Nadie vio el cuerpo de Álvaro Prieto: el ángulo imposible para el operativo de búsqueda

La desaparición de Álvaro Prieto tuvo en vilo a su entorno durante cuatro días. Desde el jueves por la mañana, cuando se denunció su desaparición, la familia esperaba noticias sobre el joven, que había perdido su tren de vuelta a Córdoba tras salir de fiesta en Sevilla e intentó colarse en un AVE tras quedarse sin batería. Pese al despliegue de los agentes, el cadáver acabó siendo descubierto de forma fortuita por una cámara de televisión, a plena luz del día y en las instalaciones de Renfe. El cuerpo apareció entre dos vagones de un tren que llevaba parado desde agosto a un kilómetro y medio de la estación. La zona ya había sido rastreada por los agentes de la Policía Nacional, que incluso usaron drones para tomar imágenes de la zona.

La búsqueda fue infructuosa por varios motivos. El principal, el ángulo de visión con el que contaban tanto los agentes como los operarios y vigilantes que pasaron por el Centro de Tratamiento Técnico en esos días. La autopsia constata que Álvaro Prieto murió electrocutado por una catenaria el mismo jueves, mientras caminaba por encima de un cercanías situado en la vía de parada, donde los trenes estacionan para ser reparados a modo de taller. Tras el accidente, acabó cayendo entre dos vagones, en el hueco de más difícil acceso. Cuando los trenes están parados, los vagones están muy unidos y la única forma de entrar al espacio donde quedó atrapado el cuerpo es desde arriba. Por los laterales, desde donde los agentes revisaron los trenes de la zona, era “absolutamente imposible” ver el cadáver. Solo cuando el tren se desplazó para dejar espacio a otro que iba a ser reparado, los vagones se abrieron, el cuerpo asomó y el cámara de televisión lo captó.

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El delegado del Gobierno en Andalucía salió al paso de las críticas a los agentes para aplaudir su trabajo, “intenso y profesional”, durante los últimos días. “No hay razones para criticar a la Policía”, insistió en varias entrevistas. Lo cierto es que, pese a que los investigadores habían recibido cientos de llamadas confusas en los últimos días, la principal hipótesis que se manejó es que el joven nunca había salido del entorno de la Estación de Santa Justa. Por ello, a partir del domingo —tres días después de la desaparición— se pidió la colaboración de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para rastrear con perros un primer tramo de las vías. Lo hicieron de noche, aprovechando el descenso de la circulación de trenes tras un fin de semana intenso por el puente con motivo del Día de la Hispanidad. La última batida se completó en un tramo cercano a donde finalmente apareció el cadáver. La zona de los talleres iba a ser revisada de nuevo, esta vez con perros, a la noche siguiente, el día que apareció el cuerpo.

El joven habría accedido a las vías por alguno de los accesos no autorizados tras un kilómetro y medio de búsqueda. Tras cientos de metros donde las vías están separadas de la ciudad por un muro, la zona donde apareció el cadáver está separada de un gran descampado por una alambrada. Como constatan los vecinos, hay varios puntos donde es fácil superar la barrera y acceder a las vías del tren. Tras conseguirlo, ningún vigilante ni operario de Renfe vio al joven avanzando por las vías. Fue una cámara de vigilancia de una gasolinera low cost ajena al recinto la que captó la imagen.

Renfe cierra filas

Todos se preguntan qué pudo llevar a un joven poco dado a meterse en problemas a intentar subirse a un tren sin permiso a toda costa. Qué le llevó a actuar de forma desesperada, antes que pedir ayuda, hasta encontrar la muerte. Renfe también cerró filas ayer ante las críticas. El entorno del joven llegó a apuntar que los trabajadores de la empresa pública no le hicieron mucho caso, que no recibió la ayuda suficiente. Por ello, un informe que la empresa pública ha facilitado a la investigación recaba una cronología de los hechos para demostrar que se le atendió con “normalidad”. Que la búsqueda a la desesperada de un tren por parte de Álvaro Prieto no estuvo motivada por su actuación.

Renfe afirma en un informe que le ofreció un cargador y ayuda en varias ocasiones

Según el Centro de Servicios de Renfe, el personal le ofreció un cargador para encontrar el billete en varias ocasiones. Los trabajadores ya habían apuntado esta cuestión en los últimos días y ahora la empresa pública detalla todas las formas en las que trató de ayudar al joven. Primero, pidiéndole datos para localizar el billete. Luego, ofreciéndole un cargador “e incluso indicándole dónde lo puede cargar”. Sin embargo, Álvaro Prieto indicó que no le funcionaba, según fuentes cercanas a la investigación consultadas por Europa Press.

Pese a todo, según el informe de Renfe, el personal buscó “otras formas de poder ayudarle”. Cuando dio con el billete, aportando a los empleados un correo electrónico, constató que su tren ya había salido. En ese momento, se dirigió a las taquillas e intentó comprar un billete de Media Distancia con una tarjeta de Cercanías. El próximo tren era un AVE y tenía un precio de 40 euros, según subraya el informe. Tras insistirle en la opción del cargador para encender el móvil y hablar con sus padres, se marchó.

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El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, destacó el “trato amable” del personal hacia Álvaro Prieto y destacó que había abandonado las instalaciones solo. Además, resaltó que en la estación también se le ofreció hablar con los padres, por lo que desconoce qué pudo llevarle a actuar de esa forma. También defendió el operativo de la Policía Nacional, que descartó decenas de llamadas de supuestos testigos que habían visto la imagen del desaparecido, cuando su fotografía se viralizó. Algunos aseguraban haberlo visto en otras ciudades. El domingo, en colaboración con la UME, los agentes iban a seguir estrechando el cerco para buscar el rastro del joven. La Policía cree que si el tren no se hubiera movido por primera vez, los perros lo hubieran encontrado horas más tarde.