La huelga del astillero de Cádiz, frustrada por los trabajadores: "Eran intereses políticos"

Cuatro reparaciones de barcos suspendidas, decenas de empleos perdidos y un intento de prender la mecha frustrado por los propios trabajadores. Ese es el balance de la convocatoria de huelga en los astilleros de Cádiz por parte de los sindicatos más radicales, que hasta este sábado amenazaban con volver a las calles en plena semana electoral y reeditar las imágenes vistas en 2021, cuando se produjeron disturbios y enfrentamientos con la Policía en uno de los principales episodios de conflictividad laboral de los últimos años.

La Coordinadora de Trabajadores del Metal (CTM) y el sindicato CGT, minoritarios, pero siempre asociados a la lucha más intensa en las calles, habían convocado una huelga indefinida para los próximos días. El motivo era el despido de cuatro operarios de Mecamansol, una empresa subcontratada de Navantia en el astillero de Cádiz. Un grupo de empleados venía movilizándose desde hace unas semanas, provocando el cierre puntual del astillero de Cádiz y reventando actos políticos como el mitin de Yolanda Díaz, la candidata de Sumar a la presidencia del Gobierno.

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La huelga era el paso definitivo para que Cádiz volviera a arder: en plena campaña y a las puertas de las elecciones generales, ambos sindicatos pretendían capitalizar el descontento de los más precarios, empleados de la industria auxiliar, con peores condiciones que las de la empresa pública Navantia, dependiente de las subcontrataciones. Decenas de esas compañías auxiliares, algunas sin representación sindical por el reducido tamaño de sus plantillas, se han descolgado del convenio acordado tras la última huelga y cuentan con peores condiciones que el resto. Y la semana electoral era la oportunidad perfecta para que España volviese a poner el foco en Cádiz.

La convocatoria, sin embargo, ha provocado un destacado rechazo entre la mayoría de los trabajadores consultados. De hecho, hasta un 94% de los más de 500 empleados de la industria auxiliar del astillero de Cádiz rechazó la convocatoria, según la consulta realizada por el sindicato UGT, que sí tiene representación en las 17 subcontratas dedicadas a la reparación y mantenimiento de los barcos afectados.

El 94% de los empleados convocados mostró su rechazo a la convocatoria de huelga

La patronal y los sindicatos mayoritarios se habían unido en un rechazo frontal a las movilizaciones, que había ahuyentado a varias empresas: hasta cuatro buques en distintas fases de reparación abandonaron la factoría o suspendieron su llegada ante el temor a movilizaciones. Como consecuencia, unos 90 operarios de la industria auxiliar se han quedado sin trabajo, viendo interrumpido su contrato fijo-discontinuo. El presidente del comité de empresa de Navantia Cádiz, José Antonio Bolaños, estima que en total se perderán entre 200 y 400 empleos. Un golpe inesperado en un verano en que el astillero había recuperado una gran carga de trabajo y que ha llevado a los propios trabajadores a frenar el intento de huelga.

"No tenía sentido que se pare un astillero por cuatro personas despedidas. Esta huelga obedecía más a fines políticos de algún partido que a los laborales", valora José Muñoz, secretario general de la patronal gaditana del sector del metal, Femca, quien recuerda el momento electoral y vincula el intento de movilización a los intereses del partido que gobernaba en la ciudad hasta hace unos meses, Adelante Andalucía. El partido de José María González Kichi y Teresa Rodríguez intentará sacar un diputado en el Congreso de los Diputados por la provincia. "Es sintomático que los trabajadores despedidos participen en su mitin", añade el portavoz de los empresarios del sector.

El pasado domingo, unos 50 trabajadores del sector del metal ya irrumpieron en el mitin de Yolanda Díaz, la candidata de Sumar, que salió escoltada del evento organizado en la capital gaditana. Cabe recordar que Cádiz es la única provincia de España donde habrá dos candidaturas a la izquierda del PSOE, por lo que Sumar y Adelante Andalucía se disputan el voto de los gaditanos en este espacio político. Kichi, ahora número tres de Adelante Andalucía al Congreso, siempre mostró su apoyo a los trabajadores del metal. "Hemos tenido que meter fuego a Cádiz para que Madrid se fije", llegó a espetar siendo alcalde de la ciudad, megáfono en mano, en las grandes movilizaciones de 2021.

Desde la Coordinadora de Trabajadores del Metal (CTM), explican que solo han convocado la huelga para dar "cobertura legal" al grupo de afectados y acusan a los sindicatos mayoritarios de desmovilizar a los trabajadores y alinearse con los intereses de la patronal. Su decisión de suspender la huelga a última hora responde, según explican, a que los empleados han pedido detener las movilizaciones tras ser despedidos como consecuencia de las reparaciones canceladas. "Difícilmente podrán secundarla si están en el paro", apuntan desde CGT y CTM. "Entendemos la postura de los trabajadores y procederemos como ellos han considerado oportuno", añaden en un comunicado.

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Los sindicatos mayoritarios y Navantia esperan recuperar parte de la carga de trabajo perdida con esta desconvocatoria en lo que iba a ser, en principio, un gran verano para el astillero gaditano. Hasta 12 buques iban a ser reparados en la factoría, un número destacado en comparación con años anteriores. En un comunicado conjunto, los sindicatos mayoritarios y los empresarios del sector denunciaron las "coacciones" y los "bloqueos" llevados a cabo en semanas anteriores en los accesos a las instalaciones por estos grupos minoritarios. “La sensación es que se han cargado el verano”, valora el portavoz de los empresarios, quien recuerda la importancia de la imagen trasladada por el astillero y de los encargos suspendidos, que respondían a un intento de Navantia de ampliar los encargos más allá de la especialización en el sector de los cruceros.