Fernandito el Guapo, el traficante de la sierra de Cádiz para el que "cotizar es una marca de 'whisky"

Para Fernando M.R., conocido en la Sierra de Cádiz como Fernandito el Guapo, "cotizar era una marca de whisky", bromea un agente. A sus 28 años, no le iba mucho lo de trabajar, por eso destacaban ese BMW color oro con el que se pavoneaba en las redes sociales haciendo trompos, las juergas con cuentas de cuatro cifras y, sobre todo, esa finca en el municipio de Villamartín en la que se exhibía la cultura del narco en fiestas sin fin. La procedencia del dinero era vox populi en toda la comarca, por eso el joven infundía miedo entre los vecinos, conocedores de sus antecedentes. La Guardia Civil acaba de añadir un nuevo apunte a su historial delictivo con su reciente captura, y la desarticulación de su banda, en una importante operación contra el tráfico de cocaína que da respuesta a la alarma social generada.

La investigación que ha propiciado la caída del Guapo comenzó el pasado mes de mayo, cuando agentes del Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Arcos de la Frontera tuvieron conocimiento de la existencia de un grupo de personas que, por su estructura, grado de jerarquización y reparto de tareas y roles, supuestamente formaban una organización criminal que operaba en la zona “con total impunidad”. Una red que se extendía por distintas localidades de la sierra gaditana a las que transportaban sustancias estupefacientes para su posterior venta.

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Como consecuencia directa de estas actividades, el líder de la misma, Fernandito, se había hecho con un importante patrimonio económico, en el que destacaban los coches de alta gama, las joyas, las motos de agua, viviendas y “su joya de la corona”: una casa rural equipada con todo tipo de lujos, en la que realizaba grandes fiestas y en la que “se hacía apología de la cultura narco”.

Una forma de desenvolverse que tenía reflejo en las redes sociales con publicaciones en las que hacía ostentación de bienes obtenidos presuntamente con dinero procedente del tráfico de drogas. Era frecuente que publicase vídeos conduciendo llamativos vehículos de manera agresiva y temeraria, así como disfrutando de salidas a discotecas, viajando y mostrando públicamente una vida de ocio y diversión imposible de pagar por alguien que no trabajaba.

Poses de modelo, corte de pelo degradado y tatuajes con mensajes a Dios. A Fernandito le gustaba exhibirse en las redes

Nacido en Sevilla, Fernandito el Guapo, al que le gustaba hacerse fotos con poses de modelo, con su corte de pelo degradado y sus tatuajes con mensajes a Dios, llevaba tiempo asentado en Villamartín. Todavía no ha cumplido los 30 y, según fuentes cercanas al caso consultadas por El Confidencial, se le considera presunto autor de 13 delitos. Acumula tres detenciones, otras tres imputaciones y 45 infracciones. “Quien no asume grandes riesgos, jamás obtendrá grandes recompensas”, escribía en una de las imágenes en las que aparecía junto a su hijo.

"Empezó junto al Maño, un traficante de cocaína y heroína que tenía el mismo gusto que él por la ostentación", apuntan las citadas fuentes, que recuerdan que "se hizo construir en su casa una fuente con el logo de Versace". Este exhibicionismo constante, para el Guapo, como para otros narcos con aspiraciones e ínfulas, es “una forma de afianzarse y mostrar su poder”. Como los gastos más corrientes. “Tenemos información de que una noche en uno de los pubs de la zona, en los que las copas cuestan cuatro euros como mucho, podía pagar una cuenta de 1.000”, señalan, para añadir que “la aspiración” de todos estos traficantes de la zona es “convertirse en el nuevo patrón de Puerto Serrano”, El Piño chico, el último líder del clan de Los Piños, arrestado en una espectacular operación llevada a cabo a finales de enero del año pasado y que incluso participaba en vídeos musicales.

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La mano derecha de Fernandito era su primo Sergio J.J., alias el Kung fu. De su misma edad, suma cuatro arrestos y dos imputaciones, ocho delitos, dos faltas, 113 infracciones. Es natural y vecino de Villamartín, al igual que el segundo presunto lugarteniente apresado tras la intervención del instituto armado. Se trata del Tufo, Antonio G.O., 31 años, una detención y una imputación. Investigado por tres delitos, dos faltas y 49 infracciones.

La mañana del pasado 3 de agosto se llevaron a cabo entradas y registros en siete domicilios vinculados con la organización. Los agentes detuvieron, junto a los tres supuestos cabecillas, a otros dos presuntos cómplices, e incautaron 120 gramos de cocaína —tanto en roca como cortada y en forma de dosis listas para su venta—, diversas cantidades de hachís y marihuana, cinco balanzas de precisión —conocidas en el argot como tanitas—, joyas y dinero en efectivo. También una gran cantidad de facturas de todo tipo, algunas por importe de más de 3.000 euros, que difícilmente podían justificar personas sin actividad profesional legal reconocida.

La investigación se ha saldado con cinco arrestados y se da por atajada una situación que había generado cierta alarma social en la zona

El Guapo y su primo el Kung fu han ingresado en prisión acusados de los delitos de pertenencia a organización criminal y tráfico de drogas. Los otros tres investigados, entre ellos el Tufo, quedaron en libertad a la espera de juicio.

Con esta operación, bautizada Fridenan, se ha actuado frente a una situación “alarmante”.