El laberinto de una extorsión sexual a un famoso: el caso de Víctor Sánchez del Amo

Hacía horas que la grabación se propagaba por todo el país cuando Víctor Sánchez del Amo decidió dar la cara. Entonces entrenador del Málaga C.F., el exitoso canterano del Real Madrid, uno de los puntales del Súper Dépor que se hizo con Liga y Copa del Rey, utilizaba sus cuentas oficiales en redes para explicar que "estoy siendo objeto de un delito contra mi intimidad con acoso y extorsión". "El asunto está en manos de Policía y me encomiendo a seguir sus instrucciones. De igual manera quiero informar que compartir o difundir un contenido íntimo de cualquier persona sin consentimiento también es delito", advertía, antes de agradecer la "comprensión y apoyo" por la situación que estaba padeciendo.

El origen de este comunicado se situaba en la víspera del Día de Reyes de 2020. Antes de que ese domingo 5 de enero el Real Oviedo y el conjunto blanquiazul empataran a uno en un disputado encuentro, el técnico entraba en una comisaría ovetense para denunciar que le habían exigido 20.000 euros para frenar la difusión de un video íntimo. El lunes, varias cuentas en Twitter comenzaron a difundir la grabación protagonizada por Sánchez del Amo; el martes, era raro encontrar a alguien al que no le hubiese llegado a través de WhatsApp. Ese día, la víctima confesaba públicamente el intento de sextorsión, sin saber que al calvario personal se acabaría sumando la frustración por el desenlace de una investigación marcada por la inoperancia de Marruecos. Un caso que refleja la práctica imposibilidad para detener a estos delincuentes que operan desde países africanos y del Este de Europa y que se aprovechan de los agujeros de la cooperación internacional y las trabas jurisdiccionales.

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No transcurrió mucho tiempo desde que Víctor Sánchez del Amo denunciase, hasta que el trabajo de los agentes del Grupo de Ciberdelincuencia de la Comisaría Provincial de Málaga provocase un goteo de detenciones. Casi el mismo que tardó el Málaga C.F., por entonces presidido por el jeque Al Thani, para suspender "de forma inmediata" a su entrenador.

El primer arresto se llevó a cabo el 10 de enero en Puente Genil (Córdoba). Lo protagonizó un individuo de 41 años que quedó en libertad tras prestar declaración por un delito de "descubrimiento y revelación de secreto". Le siguió la detención, cinco días después, de un tipo de 43 años en Torremolinos; y al día siguiente, la de un joven de 21 años en la capital cordobesa que envió las imágenes a través de WhatsApp. A estos se sumaron otras tres capturas a finales de mes que reflejaban la magnitud de un caso marcado por un dato: solo la publicación de una de las cuentas de Twitter en las que se difundió la grabación se compartió 700 veces.

El hecho de que los difusores del video desconocieran su origen ilícito provocó que se archivaran las diligencias contra ellos

La investigación acabó llevando ante la autoridad judicial a 24 individuos, aunque resultado final no fue el esperado por los agentes. Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) confirmaron a El Confidencial que el juzgado de Instrucción número 10 de Málaga archivó las diligencias abiertas contra todas y cada una de estas personas.

Esta decisión se argumentó en las características propias del video. Las imágenes son captadas de forma frontal, a través de un terminal colocado por la víctima, por lo que no transmiten la sensación de que se hayan obtenido de forma ilícita. El entrenador se mostraba frente a la cámara, por lo que los investigados "desconocían que la grabación era ilegal". Por aquel entonces, esa circunstancia evitó que su acción se considerase delictiva. La Ley de Libertad Sexual, o Ley del solo sí es sí, corrigió este vacío e incluyó una pena de uno a tres meses de cárcel para todas aquellas personas que, sea cual sea el contexto, compartan contenido sexual de un tercero sin su consentimiento.

El silencio marroquí

Cerrada esta línea de trabajo policial, la principal, la que debía conducir a los autores de la grabación ilegal, posterior extorsión y difusión inicial del video, tiene visos de correr la misma suerte. Oficialmente, sigue abierta, pero realmente nadie espera un desenlace exitoso. Y todo apunta a las autoridades marroquíes, a su falta de colaboración, como principal causante, señalaron fuentes cercanas a las pesquisas, que explicaron que las indagaciones realizadas desde España arrojaron resultados muy prometedores desde el primer momento.

Este tipo de delincuentes suelen operar desde países africanos o del Este de Europa y se aprovechan de las trabas burocráticas internacionales para escabullirse. Fijar la ubicación de uno de ellos es "prácticamente imposible", por eso, cuando se logra, se considera un éxito. Es lo que ocurrió con el caso de Víctor Sánchez, donde "el extorsionador cometió un error que llevó hasta un inmueble concreto de Marruecos".

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El TSJA precisó que "se localizó la IP" desde la que se realizó la conexión, por lo que "solo había que coordinar una operación conjunta" con las autoridades del país alauí para poder resolver la investigación. "Se envió una comisión rogatoria a tal efecto", que "aún está pendiente de contestar". Fuentes judiciales añadieron que el trámite coincidió con el estallido de la pandemia de coronavirus, aunque otras próximas al caso señalaron que esto no es justificación para un retraso que sigue creciendo cada día que pasa. "Allí no vamos a encontrar nada ni a nadie ya, pero al menos podrían responder".

Los agentes españoles lamentan este desenlace, sobre todo por el entrenador, por la víctima, y porque nadie les quita la sensación de que estuvieron muy cerca de atrapar al "cerebro". Un ejemplo de las lagunas de la cooperación internacional cuando se persiguen determinados delitos y que son patente de corso para los ciberdelincuentes.