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Víctor Sánchez, el héroe del Depor que llenó el hueco de Luis Enrique en el Madrid
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Víctor Sánchez, el héroe del Depor que llenó el hueco de Luis Enrique en el Madrid

En Riazor, Víctor es mucho más que el entrenador del equipo. Forma parte de la leyenda blanquiazul, del Superdepor de la Liga y la Copa y ahora también es el hombre que evitó el regreso a Segunda

Foto: Víctor salvó al Depor en una situación crítica (EFE).
Víctor salvó al Depor en una situación crítica (EFE).

Para los niños que hayan nacido a principios del siglo actual, los recuerdos que han almacenado de la Liga española resumen el dominio de los dos grandes, Real Madrid y Barcelona. Ellos apreciarán más que nadie el éxito abrumador que supuso que el Atlético se colase entre ellos. Pero antes de su nacimiento, el campeón podía ser prácticamente cualquiera. Siempre había favoritos, claro, pero muchos se podían colar en la lucha por el título. En el año 2000, la Liga fue la última que tuvo a más de dos equipos luchando hasta el último día por el título. Se la llevó el Deportivo de la Coruña, pero también se la podían llevar el Barça y el Real Zaragoza. Aquel hito tiene escasas probabilidades de repetirse próximamente. De hecho, el Depor ahora lucha por otras cosas.

Uno de aquellos héroes reforzó ese estatus el pasado mes de mayo. Víctor Sánchez del Amo recogió a un equipo que echaba mucha peste a Segunda División y lo levantó de manera increíble hasta salvarlo en la última jornada en el Camp Nou. Era una labor que no se antojaba nada fácil de asumir y más para un entrenador debutante. Víctor se había sentado varios años en banquillos, pero nunca había ejercido de primer entrenador. Siempre estuvo bajo las órdenes de Míchel y ese aprendizaje le convenció de que podía ejercer la misma función que su amigo y mentor. Y lo hizo en casa.

Víctor no es cualquiera en ese Depor de los títulos de Liga y Copa. Víctor era indiscutible para Javier Irureta en la banda derecha, el principal culpable de que primero Roy Makaay y después Diego Tristán se hincharan a marcar goles gracias a sus centros al área. Precisamente una de sus roscas al corazón del área desde el córner supuso el gol de Donato al Espanyol, el día que La Coruña fue la capital del fútbol nacional. El retorno del madrileño a Riazor era cuestión de tiempo, porque esos siete años como jugador dejaron un vínculo muy fuerte tanto para el club como para el futbolista y eso no se rompe fácilmente.

"Quiero que los jugadores sientan lo mismo que yo sentía como jugador en Riazor. Muchos no lo conocen y se lo he dicho. Porque estoy convencido de que va a suceder", decía Víctor en 'La voz de Galicia' poco después de estrenarse como entrenador.

Pero antes de empezar a ganarse el corazón de la afición brigantina, Víctor tuvo un pasado y además, un pasado muy bonito. Estuvo desde los 11 años en el Real Madrid y a base de trabajo y de constante aprendizaje (uno de los detalles que más suele destacar el propio Víctor) consiguió dar el paso de jugar en el primer equipo merengue. Fue Arsenio Iglesias el que le hizo debutar, otro ídolo deportivista, por cierto. En ese final de la era Mendoza y poco antes de la Ley Bosman que cambió el fútbol se podía ver una imagen que a Luis Enrique le revienta: a Lucho vestido de blanco madridista.

Esta tarde se enfrentan por segunda vez, pero la historia de Luis Enrique y Víctor viene de mucho más atrás. Cuando Lorenzo Sanz no quiso mejorarle el salario a Luis Enrique y provocó así que acabara en el Barcelona, Fabio Capello decidió que no había que sumergirse en un mercado enardecido para cubrir la vacante del asturiano en la banda derecha. Vio en Víctor Sánchez del Amo al niño indicado para ir ganando protagonismo poco a poco. El chaval se ganó un puesto con los Suker, Mijatovic, Raúl, Seedorf y compañía. Con ellos ganó la Liga de las Estrellas y devolvió la Copa de Europa al Bernabéu 32 años después. Sanz se lo agradeció echándolo del equipo. Pero esa salida del Madrid provocó que, previo paso por el Sardinero, Víctor y el Depor se encontrasen y se enamorasen.

Para los niños que hayan nacido a principios del siglo actual, los recuerdos que han almacenado de la Liga española resumen el dominio de los dos grandes, Real Madrid y Barcelona. Ellos apreciarán más que nadie el éxito abrumador que supuso que el Atlético se colase entre ellos. Pero antes de su nacimiento, el campeón podía ser prácticamente cualquiera. Siempre había favoritos, claro, pero muchos se podían colar en la lucha por el título. En el año 2000, la Liga fue la última que tuvo a más de dos equipos luchando hasta el último día por el título. Se la llevó el Deportivo de la Coruña, pero también se la podían llevar el Barça y el Real Zaragoza. Aquel hito tiene escasas probabilidades de repetirse próximamente. De hecho, el Depor ahora lucha por otras cosas.

Víctor Sánchez del Amo
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