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En la infravivienda de Yassine Kanjaa, el terrorista de Algeciras: "Siempre iba solo"
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"Se radicalizó en los últimos meses"

En la infravivienda de Yassine Kanjaa, el terrorista de Algeciras: "Siempre iba solo"

El joven marroquí residía desde hace un año en una casa patera en condiciones pésimas: las paredes tenían moho, vivían rodeados de basura y dormían en colchones tirados en el suelo

Foto: La infravivienda de Yassine Kanjaa. (JAP)
La infravivienda de Yassine Kanjaa. (JAP)

Pasadas las cuatro de la mañana, acababa el registro en la corrala de la calle Ruiz Tagle, 10. En el interior había dos viviendas y residía desde hace un año Yassine Kanjaa, el presunto terrorista de Algeciras que perpetró un ataque a dos iglesias de la ciudad, asesinando a un sacristán e hiriendo a un párroco, que se encuentra hospitalizado.

“Entraban y salían sin llave, pero no eran problemáticos, más bien educados”, cuenta un algecireño de la misma calle. El joven vivía junto a otros tres compañeros en condiciones infrahumanas. Las paredes tenían moho, vivían rodeados de basura y dormían en colchones tirados en el suelo.

placeholder Exterior de la infravivienda. (JAP)
Exterior de la infravivienda. (JAP)

Todos abandonaron la vivienda a primera hora de la mañana, después de que la Policía requisara los distintos materiales informáticos para estudiar posibles vínculos con el yihadismo. Un compañero de piso narró a ABC cómo el detenido se había radicalizado en los últimos dos meses, en los que “solo hablaba de Alá”.

Según el auto judicial, al que ha tenido acceso El Confidencial, el detenido persiguió al sacristán malherido, sujetó el machete con ambas manos y gritó unas palabras en árabe, entre las que se escuchó la palabra Allah, antes de asestarle la última estocada mortal. Posteriormente, intentó acceder al interior de la Ermita Europa, que se encontraba cerrada, y acabó siendo detenido mientras rezaba arrodillado.

placeholder Foto: JAP.
Foto: JAP.

A primera hora de la mañana, las pertenencias del detenido seguían en el interior de la vivienda. Folletos publicitarios con tarifas para el gimnasio, electrodomésticos y mobiliario abandonado y un patinete eléctrico con el que el presunto yihadista solía desplazarse. En la pared del patio, seguía colgada la mishaba, una especie de rosario para los musulmanes, con la que Yassine rezaba a diario.

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Foto: JAP.

En la calle, casi nadie tenía contacto con el joven detenido. “Siempre iba solo”, “no hablaba con nadie” y “a veces hablaba consigo mismo”, dicen algunos de los vecinos de su calle y de la zona baja, el barrio con mayor presencia de la comunidad musulmana. Algunos le reconocían, pero casi nadie sabe gran cosa de él.

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Foto: JAP.

“Creo que fui la primera víctima”, cuenta un joven marroquí de 21 años que asegura haber sido agredido en el recorrido del detenido. Estudiante de un instituto cercano, presentaba una herida en la cara por el golpe. Según la denuncia presentada en comisaría, el agresor le acusó de “trabajar para la magia”, expresión árabe utilizada para acusar a alguien de ser contrario a la religión musulmana. Le vio “subiéndose la chilaba para coger el machete e iba muy nervioso”, pero “no le conocía de nada”.

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Foto: JAP.

“Lo vi por primera vez hace una semana, pero no solía pasar por aquí”, cuenta el portavoz de la Unión de Musulmanes del Campo de Gibraltar, que no ve un “caso de radicalismo”. El detenido tenía antecedentes penales por tráfico de drogas. “Nos hemos informado y creemos que no tiene nada que ver, es un criminal”.

Pasadas las cuatro de la mañana, acababa el registro en la corrala de la calle Ruiz Tagle, 10. En el interior había dos viviendas y residía desde hace un año Yassine Kanjaa, el presunto terrorista de Algeciras que perpetró un ataque a dos iglesias de la ciudad, asesinando a un sacristán e hiriendo a un párroco, que se encuentra hospitalizado.

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