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'La Joven Málaga' de Cánovas del Castillo: anatomía de un literato de 17 años
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DE 1845, SE PUBLICA EN EDICIÓN FACSÍMIL

'La Joven Málaga' de Cánovas del Castillo: anatomía de un literato de 17 años

El veterano periodista Luciano González Ossorio recupera la primera publicación, que se creía perdida, del que fuera presidente del Gobierno, uno de los más importantes políticos españoles del siglo XIX

Foto: Antonio Cánovas del Castillo. (Federico de Madrazo y Kuntz, Museo del Prado)
Antonio Cánovas del Castillo. (Federico de Madrazo y Kuntz, Museo del Prado)

Ha sido una peripecia. El periodista Luciano González Ossorio buscó en todas las bibliotecas principales de Málaga, y también en las de Madrid, y no existía absolutamente nada de una publicación que se sabía que se había publicado y que se creía perdida. Los biógrafos de Antonio Cánovas del Castillo descartaban su hallazgo: “Es una publicación fantasmal de la que no quedó ni rastro”.

A González le entró el desánimo, pero la fortuna llegó cuando en la Universidad de Málaga (UMA) se corrió la voz de sus pesquisas. Recibió la visita de un catedrático que tenía una fotocopia de 14 números originales de La Joven Málaga, el primer periódico que fundó el político en 1845, con solo 17 años, justo unos meses antes de trasladarse a Madrid para estudiar Leyes, Filosofía y Letras.

Foto: Lorenzo Saval, Aurora Luque, Guillermo Busutil y Rogelio López Cuenca. (A. R.)

La UMA y el Ayuntamiento de Málaga acaban de editar en versión facsímil esta publicación del político malacitano de quien se cumple este año los 125 años de su magnicidio en Mondragón. Cánovas del Castillo, uno de los políticos más decisivos de la segunda mitad del siglo XIX, fue presidente del Gobierno durante seis ocasiones, como líder del Partido Conservador impulsó la Restauración y alternó su poder con Sagasta.

Cánova y no Cánovas

¿Qué rasgos se observan en La Joven Málaga? Aparece un Cánovas de discurso barroco y retórico, un literato con interés en las letras, donde se edita su primera poesía titulada A la ilusión en la que “hace un canto a la fuerza que mueve todos nuestros quehaceres, al impulso que necesita nuestra vida, al sueño de toda aventura”, explica González (Ciudad Real, 1932) en el prólogo de la obra que ha sido recuperada digitalmente por el Centro de Tecnología de la Imagen de la UMA.

Una curiosidad. No firmaba como Cánovas, sino en singular: Cánova. Y en el arranque del primer número escribe el artículo Dos palabras a nuestros lectores a modo de introducción en el que manifiesta su interés por la Ilustración y con el objetivo “de hacer de este periódico un centro común de todo el saber y de todos los adelantos de la juventud malagueña”.

placeholder Luciano González posa con la edición facsímil de 'La Joven Málaga'. (A. R.)
Luciano González posa con la edición facsímil de 'La Joven Málaga'. (A. R.)

La Joven Málaga, que se autodenominaba como “periódico joco-serio de literatura”, distaba de ser una aventura unipersonal. Contó con una docena de colaboradores que publicaron 19 artículos a lo largo de los tres meses que se prolongó la publicación: entre el 6 de abril y el 6 de julio de 1845. Su periodicidad era semanal y se publicaba los domingos.

Apabulla la personalidad del entonces periodista, luego historiador y político, siempre un hombre de Letras. Así lo radiografía Luciano González: “Cánovas del Castillo es un verdadero intelectual. Cuando llega a Madrid con 17 años conquista la capital en poco tiempo. Se da a conocer y El Semanario Pintoresco Español ya le publica poesías”. Con 20 años entra en la redacción de La Patria y al año siguiente lo dirige. En la Universidad le llamaban el “tragaleyes”, vendía los apuntes… “Era un auténtico líder. Como se decía antes, un auténtico piquito de oro. Se ganaba a la audiencia a través de su conocimiento y de su palabra”.

Foto: ¿Dónde quedaron los Cánovas y Sagastas del Parlamento español?

Sostiene Juan Antonio García Galindo, catedrático de Periodismo de la UMA, autor del prólogo de esta obra y también director de la tesis doctoral de González Cánovas, periodista, que se trata de una obra de juventud, “pero en nada de una obra menor o de un producto carente de originalidad y contenido”.

Suscripción y sin publicidad

La Joven Málaga entra en la vanguardia de los periódicos literarios de la primera mitad del siglo XIX sin obviar la opinión política y social. “Sorprende no solo la calidad literaria sino también la profundidad y nivel de sus argumentos, más allá del conservadurismo de una orientación ideológica que ya se vislumbraba en el futuro político malagueño”, resalta García Galindo.

placeholder Reproducción de un poema firmado por Cánovas del Castillo en 'La Joven Málaga'. (A. R.)
Reproducción de un poema firmado por Cánovas del Castillo en 'La Joven Málaga'. (A. R.)

El periódico agrupaba a autores que eran amantes de la literatura, sobre todo de la poesía (se publicaron 56 y nueve firmadas por él) y también incluía crítica teatral, bibliografía que relataba los libros recibidos de otras editoriales. No se circunscribía a la ciudad de Málaga, donde se imprimía, sino que contaba con suscripciones de varias provincias españolas. Como era tradicional en las publicaciones de la época, carecía de publicidad. Cree González que algunos ejemplares del semanario le sirvieron de carta de presentación “en los círculos que empezó a frecuentar en la capital del reino”.

“Quería más, mucho más”

¿Por qué desaparece La Joven Málaga? Por “la aventura de Madrid”, como lo califica el autor de Cánovas, periodista y doctor en Periodismo con 83 años. “Quería más, mucho más. Era ambicioso y, convencido de su capacidad y valía, no podía resignarse a seguir con más tiempo en su ciudad, Málaga, que tanto amaba, pero que "no tenía Universidad, ni más cátedras que las de los conventos, ni más escuelas que las de instrucción primaria”.

Foto: Un grupo de 'debatientes' de la Fundación Cánovas (Toñi Guerrero).
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En su llegada y primeros años en Madrid resultó decisiva la figura del periodista, abogado y político malagueño Serafín Estébanez Calderón, El Solitario y autor de Escenas andaluzas (1846), que era primo de su madre y convertido en padrino y tutor de Cánovas del Castillo. “Hizo las veces de padre, de maestro, de guía. Aunque hubiese entre ellos una distancia de 29 años, no era un impedimento, sino todo lo contrario”.

Y Estébanez Calderón fue clave para avivar la vocación política de Cánovas: lo acercó al Ateneo para que accediera a una buena biblioteca, escuchara a grandes oradores y a las tertulias literarias donde pudiera conocer a poetas. Madrid era el destino y triunfó en la capital. “Ha sido el presidente del Gobierno más culto de España por su afán de estudios y dominio de muchas materias de las ramas del conocimiento. Eso se nota en sus discursos”, proclama, sin ambages, González Ossorio, que posa, feliz en una tranquila mañana de noviembre, con uno de los 100 ejemplares impresos.

placeholder Reproducción de un artículo firmado por Cánovas del Castillo en 'La Joven Málaga'. (A. R.)
Reproducción de un artículo firmado por Cánovas del Castillo en 'La Joven Málaga'. (A. R.)

En La Joven Málaga se ahonda en la huella literaria de Cánovas del Castillo. Ahora solo falta que se incluya en una reedición de sus Obras Completas que sin este periódico malagueño, “joco-serio de literatura”, ya está incompleta.

Ha sido una peripecia. El periodista Luciano González Ossorio buscó en todas las bibliotecas principales de Málaga, y también en las de Madrid, y no existía absolutamente nada de una publicación que se sabía que se había publicado y que se creía perdida. Los biógrafos de Antonio Cánovas del Castillo descartaban su hallazgo: “Es una publicación fantasmal de la que no quedó ni rastro”.

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