Si eres de los que te da grima el 'capillita' y la Semana Santa, mejor no sigas leyendo

Si eres de los que comienza a supurar cuando el incienso de la Semana Santa se convierte en el aroma de tu ciudad, de los que año tras año busca una casa de alquiler en medio de la nada para no cruzarte con una procesión o de los que van maldiciendo mientras esquivas los ríos de personas que estos días desembocan en los centros históricos, es recomendable que no sigas leyendo y que empieces a buscar una salida. ¿Por qué razón? Pues porque las perspectivas de esta festividad son más que positivas y las cifras evidencian que se ha convertido en un motor económico para muchos municipios.

Es lo que se desprende de un estudio elaborado por la Universidad de Málaga (UMA), e impulsado por la Fundación Lágrimas y Favores, en el que se analiza el impacto en las cuentas de los visitantes que acuden a la Semana Grande en esta ciudad. Un trabajo basado en dos encuestas: una, centrada en los residentes y elaborada antes de la celebración; y otra, realizada en plena Semana Santa y enfocada a los visitantes. La primera contó con una muestra de 410 personas; mientras que la de la segunda fue de 602.

Esto ha permitido a los autores, los profesores Benjamín del Alcázar, Plácido Sierra, Eva María González y Laura Moniche, hacer una radiografía de ambos perfiles que convierte a este informe en "una herramienta de trabajo muy precisa" para administradores, empresas turísticas y académicos, según señaló actor Antonio Banderas, el presidente de la citada fundación.

Uno de los primeros aspectos que destacó Del Alcázar es que el relevo generacional parece garantizado. El 37,6% de los malagueños que acudieron a los desfiles procesionales durante el pasado año era menor de 25 años. A lo que hay que sumarle que el 25,7% tenía entre 26 y 35 años. Es decir, dos tercios son jóvenes atraídos por esta expresión religiosa, por lo que los autores determinan que "se ha rejuvenecido".

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A esta circunstancia hay que añadir la "fidelidad" de los residentes en la ciudad. El 73,8% de estos encuestados declaró que acudió a las procesiones en más de diez ocasiones, siendo el Jueves Santo —78,2%— el día con mayor afluencia, seguido del Miércoles Santo —73,3%—.

El 36,6% de los malagueños sondeados, además, tenía una "vinculación" directa con el ámbito cofrade. Y el 16,8% salía en alguna procesión. Datos que ponen de manifiesto la penetración de la celebración en la sociedad.

Más visitantes, más ingresos

La investigación sobre el impacto económico de esta celebración se centra exclusivamente en los visitantes, cuyo número se ha multiplicado por tres desde 2018, año en el que se elaboró el primer estudio. "La Semana Santa no es ajena al boom de Málaga y los turistas suponen ya el 34,2%" de los asistentes, señaló Benjamín del Alcázar, que precisó que el 66% de ellos son nacionales.

"Mayoritariamente andaluces", lo que hace que un 22% acuda con regularidad e incluso esté inmerso en la vida de las cofradías —3,3%—.

El estudio señala que se produjeron 2,1 millones de visitas en la Semana Santa 2023 y que 596.139 personas presenciaron los desfiles

En el perfil del turista destaca que ligeramente son mayoría las mujeres —52,6%—, su edad promedio es de 38,5 años, con una estancia media de 4,3 días y que dedica 2,6 a ver procesiones.

Entre los visitantes foráneos destacan los procedentes de Reino Unido —13,3%—, Alemania —6%—, Francia —3,8%— e Italia —2,5%—.

El 25,% de los no residentes declaró que su principal motivación para desplazarse a la ciudad fue visitar la Semana Santa, mientras que el 59,5% confesó que lo que más le sedujo fue el ocio y el tiempo libre. Un 2,5% dijo que se encontraba en la ciudad para hacer negocios.

"Podemos decir —en base a estos datos— que se produjeron 2,1 millones de visitas", que no implica que sea el mismo número de personas, ya que un único sujeto repite varios días, pero el profesor si estimó que "596.139 presenciaron los desfiles".

El caso del manto de una Virgen

El gasto medio osciló mucho entre el residente y el turista, pero creció notablemente en ambos perfiles. El del primero se cuantificó en 56,42 euros, destinando aproximadamente la mitad a consumo en hostelería. Mientras que el del segundo lo cuadriplica: 242,68 euros, que en su mayoría se gastan en alojamiento, restauración, visitas culturales y compras.

El "empuje del incremento de los turistas y del gasto medio" dispararon el impacto económico de la Semana Santa malagueña hasta los 393,99 millones de euros. Un aumento total de 283,6 puntos porcentuales con respecto a 2018 —102,7 millones—.

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Este importe se desglosa entre los 253,72 millones generados de forma directa y los 140,27 indirectos. A lo que hay que sumar la creación de 3.612 empleo, "lo que supone hablar de un incremento del 166% en comparación a los resultados obtenidos en el primer trabajo".

Banderas insistió en el "carácter poliédrico" de la Semana Santa que trasciende lo "religioso, artístico e identitario" y que se extiende por lo económico y empresarial.

El presidente de la Fundación Lágrimas y Favores recordó que un estudio anterior calculó que la industria cofrade genera 24 millones de euros sólo en la capital malagueña, "así que pensemos lo que representa en toda Andalucía".

Un ejemplo: "Para hacer el manto de una Virgen se precisan tres años y 15 personas que durante ese tiempo están llevando un sueldo a su casa". El impacto es "impresionante", recalcó el actor.

Premiadas la mejor tesis doctoral y el mejor trabajo de fin de carrera con temática cofrade

La Cátedra de Estudios Cofrades de la UMA hizo entrega este lunes de los VIII Premios de Investigación, donde se establece un premio a la mejor Tesis Doctoral y Trabajo Fin de Carrera relacionados con temas sociales, culturales y económicos de la Semana Santa de Málaga, realizados y defendidos en la Universidad de Málaga o cualquier otra universidad española.

En este acto de la cátedra también participaron el rector de la UMA, Teodomiro López, y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.

El Premio al mejor Trabajo Fin de Grado ha sido para Lorena Ramos Montes, por su proyecto titulado Formas de cocreación de valor en ecosistemas: El caso de la Semana Santa de Málaga, del que el jurado ha valorado la originalidad del tema y del enfoque de investigación.

El Premio al mejor TFM ha sido para Nicolás Ureña Bautista, por el trabajo Sociedad y Semana Santa. El vínculo personal y afectivo de la población de Málaga y sus cofradías; en el que se estudia las variables y factores que influyen en la mayor o menor tendencia de la población para participar y pertenecer al ámbito cofrade.