunos objetos como sus gafas.

Este despacho no solo es el lugar desde donde surgió buena parte de su obra artística, sino también donde Delibes guardaba su más preciada biblioteca personal. Tanto sus primeras ediciones y ejemplares —que siempre dedicaba a su mujer, Ángeles de Castro— como todos sus libros. Su esposa es, precisamente, la gran protagonista de este espacio. Tanto en el famoso cuadro de Eduardo García Benito como también en las muchas fotografías y retratos que copan las estanterías.

Historia en cada rincón

Recorrer el hogar de Delibes es hacerlo por su historia vital, en cada rincón aún permanece algún detalle personal del escritor como los premios que hacían las veces de cuñas para las puertas evitando que estas se cerraran o también los numerosos reconocimientos —medallas y diplomas— que su secretaria personal trató de preservar. Todo ello espera ser reubicado de forma inminente en el recorrido museístico previsto.

La habitación en la que falleció Miguel Delibes también sigue intacta, la pequeña cama donde murió y una de las mayores estanterías que tenía también lo están. Una estancia de monje como reconoce su hija, Elisa Delibes, que deja patente la personalidad sobria que tenía, huyendo de los grandes lujos. Él personalmente habilitó esta casa a la que le acompañaron tres de sus hijos, ya que los demás estaban casados cuando se llegó a ella.

Aunque toda su vida la hizo en esta vivienda, desayunaba, comía y cenaba en el domicilio de su hija, quien vive un piso por encima. Por eso, su cocina nunca llegó a utilizarse y en ella es donde trabajaba su secretaria, quien pasaba a máquina los manuscritos en los que Delibes escribía sus novelas. De hecho, ahora sus armarios albergan muchos de los libros que aún todavía siguen llegando diariamente a esta dirección.

Toda una vida que tiene previsto el traslado inminente a una Casa Museo que quiere ofrecer una exposición permanente centrada en la trayectoria vital, literaria, periodística del vallisoletano. Para ello, se recreará esta residencia o parte de ella y también se instalará su archivo personal. La intención es que, de igual forma, haya espacio para albergar las oficinas de la Fundación Miguel Delibes, creada en 2011.

Esta institución nació tras la muerte del escritor y se trata de una entidad privada sin ánimo de lucro. La Fundación toma el testigo del propio Miguel Delibes en el fomento de los valores que este hizo suyos: libertad, justicia social, solidaridad, humanismo cristiano, periodismo responsable, conservación de la naturaleza, caza y pesca respetuosas con el medio ambiente y defensa del mundo rural, entre otros.

Esta próxima Casa Museo es una auténtica satisfacción para sus siete hijos y numerosos nietos que ve casi culminado un proyecto que ha sido capitaneado por la Junta de Castilla y León y, más en concreto, por su Consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, quien tuvo relación personal con el propio Delibes y a quien le unía su pasión por la literatura. Aunque todavía no hay una fecha establecida, no se espera que esta abra al público antes de final de año.