El círculo vicioso del barrio más pobre del país. ¿Por qué se van los vecinos que progresan?

Hay un momento del documental Triana pura y pura, de Ricardo Pachón, en el que una gitana ciega sale a bailar. Es Pepa la Calzona, una de esas mujeres que salieron de Triana en los 50 y 60 junto con casi todos los gitanos del arrabal sevillano. La especulación y las autoridades franquistas los desperdigaron por varias zonas de la ciudad, pero se reunieron casi por última vez en el teatro Lope de Vega, en la fiesta flamenca que quedó inmortalizada por el productor de Camarón en su documental. Muchos, como le pasó a Pepa la Calzona, acabaron en el Polígono Sur, donde hace unas semanas, en la nueva Factoría Cultural, le hicieron un homenaje. Lole Montoya, que es la que canta en la fiesta de 1984, volvió a cantar en este brillante equipamiento cultural de un barrio donde cada vez hay mejores servicios. Pero que lleva ocho años encabezando la estadística del barrio más pobre de España, con una renta por persona de 5.816 euros al año. Y quienes conocen la zona aseguran que todavía harán falta décadas hasta eso cambie, a pesar de que la campaña electoral haya puesto al Polígono Sur en la agenda de los grandes partidos. Como ocurre cada cuatro años.

La Factoría Cultural está enclavada en la barriada de Martínez Montañés, lo que el INE identifica con el código “Sevilla sub-city dist. No. 5-A”. Esa zona lleva años encabezando la lista de barrios más pobres en la estadística de Indicadores Urbanos, que se hizo pública este pasado lunes. No lejos de allí está el centro de día para mayores, otra de las nuevas infraestructuras que señala Antonio Mengual, responsable de la Fundación Don Bosco en el Polígono Sur, que se han ido construyendo en una zona que ha pasado por varias reurbanizaciones, por procesos de mejora de las viviendas (muchas de ellas públicas) y por numerosos planes de empleo e inserción. El avance existe, como se ve en el crecimiento de la renta por hogar en la misma zona desde 2013. Pero es muy lento.

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“El problema es que hay gente que va mejorando, progresa, y se va del barrio”, cuenta el responsable de esta entidad, que lleva dos décadas trabajando en el barrio y admite que el entorno sigue “sin ser muy amable para vivir”. Por eso cuando esas personas que ven mejorar su situación se van, sus pisos los ocupan personas con dificultades para el acceso a la vivienda, ya que el precio es más barato que en otras zonas de la ciudad. Mengual alude a la convivencia en los centros educativos o a los servicios de limpieza como uno de esos puntos negros que mantienen al Polígono Sur en una especie de círculo vicioso. Hay que tener en cuenta que solo entre 5 y 8 alumnos de los institutos que hay en la zona aprueban la selectividad.

El responsable de la Fundación Don Bosco también ve un problema a las barreras físicas (una avenida de seis carriles, unas vías del tren y dos parques) que separan del resto de la ciudad a este núcleo. “Los chavales, cuando salen, dicen que van a Sevilla, como si no estuvieran aquí ya”, insiste Mengual para ilustrar la falta de integración en la que viven las 40.000 personas que se calculan que viven en esta zona del sur de la capital andaluza. El dato no es certero porque no está claro cuánta gente vive en el Polígono Sur. “No se sabe realmente quién vive y de quién es la vivienda en determinados núcleos”, apunta Mengual, que reconoce que se han hecho actuaciones en todos estos años, pero “a golpe de impulso”.

“No se pueden arreglar dos bloques y dejar seis al lado sin arreglar”, lamenta este experto en intervención social. Hay que tener en cuenta que hay zonas del barrio donde gran parte de la vivienda es pública, concretamente propiedad de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía, dependiente de la Consejería de Fomento de la Junta. En Martínez Montañés, la zona más deprimida, hay alquileres sociales, mientras que en Las Letanías si hay pisos en propiedad después de una regularización que se hizo hace años. Al problema de la vivienda hay que sumar la presencia de narcopisos, que según Mengual son fácilmente localizables por el uso de energía que hacen. Y generan un problema de inseguridad, pero también cortes de luz que los partidos de izquierda endosan a Endesa por falta de mantenimiento e inversiones para evitar estos cortes.

La cercanía del 28-M

La casualidad ha querido que la estadística del INE haya impactado en plena campaña electoral, a seis días de la apertura de las urnas en Sevilla. La ciudad acumula 6 de los 15 barrios más pobres del país, ya que junto al Polígono Sur están Los Pajaritos, Amate, La Oliva, Las Letanías, Palmete-Padre Pío y el Polígono Norte. Y hay otros seis cuatro andaluces en esa clasificación, tres en Córdoba (Azahara-Palmeras, Polígono del Guadalquivir y Sector Sur) y uno en Málaga (Rosaleda-Palma Palmilla). Sólo 24 horas después de la publicación de la estadística de Indicadores Urbanos se hiciese pública, Juanma Moreno acudió con su candidato, José Luis Sanz, a un acto electoral en a zona (con paella incluida). La número dos de la lista del PSOE, Mar González, hizo lo propio en un reparto de propaganda por una zona que conoce bien, ya que fue comisionada del Polígono Sur bajo el último mandato socialista de la Junta.

“En el Polígono Sur seguimos teniendo un 25% de analfabetismo adulto, eso son datos del tercer mundo”, explica González, que es profesora en la Universidad de Sevilla y explica esta brecha por la trayectoria vital esa población del barrio. “La exclusión es multidimensional, no solo a nivel educativo”, abunda la candidata, que va como independiente en la lista del PSOE. Alude a la dificultad de acceder a un empleo por ese problema de formación, lo que acaba redundando en una exclusión económica. “Lo que ha fallado es que no haya una estrategia integral y con continuidad”, explica González, que señala al impacto de la crisis económica de 2008, que acabó con los planes de empleo y cercenó las tasas de reposición que han dejado escuálidas a las plantillas de los servicios sociales.

González critica especialmente la gestión en materia de vivienda y responsabiliza a la Junta de Juanma Moreno por haber cerrado la oficina de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía, lo que ha empeorado la situación. Pero esta psicóloga rompe una lanza a favor de las "fortalezas" del barrio, como la capacidad de emprendimiento de una población experta "en buscarse la vida" o ese legado cultural de Lola la Calzona y el resto de gitanos que fueron los primeros pobladores del barrio y sin los que no se entiende el flamenco. "Sabemos que hay políticas que funcionan, pero hay que aplicarlas con continuidad", zanja.

La número dos del PSOE no es la única experta en materia de intervención social que está en las listas del 28-M. El PP ha optado por otra independiente, Blanca Gastalver, para estos asuntos. Es trabajadora social y procede del tejido asociativo, concretamente de Andex, una asociación de padres de niños con cáncer con mucho recorrido en la capital andaluza. Su propuesta pasa por mejorar la coordinación entre el Ayuntamiento hispalense y las entidades que trabajan sobre el terreno, aunque también da un tirón de orejas al actual gobierno local por la pérdida de “7 millones de euros en fondos europeos” para políticas de empleo.

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Los populares proponen la creación de una delegación especial para los “barrios de atención preferente”, uno de los puntos del plan Sevilla Somos Todos que José Luis Sanz presentó el martes con el apoyo de Juanma Moreno. También apuesta por las mejoras urbanísticas, las rehabilitaciones de viviendas y la puesta en marcha de un plan especial de inserción social y laboral. Son medidas muy similares a las que proponen los socialistas. Y de hecho ambos candidatos aseguran que liderarán los trabajos, en los que también deben implicarse la administración central y autonómica. Cuando pasen cuatro años, ocurra lo que ocurra el 28-M, se verá si fue una cuestión de furor electoral o si los grandes partidos han sido capaces de romper el círculo vicioso.